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Obras 1990-2000

27 de enero-25 de marzo de 2001

Eulàlia Valldosera 1990-2000
Fundació Antoni Tàpies, Barcelona
Witte de With Center for Contemporary Art, Rotterdam
2000

Durante los últimos diez años, Eulàlia Valldosera ha creado una serie de obras con una gran variedad de medios, instaladas en lugares muy diversos. Desde su estancia en los Países Bajos al inicio de la década de los noventa y la residencia a la Rietveld Akademie de Amsterdam, Valldosera ha dado una orientación concreta a su proyecto estético y ha definido los materiales de una intervención muy personal en el lenguaje de la escultura contemporánea. Los experimentos que ha hecho con el dibujo y la pintura la han conducido hacia la performance y la fotografia. A partir de este punto, el uso de imágenes proyectadas ha creado una fuerte presencia del movimiento, que se integra como condición temporal en su obra escultórica. Los aspectos del tiempo como material creativo y como condición de la percepción se unen a instalaciones tan significativas como La caída (1996) o Provisional home (1999).

Apariencias 1992-1994	Provisional Home 1999

Se trata de la primera ocasión en que se reúne un número tan extenso de obras creadas por Valldosera y, de esta manera, se revela la intensidad de una propuesta artística basada en la conjunción de la contemplación visual y la narrativa teatral. Precisamente en el terreno dramático es donde Valldosera toma distancia de la tradición escultórica de las décadas recientes: más allá de la experiencia del espacio y de los materiales que lo ocupan, su obra se orienta hacia un arte de la narración elíptica, que resulta permanentemente cíclico en un relato interminable.

Fuertes luces proyectadas contra espejos móviles, reflejos que brillan en las paredes interiores de los espacios y que amenazan al espectador, objetos diversos, sillas, botellas, diferentes piezas de mobiliario, atmosferas de mundos familiares y a la vez fantasmagóricos, cuerpos y voces que flotan entre la realidad de las obras y la consciencia irracional del espectador: Valldosera apela simultáneamente a los efectos de un arcaico "deus ex-machina" y a las corrientes subterráneas de un subconsciente universal, más allá de ataduras geográficas o culturales. La complejidad técnica contrasta a menudo con la apariencia "pobre" de las obras, ejecutadas con materiales encontrados, reapropiados y reinventados mediante un simbolismo particular.

Envases: El culto a la Madre 1996	Quemadas 1991

A partir del propio yo interno de la artista, hacia el encuentro con el otro y la progresión de relaciones con y entre los objetos de identidad y anonimato, a partir de la esfera de la consciencia personal hacia la búsqueda de una intersubjetividad que la ate al mundo que nos rodea, se teje una red de bifurcaciones y cruces que nos llevan, desde la fantasmagoria y la sombra, al auténtico núcleo de la realidad que nos rodea y nos configura.

Así pues, surgen tres temas principales, que se desarrollan cronológicamente: el propio cuerpo; la casa y las tipologías del entorno doméstico; la relación con el otro y sus avatares.