|
El portfolio fotográfico Interiores reúne ocho fotografías originales de Claudio F. Pérez Míguez, y textos de Leopoldo Alas y Eduardo Mendicutti. Se trata de una secuencia de imágenes con un mismo protagonista, en su mayoría desnudo, que pretende narrar una historia, pequeña e íntima. Incluye un DVD con las imágenes y los textos. El mismo tiene un tiraje de 50 ejemplares, editado por el Centro de Arte Moderno. "Cuantas menos cosas nos aten más
libres seremos. Miro estas fotografías de Claudio Pérez
Míguez en momentos
de liberación personal. Me estimula la idea de librarme del sexo
o al menos de la obligación social de practicarlo. El poder se
ha apropiado de él. Los medios de comunicación y la publicidad
lo invocan constantemente. Al convertirse en una mercancía al
alcance de todos, el sexo se ha devaluado. Ya no es liberador ni subversivo
sino un signo de pertenencia al grupo, a la gran tribu de los consumidores.
Así puedo mirar de otro modo las imágenes de Claudio, como
testimonios de un tiempo que ya pasó para mí y por el que
no siento nostalgia como tampoco creo que la sintiera por su esclavitud
el esclavo devenido en liberto. Lo que siento es cierta pena por todos
los que siguen siendo adictos al sexo. Me parece muy bien que lo practique
quien quiera pero a mí nadie me puede exigir que lo haga. En estos
momentos, como le ocurría al padre de Sexilia en Laberinto
de pasiones de Almodóvar, la unión de dos cuerpos me provoca
cierta repugnancia. Él al final la superaba. Yo no tengo la menor
intención de hacerlo..."
"Viajamos por nuestro cuerpo cada hora, cada minuto, cada segundo. Viajamos también por el cuerpo del otro – de los otros, con la singularidad que cada uno de ellos adquiere en el momento de nuestra mirada – decenas de veces cada día, de la mañana a la noche, durante la vigilia y durante el sueño. El cuerpo – el nuestro, el de los demás – es siempre un itinerario lleno de previsiones, de imprevistos, de urgencias, de retrasos, de inquietud, de calma, de dolor, de gozo. Viajamos por nuestro propio cuerpo y por el cuerpo ajeno como quien emprende una travesía cuyas etapas y cuyo destino anhelamos conocer, pero lamentamos intuir como ya visitados. Como todo viaje necesariamente efímero – porque un cuerpo es siempre un lugar provisional – estas fotos de Claudio F. Pérez Míguez son la crónica de una cavilación sensual y emocional, desde el momento de la partida hasta el momento de la llegada. El viaje nace, desde la mirada de uno de los viajeros – el que contempla – y el tanteo gestual del otro – el contemplado – como una invitación a lo desconocido, siguiendo esa mano que se adentra en la cualidad enigmática que tiene todo viaje, incluido el más premeditado o el más rutinario. Siete estaciones más tarde, el viaje concluye con una equívoca recreación del reposo y de la satisfacción, con esas manos, sobre el asiento de la silla, que expresan tanto una actitud de afianzamiento, de descanso, como de impulso e invitación para prolongar, desandar o extraviar el trayecto, nunca para repetirlo, porque el cuerpo es siempre un lugar irrepetible..."
|