> La
forma de Adan
Visiones alternativas sobre
el cuerpo humano masculino
Fotografía, escultura,
dibujo
y pintura
Julio de 2006
Artistas:
Eduardo Alvarado
Juan Darío
Rufino de Mingo
dEmo
Ricardo Horcajada
Ricardo Laspidea
Hugo Martínez
Julián Soto Sevilla
Pedro Usabiaga
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El cuerpo humano masculino fue
blanco de la mirada de los artistas desde la antigüedad. Con el desarrollo
de los tiempos, la moral judeocristiana impuso el ocultamiento del cuerpo
en su desnudez, considerando pecaminoso exhibirlo y por ende reprimiendo
esta actitud. A pesar de esto, como un aspecto más del rasgo machista
de esa cultura, el desnudo femenino ha seguido practicándose por
los artistas asumiendo diferentes intenciones: rango de belleza suprema,
amor maternal, fecundidad, etc. Sin embargo, son muy pocos los ejemplos
de tratamiento del cuerpo humano masculino posteriores al Renacimiento,
periodo en que se releva los valores de la antigüedad clásica.
Como la igualdad social entre los sexos se va abriendo camino, con dificultades,
faltando aún mucho por avanzar, también en la destrucción
de esta autocensura se va avanzado. Los fotógrafos han realizado
una tarea importante en este camino, también los artistas gays
han hecho su aporte. Pero en la actualidad este es un tema abordado por
artistas
de diferentes identidades sexuales, de diferentes orígenes y que
desarrollan diferentes técnicas.
Esta exposición es una muestra
de ello, en la cual, tal como reza su subtítulo, se exhiben diferentes
miradas sobre el cuerpo humano masculino, desarrollando su carga erótica,
sexual, o simplemente como ser que forma parte de la naturaleza, como elemento
simple, puro, ingenuo. Pedro Usabiaga, a través de sus fotografías,
es tal vez el que desarrolla con más intensidad la carga erótica-sensual
del cuerpo a través de una iluminación profundamente estudiada.
Otro fotógrafo, Juan Darío, desarrolla una fotografía
más directa, con iluminación más ambiental, pero explorando
el cuerpo hasta extremos de penetrar en su sexualidad más directa.
Ricardo Laspidea trabaja también
la fotografía, pero no directa, sino valiéndose de recursos
digitales para transformarla en su estética y significado. Los trabajos
que se exponen exploran la desintegración del cuerpo en una posible
lectura, o sobre el cuerpo objeto, en otra, ya que la carne humana se mimetiza
con plásticos de maniquíes, sin saber a ciencia cierta cuál
de los dos caracteres son los reales en la esencia de esos cuerpos.
Dentro de este recorrido no podía
faltar el hombre común de Rufino de Mingo, que a través de
sus esculturas muestra claramente y de frente su existencia diaria. Un
hombre cuyo físico no le permitiría ser portada de una revista,
tampoco parece ser un hombre de los que podríamos
llamar "exitoso" en nuestra época, pero es el hombre que tiene
el éxito diario de llevar su existencia adelante con los recursos que
le han sido dados.
De la escultura de Julián Soto Sevilla,
que recrea cuerpos atormentados, pasamos a la casi esquemática visión
del cuerpo de dEmo. Cabe señalar una pieza que no forma parte de
la serie de la que sí forman la mayoría de las obras de este
autor que se exponen, en donde un buzo se encuentra crucificado, que puede
verse como una alusión a la relación entre cristianismo y
desnudez.
Los casi autorretratos de Eduardo Alvarado
nos retrotraen a las vanguardias de la primera mitad del siglo XX, siendo
su grueso, fuerte y temperamental trazo el rasgo de expresión más
destacado. Mientras que los dibujos de Hugo Martínez nos muestran
un realismo no carente de fantasía.
Ricardo Horcajada continua, a través de su pintura realista, en la exploración
de su propio cuerpo desnudo, jugando con el, cuestionándolo, violentándolo.
También presenta un trabajo diferente, que muestra la pureza de la desnudez
de un niño. Todos ellos aportan visiones antitéticas, en algunos
casos, complementarias en otros, pero que en todos suponen una forma personal,
individual, de abordar un viejo-nuevo tema a través del arte de nuestro
tiempo.
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