25 Barcelona noviembre de 2012
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Alberto Caballero / coordinador de GEIFC grupo de estudio e investigación de los fenómenos contemporáneos y de: Action Art magazine sobre la acción / publica: // Instalar...la acción // en Escáner Cultural desde el nº 77 www.escaner.cl / exprofesor de la asignatura ‘Introducción a las teorías contemporáneas’ Máster en comisariado y prácticas culturales en arte y nuevos medios en MECAD\Media Centre d'Art i Disseny de la Escola Superior de Disseny ESDI y la Universitat Autònoma de Barcelona / miembro de AIAP Asociación de interacción Arte-Psicoanálisis Buenos Aires, Argentina.

Las mujeres a la performance

Louise Bourgeois,
Del cuerpo y el lugar, de la extracción a la instalación

El cuerpo, en la historia, siempre ha ocupado un lugar*, no solo para el arte, sino un lugar en el pensamiento, en la religión, en la ciencia, más adelante en la sociedad, en la política y porque no en la sexualidad. De la misma manera podemos decir de ‘la mujer’, tanto el cuerpo como la mujer no tienen un lugar propio, un lugar previo, un lujar fijo, este lugar varía según el momento histórico y la sociedad desde donde son pensados. Decir cuerpo y decir mujer, hasta no hace mucho tiempo, adquirían la misma nominación.

La representación, tampoco ha estado siempre, desde el sXV, abre un panorama, nuevo, insólito, insospechado en la historia, el cuerpo no solo quiere decir imagen para el arte, sino también es objeto para la ciencia y para el arte mismo (Leonardo da Vinci), y la mujer en tanto imagen empieza a representarse más allá del lugar de la religión, La Gioconda de L da Vinci, La primavera de Botticelli. Pero atención va a ocupar un lugar preciso, ‘el lugar de la belleza’, el lugar del ideal. La representación y el ideal van a la par, hasta el sXIX. Ahora es una triada: mujer, cuerpo, imagen ideal.

La mujer en tanto imagen/forma sostenía el sistema de representación, académico, era ’el modelo’ (El artista y la modelo de Fernando Trueba) Aristide Mallol, el artista es nombrado por la imagen del otro, por la imagen de la modelo, su obra en tanto representación, lo nombra. Generalmente el espectador común desconoce el nombre de la modelo (Gala/Dalí es una excepción), pero si se conoce el nombre del artista por sus representaciones, el nombre permanece.

Dina Vierny, en 1944, junto al escultor Aristide Maillol.
Fue modelo del artista durante diez años

Con la modernidad esto cambia radicalmente, la modelo sale de su lugar pasivo (no tienes que moverte le dice el escultor a la modelo, debo retener la imagen.), quiere ocupar el lugar del artista pero no busca una modelo, ella misma es su modelo, no solo el cuerpo como imagen, (el modelo académico) sino su propio proceso subjetivo, no la historia del otro, sino su propia historia. No sostiene, con su imagen, el lugar y el nombre del otro, sino busca su propio lugar y su nombre propio, no esta preocupada de su posición en el mundo, como los artistas, sino del lugar que ocupa como mujer, o sea claramente hace de objeto y de sujeto frente a su propia obra. Es por esto que el reconocimiento de su obra (Camille Claudel) no le sea tan importante, sino los mecanismos que pone en juego entre ocupar el lugar como objeto de su propia obra y su propia subjetividad.

Es con la postmodernidad, con la caída de la representación, que esta triada entra en crisis, ya no son ‘lo mismo’, se liberan las ataduras de tal anudamiento. La mujer no esta representada por el cuerpo ni representa la imagen ideal; el cuerpo no representa a la mujer ni a su imagen ideal; la imagen ideal no pasa por la mujer ni por el cuerpo. Esto es una cuestión muy importante a pensar, y no creo que este sea el lujar ni tengamos el tiempo para hacerlo debidamente. Algo de esto ya vimos en las notas sobre la obra de Camille Claudel.

La mujer al final de la modernidad, y en la postmodernidad, no solo no se preocupa por la subjetividad, sino por los mecanismos que dificultan la subjetividad, o sea que plantea radicalmente que la subjetividad no es nunca lograda, siempre dejara un resto, un resto para hacer. Ya no se trata de construir la forma (Mallol) sino de la imposibilidad de su construcción (Claudell), ya no se trata de la forma/bella, sino de las dificultades de hacer, de mostrar su construcción en tanto imposible, de hacer con los restos de dicha construcción. Entre objeto y sujeto hay un trayecto muy largo, complicado y difícil, y la mujer no solo se hace cargo de este sino hace con este.

Louise Bourgeois
Del cuerpo y el lugar, de la extracción a la instalación

>el cuerpo en tanto ensamblaje

Con LB el cuerpo ya no se extrae de un bloque de mármol, ya no se con.forma de un bloque informe, ahora el cuerpo es el resultado de un ensamblaje, de agregados, inclusive de mutilaciones, de conjugaciones entre formas geométricas y formas orgánicas, entre materiales diferentes y objetos diferentes. No es la búsqueda de un objeto ideal y de una imagen toda, es poner en evidencia que la imagen no.es.toda.

>Objetos en tanto fragmentos del cuerpo

Debido a estas operaciones también puede extraer ‘fragmentos’ del cuerpo en tanto objetos (pecho, pene, vagina, manos, pie, pierna/pie, ojo/ojos, etc), fragmentos del cuerpo en tanto objeto, y los multiplica, los agrupa, creando ‘conjuntos de’. Objeto/ objetos que no se refieren al cuerpo, del que ha sido extraído, adquieren categoría propia, sin referente, no representan ni al cuerpo ni al organismo. Esta dado a ser visto, no ha ser leído, esta presentado.

>las instalaciones en tanto restos

Y por consiguiente surgen los espacios, la construcción de espacios propios para contener el mundo de objetos: la instalación. Luego de la fragmentación del objeto (el cuerpo), luego de su ensamblaje en múltiples conjuntos era imprescindible el espacio que contuviera los restos de dichas operaciones. Como dice LB no solo se trata de la caída del ideal (i(a)) del cuerpo como imagen, por consiguiente de una caída del yo en fragmentos, sino la necesidad de estas operaciones fundamentales: el ensamblaje, la multiplicidad en conjuntos, y al fin la instalación de los restos de dichas operaciones.

Algunas aclaraciones previas: Es tal la obra y la importancia de la misma en el caso de LB que es imposible abarcarla completamente, es tal las diferentes líneas de trabajo, que he decidido tomar estas tres porque creo que son las que nos resultan más útiles a nuestro objetivo, que es dar cuenta como la mujer y el arte entran en la acción performática y de que cuerpo se trata. Se podría trabajar la línea de los tejidos y por tanto de los textos, la línea de las muchas entrevistas y diarios que ha dejado durante su vida, pero sería otro trabajo, quizás mucho más rico para conocer la obra de la artista pero no se trata de eso en nuestro caso.

Otra cuestión que me parece importante a aclarar es la línea teórica que nos sirve de aparato de lectura, es reconocido y de gran valor el trabajo que LB hace con el psicoanálisis, con su propio análisis personal, lo demuestran los diarios que ha dejado al respecto, se puede acceder relativamente fácil a los muchos trabajos desde el psicoanálisis que se ha hecho de la historia personal y de la interpretación de la obra de la artista. No estoy de acuerpo y esta serie de notas, lo demuestran en hacer un trabajo de psicoanálisis aplicado, o sea usar el aparato teórico para hacer una interpretación de como la obra es reflejo o no, de la historia personal y de los síntomas de la artista, o de cualquier artista. Lo importante para mi, al contrario, es como los artistas han hecho un aporte valiosísimo al pensamiento del momento que les ha tocado vivir, como se han adelantado a la construcción/deconstrucción del humanismo, del sujeto, o de la sociedad en cada uno de los momentos. Y en particular el objeto que nos ocupa, el cuerpo lo demuestra claramente, lo digo más arriba, como el mismo objeto, lo es para el pensamiento, la ciencia, la política, la sexualidad y el arte…incluso para la música, lo vimos en notas anteriores. Para sintetizar, como el arte realiza operaciones que luego, o mientras tanto, son usadas por otras disciplinas, o áreas del hacer humano. Y podemos decir lo mismo de ‘la mujer’ como objeto para la política (los feminismos), la sociedad (la sociedad de consumo, por ejemplo), la ciencia, está de más decir sobre la sexualidad, y por consiguiente en el arte. Lo que estoy cada vez más convencido que primero es en el arte, como anticipo, lo que luego más adelante, incluso mucho más adelante lo veremos aparecer en otros campos, o sea de lo individual a lo colectivo.

Aclarado estos puntos, vamos a lo singular de la obra de LB, con excepción de tres o cuatro puntos particulares, es una obra tardía, una obra que se elabora durante décadas, de manera singular, reservada, cuidadosa. Y cuando esto sucede se producen las confluencias más importantes en la relación de la mujer con el arte, entra de pleno en el mundo y no solo en el mundo del arte, con LB la mujer entra de pleno en el mundo y con ‘lenguaje propio’. Los elementos que hemos señalado más arriba van a resignificar a la mujer en el mundo de aquí en adelante, la sacan del lugar del Ideal para el Otro, va a utilizar la fragmentación y el ensamblaje como operaciones propias, que más adelante se extiende al mundo de los hombres, y da pie a la cuestión de ‘la instalación’ como una operación fundamental. Demuestra que no siempre la mujer se instala como objeto para el Otro, que el cuerpo no se instala como objeto idealizado para el Otro, y que requiere de una instalación a posteriori una por una, caso por caso, obra por obra.

Si forzamos la cuestión, de aquí en más no.es.toda madre, no.es.toda hija, no.es.toda hermana, no.es.toda mujer, no hay un significante que la determine…lo debe encontrar singularmente en su camino, ya no esta ‘destinada a’, debe buscar un destino distinto, y esto no es necesario demostrarlo en el caso de LB. Pero sobretodo debe realizar operaciones simbólicas diferentes a las del hombre, para su sujbjetivación, para su socialización, siempre es una por una, siempre es singular. De allí que la nominación para la mujer tiene un valor agregado, no es nombrada por el Otro (Santa Teresa de Jesus), no es nombrada como otro (GALA/DALÍ), no nombra a otro como ideal (Maillol a través de sus esculturas), sino que ‘se nombra’, se nombra como otra, del yo indefinido al ella de la diferencia (Coco Chanel). El caso de LB (a diferencia de CC) es que no se identifica a su obra, ya que es una por una y múltiple en si misma, en cada una es otra, en cada una es múltiple. Es un ‘más allá’ cada vez.

+ ver artículo completo en
http://a-caballero.blogspot.com.es/p/parte-9.html

Alberto Caballero, Barcelona Noviembre 2012
acaballero@geifco.org

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