entidades

volver

 

> Ana Mendieta

 


Ana Mendieta
Fundación Antoni Tŕpies
22 enero- 30 marzo

Comisaria: Gloria Moure

Barcelona, 1997

La muerte prematura de Ana Mendieta y el carácter efímero de sus creciones han contribuido a que su obra, poética y crítica al mismo tiempo, se conozca de un modo insuficiente en la actualidad. Nacida en La Habana en 1948, de familia acomodada, fue enviada a Estados Unidos a los doce años dónde fue criada en distintos orfelinatos americanos. Las condiciones en que creció (el exilio, la pérdida y lmarginación, como mujer y como hispana) conformarían su producción artística posterior, asumiendo un compromiso con su cultura de asopción, y a través de su obra articula una crítica de la sociedad que la rodea, con un fuerte contenido político feminista y en defensa de la identidad de las mínorias.

 

Glass on Body
1972

 

Desde los inicios de su actividad artística, el cuerpo tiene una presencia muy destacada en la obra de Mendieta: constituye su tema y su obsesión. La artista se siente atraída en particular por el cuerpo de la mujer, que para ella es el sujeto pasivo de la violencia, el erotismo y la muerte, y a la vez es el instrumento y el material para la producción de arte. Su propio cuerpo se convierte en eje de sus performances, acciones que parten de la misma idea del cuerpo femenino como víctima del crimen y la violación, pero también como lugar sagrado. en este sentido, las performances de Ana Mendieta son auténticos rituales de purificación, donde la sangre, con sus connotaciones mágicas y sus claras alusiones al sacrificio, asume un protagonismo inquietante.

 

Body Tracks
1974

 

Más adelante, las performances de Mendieta derivan hacia una serie de obras que tituló Siluetas. En estas nuevas manifestaciones, la artista traslada su ámbito de trabajo a la naturaleza, eliminándose ella misma como objeto material de su arte. A partir de ese momento ya no le interesa tanto su propio cuerpo como la huella que deja ese cuerpo. Inicia así un período de intensa relación con los cuatro elementos básicos de la existencia orgánica: la tierra, el fuego, el aire y el agua.

 

.

On giving life
1975

Mediante las Siluetas, la artista juega con la dialéctica presencia-ausencia. La pisada, los contornos de un cuerpo realizados con ceniza, velas, flores, nieve o tierra, aluden constantemente a las relaciones entre la muerte y la resurección. Se trata de un retorno de la artista a la tierra, de metáforas que explican el regreso al útero (la madre que se quedó en Cuba), de un enterrarse en la tumba (la muerte), de la regeneración de la vida (la silueta del cuerpo dibujada con flores), y en definitiva, de la libertad.

 

 

Sin Título
1977