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Este texto recoge una
amplia panorámica que se extiende desde los primeros gestos realizados
por artistas como Marecel Duchamp, Píero Manzoni o Yves Klein
hasta la performance de finales de los setenta y principios de los ochenta,
ya totalmente multimedia. A lo largo de este recorrido, la incidencia
del grupo FLUXUS y los happenings de los años sesenta jugaron
un papel muy importante en la consolidación de la performance de finales de esta misma década.
El arte conceptual y una de sus ramificaciones, el bodyart o arte corporal,
permitieron que el artista se considerase a sí mismo como su propia
obra de arte. Su cuerpo se convertía en un elemento más de
su práctica artística. Así surgieron nombres como
Vito Acconci, Bruce Nauman, Arnulf Raíner, Klaus Rinke, entre otros.
Paralelamente se definieron ciertos grupos afines, como el del accionismo
vienes que, junto con otros artistas como Gina Pane, Chris Burden, etc.,
se dedicaron a la búsqueda de los límites físicos.
El viaje a la introspección de Marina Abramovic y Ulay o el transformismo
de Urs Lüthi, Manon, etc., fueron otras posibles vías junto
con la diversidad en el uso de medios como el vídeo, la música,
la danza, el teatro, etc. De esta conjunción de intereses nace la
performance multimedia de los ochenta, considerada como una posible "obra
de arte total".
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