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A lo largo de la historia, se han propuesto diversas teorías que buscan justificar y estudiar el origen del hombre. Estas creencias, procuran argumentar un principio y observar los cambios que ha tenido el hombre junto al medio que lo rodea. Pero es la permanente modificación de las relaciones hombre - medio, la cual hace pensar que la metamorfosis (tomada como la transformación de una cosa en otra) 1 en todo sentido, sea el elemento principal de la evolución. Entre los procesos de metamorfosis más sobresalientes de la especie humana, se encuentra el de la bipedación - capacidad de andar parado sobre los dos pies - que según George Bataille 2 dio al hombre una de las diferencias más destacadas con respecto a otras especies. Esta evolución corporal parte de una posición erguida, la cual es causa de modificaciones en la construcción del cuerpo y su imagen. Entonces con la bipedación el hombre queda configurado de manera vertical y por ende comprometido a regir con la mente; esto supone unas variaciones estructurales y mentales que se evidencian en la priorización de una parte del cuerpo, que es la cabeza. En este punto se crea una nueva jerarquía para el hombre, pues le da mayor valor a su razón y desplaza ciertas funciones relacionadas con las partes bajas y por lo tanto con el instinto animal; como los genitales que señalan la imposición de prohibiciones, entrando a la categoría de lo feo y lo indigno. En cambio el animal, por su posición, no puede originar un mundo donde haya diferencias y valores pues la horizontalidad, que es un plano homogéneo y de igual equivalencia, en el que no hay alto ni bajo, no supone una articulación distinta de las funciones corpóreo-mentales. La estratificación: Los distintos campos de estudio del conocimiento humano fraccionan el cuerpo, lo segmentan y lo proponen como un objeto estratificado, que en conjunción con las tendencias del mercado y el desarrollo de modernas tecnologías, conducen a entenderlo como una construcción hiper-especializada, pues las franjas en que se encuentra definido se han extendido en un sinnúmero de significantes cuando en realidad su sentido se desintegra hasta enunciar su vacío. El discurso de lo corporal desde los distintos campos de estudio como las ciencias políticas, económicas, sociales y biológicas, por mencionar algunas lo que realmente
1. Definición de “Metamorfosis”. Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta, 2003.
plantean es una ruptura, una práctica fragmentaria, ya que han tomado el cuerpo a partir de sus intereses, moldeándolo según las necesidades de su estudio y reduciendo sus elementos constitutivos, a su base de investigación, encaminándolo de esta manera a un funcionalismo en el que las partes resultantes no guardan relación entre si. Por lo tanto esa imagen corporal fragmentada constituye hoy en día el eje de la construcción de identidades que, sumada a la frecuencia de imágenes que se muestran del cuerpo en los medios de comunicación, logran modificarlo en su carácter simbólico, engendrando mutaciones que continúan afirmando un sujeto fractal. Partiendo de lo anterior vale la pena enunciar las diferentes visiones que existen del cuerpo, con el fin de explicar mejor la fragmentación que el ser sufre dentro de sí.
Médica La medicina occidental con sus estudios y diagnósticos, esta determinada para evitar las enfermedades, pero en la práctica médica antigua el régimen no era solo para el que caía en cama, sino para la vida del hombre en general. Gracias a este precepto, los griegos desarrollaron conceptos como la higiene, la gimnasia y la dieta. Así, el principio de guardar un cuerpo sano, significaba un estado de conciencia avanzada y un ingrediente primordial de progreso. En cambio en la actualidad, el culto al cuerpo también tiene una gran importancia; pero con la justificación de convertirse en una máquina perfecta, porque debe cumplir con los requerimientos de tipo social y comunicativo, que exigen una salubridad y una apariencia ideal de cuerpo, enmascarando de esta forma la idea de sentirse bien consigo mismo. No existe entonces una importancia en el sentido de ser un conocimiento y un descubrimiento corporal. El objeto de estudio de la medicina por supuesto es el cuerpo, pero ¿cómo lo define la medicina? Para el médico, el cuerpo de su paciente o el propio es un organismo que realiza ciertas funciones que lo hacen estar vivo, un conjunto de músculos, tejidos, órganos y funciones estructuradas que conforman un sistema mecánico y anatómico. El cuerpo entonces pasa a ser objeto del discurso médico, pues se convierte en un artefacto compuesto por muchas partes en la que cada una es tratada de forma separada y debe ser controlada a través de ciertos regimenes científicos. Todo esto conduce a que el cuerpo en la medicina sea visto como un cadáver, como una enciclopedia técnica y teórica cuyo estudio exhaustivo esta dedicado a su funcionamiento, porque es observado en forma de masa biológica. Justamente aquí, hay una distancia entre el cuerpo visto como un ejercicio científico (organismo) y el cuerpo como resultado de fuerzas dinámicas que interactúan entre sí. Al punto que el cuerpo aparece como algo superfluo ya que es percibido desde una posición que lo muestra como una realidad objetiva. Pensar que la medicina tiene la propiedad sobre el cuerpo, es un prejuicio que comienza a cambiar con las distintas lecturas que desde la misma ciencia se han dado. Esto es el ejemplo del “proyecto del genoma humano”, la medicina alternativa que generan nuevas expectativas y discusiones sobre su discurso. Relación cuerpo-muerte Los seres humanos somos una especie que tiene conciencia sobre la muerte, de ahí que nos gastemos toda la vida buscando la forma de evitarla y prevenirla. Este temor con el que el hombre vive diariamente, ha hecho en alguna medida reflexionar y mirar la muerte como el fin de la existencia. Pero, ¿por qué será que se reconoce y se especula más sobre el cuerpo en la muerte?, ¿por qué no tenemos presente que todos los días tenemos un cuerpo y no sólo existe cuando se lastima, degrada o hay ausencia de un miembro?, ¿qué es lo implacable que tiene la muerte y por qué le tememos tanto? La muerte ha perdido todo su sentido pues toma al cuerpo como un manojo de despojos. Antes el fallecimiento de alguien representaba un misterio y ahora se reduce a un desgaste orgánico, a la conclusión anatómica, en donde acaba toda ficción y el cuerpo retoma su valor de verdad. Es así como la relación cuerpo y muerte se encuentra asociada a un vínculo de referencias de significación. Tengo un cuerpo y existo, no tengo un cuerpo y no existo. Es claro que el cuerpo resulta sacrificándose primero a la medicina que a la muerte, pues lo estudian desde la posición de cadáver.
Psicológica La psicología ha sido una práctica relativamente nueva que explica las conductas de los individuos. En occidente esta técnica ha adquirido un gran valor, tantos que se ha aplicado a la mayoría de campos en la vida general, llegando a influenciar al ser humano de una manera contundente. A partir de la psicología, Sigmund Freud elaboró un método de investigación y tratamiento conocido como psicoanálisis. Esta técnica concibió, en primera instancia, la aparición de un inconsciente que esta definido como la región hipotética de la mente que contiene los deseos, recuerdos, temores, sentimientos e ideas cuya expresión queda reprimida en el plano de la conciencia.3 Bajo la anterior definición ¿cómo incide entonces el inconciente sobre el cuerpo? El inconsciente sigue siendo un plano hipotético, en el que se desarrollan las emociones y las sensaciones que se verán reflejadas en el cuerpo. En esta medida, la mente genera una propia imagen del cuerpo y lo estructura con sus aseveraciones y carencias, lo que indica que bajo este precepto el cuerpo se encuentra sujeto y sometido a ella. Los psicólogos y psicoanalistas han trabajado la corporalidad desde un esquema postural, la vivencia infantil y la adquisición de un yo corpóreo. Sus resultados han sido generar una fractura, pues han producido una innumerable especie de fantasmas, una ilusión creada por la mente y el lenguaje, que hace del cuerpo en general una proyección mental. Se podría decir entonces, que la dimensión psíquica o mental es una figura aprendida en la evolución individual de cada persona, que a la vez se encuentra afectada por el medio y la cultura. Así, por ejemplo, la ansiedad es una apariencia, una existencia mental de las condiciones corporales que creemos estar percibiendo. 3. Sigmund Freud, Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta, 2003 Estos fantasmas hacen que la persona sea victima de sus preocupaciones y alteraciones emocionales. El sujeto queda anulado, convertido en el objeto de su drama que se instala a partir de la organización de sus fantasías. Por esto recurre a aspectos que cree que solucionarán su vació: la moda y los objetos, que son a su vez son los fantasmas de la pantalla. Finalmente el cuerpo es quien materializa todos esos espectros creados por la mente, que conjugados hacen de él una apariencia, pues luce y moldea sus fantasmas con la certeza de única realidad. Un cuerpo fragmentado esta en mayor disposición de sufrir esta fantasmagoría, pues no percibe la división entre lo real e irreal. Relación cuerpo-espejo El espejo, que siempre será de orden simbólico, es muy importante en el reconocimiento corporal, por eso se convierte en el objeto cotidiano por excelencia para las personas. Los espejos se toman las ciudades, los establecimientos públicos, los restaurantes, en fin, juegan con la imagen especular en la que todo se vuelve apariencia para exaltar ya sea el trato social o el hedonismo. La sociedad, enceguecida por el cuidado y el realce del cuerpo, refleja unos estereotipos en el que el cuerpo queda preso de su imagen y sujeto a los fantasmas de la pantalla4. Pero lo que vemos allí es su sombra, la verdadera realidad se encuentra de su lado inverso donde lo desconocido supone un encuentro interior e intimo.
Política Los sistemas políticos crean ciertas reglas como la obediencia y la responsabilidad hacia su estado, normas que hacen que los sujetos se sometan a su ley. Por consiguiente, la figura de estado impone a los individuos y sus cuerpos ciertas restricciones, convirtiéndolos en máquinas estandarizadas a las cuales ordenan y controlan por medio de las instituciones. Finalmente, lo que hace la política es producir signos orientados a aumentar la capacidad de las diferentes actividades, provocando el refrenamiento del cuerpo interior por vía de las estrategias corporativas y organizacionales y a la vez la representación del cuerpo exterior en el espacio social. Es evidente que el hombre se encuentra dividido en el interior de sí mismo o dividido de los otros porque su cuerpo se “elabora como un objeto discursivo” 5 y ha resultado ser más una práctica que se disfraza en vivencia. Por eso para el mundo clásico era de tanta importancia el “conócete a ti mismo” 6 que va ligado también al “cuidado de si mismo” 7; esto se volvió un trabajo habitual y uno de los principios fundamentales de su cultura. 4. BAUDRILLARD
JEAN. Intercambio Simbólico y la Muerte Capitulo: el nuevo espejo Caracas: 2
edición Monte Ávila Editores, 1992. Si estos actos los tomara el hombre de hoy como ejercicio cotidiano de entendimiento y contemplación, obtendríamos lo que Michel Foucault denominó como tecnologías del yo,“Donde se permite a los individuos efectuar cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conductas o cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de si mismos con el fin de alcanzar cierto estado de felicidad, pureza, sabiduría o inmortalidad” 8 En esta medida, el término gobernabilidad 9 debería ser utilizado más como un tipo de dominio sobre sí mismo, creando una cultura que permita entender, liberarse y rechazar el tipo de hegemonía que se ha impuesto. La política es entonces el mecanismo predilecto para condicionar los cuerpos y volverlos unas máquinas productivas con el fin de ser observados, identificados y reproducidos. Esta vigilancia que se ejecuta sobretodo con la comunicación, ha sido determinante en los diferentes modos de objetivación del sujeto. Así es como los diferentes cuerpos que conforman la sociedad se transfiguran en una especie de ideal servil, basado en estrategias de poder y presumido con fines democráticos. Relación cuerpo – poder El cuerpo es en general una gran fuerza que es utilizada para los fines de la sociedad. En esta medida, el poder retoma sus armas y convierte el cuerpo en un sumiso trabajador de las exigencias y necesidades que se promueven en la actualidad. Por ejemplo, la educación militar estructura los cuerpos para fines que se creen sociales y democráticos, dejándolos entrenados y registrados bajo un mandato que busca uniformizarlos. La relación del cuerpo y el poder esta fundada en la subordinación, en la que lo corporal no puede escapar a la preferencia de un mismo tipo físico y mental, sin alimentar y dar gracias a su propio sistema. Así es como éste último deja de lado la construcción particular del cuerpo. Ya Foucault había estudiado la relación con el poder que es autoritaria ante el individuo; sin embargo, éste lucha por la dominación y determinación de sí mismo, pero, el sistema ejerce sobre él una presión que procura encaminarlo (dentro de su proceso de subjetivación) en una línea que exige el régimen para poder funcionar como posibilidad totalizante. De esta forma existe una especie de gobierno que rige cautelosamente la conducta del ser humano para que sea parte de un sistema, en vez de existir un gobierno que ejemplifique la relación con sí mismo (gobernabilidad).
Social Hoy en día la imagen personal ocupa un lugar primordial en las relaciones sociales, lo que implica que el cuerpo se convierta en una poderosa tecnología social, pues la sociedad lo hace práctico para sí, implementa y organiza sus experiencias y actos, haciéndolos accesibles, “adecuados”, para la humanidad, es decir, reales para los demás.
8. FOUCAULT MICHEL. Las Tecnologías del Yo y otros
textos afines. Universidad autónoma de Barcelona: Ediciones Paidos Ibérica, S.A.
I.C.E. 1990. Basándose en lo anterior, en el cuerpo comienza a existir una ruptura que se ve afectada primordialmente por la imagen actual (transparencia a la que esta el hombre expuesto todos los días y que genera una apariencia), ya que origina un modelo que se convierte en el estándar, dejando el cuerpo funcionalizado. El sujeto de hoy se encuentra bombardeado de imágenes publicitarias que exhiben un cuerpo sano y hermoso. De tal forma aparece expuesto en el deporte, en la pasarela, las noticias, los comerciales, etc. Ello ha conducido a crear y acceder cada vez más a lugares diseñados exclusivamente para el cuidado del cuerpo, que resultan ser templos grandiosos del narcisismo y el hedonismo. El gimnasio es uno de estos lugares en donde reducen a los sujetos al estado de masas y encierran al cuerpo como un elemento dentro del marco de las relaciones de producción y de consumo. Por eso, la imagen ideal de cuerpo está justificada en una salubridad, que genera una coartada para el consumo de productos naturistas, de belleza y cirugías; todo ello para nivelarse con unas exigencias sociales, que convierten al cuerpo en uno de los grandes fenómenos de la cultura actual. De esta manera, es cierto decir que lo social se encuentra enormemente afectado por las imágenes publicitarias que transfiguran el cuerpo en una pantalla de control, en un maniquí expuesto a las congruencias sociales, en sujetos mediáticos contemporáneos que no expresan la salud pública o la participación real del cuerpo social. Indiscutiblemente, la sociedad se transmuta en un gran cuerpo integrado por otros cuerpos que se unen entre sí. Pero hay que tener en cuenta que el cuerpo también es portador de un poder de subversión y puede ser una gran fuerza de cambio. Relación cuerpo-signo Los medios de comunicación masivos anuncian el cuerpo a través de la imagen, como una nueva forma de consumo; ya que lo muestran desde la imagen ideal, como un prototipo deseable que ayuda a la venta de productos. Es en este punto donde el cuerpo es signo como tal porque maneja una función, se transforma en espectáculo y en una red de marcas, que lo estandarizan y lo organizan estructuralmente a manera de intercambio mercantil y libidinal. Ello significa un encadenamiento interminable de signos que no tienen sentido, porque unos remiten a otros y así sucesivamente, connotando solo vacío. En la actualidad el cuerpo ha desviado su sentido real, ya que esta presente solo como signo vacío y se percibe continuamente dominado por una supuesta imagen corporal y por un orden social; evidenciando una cultura que ha ido transfigurando la condición corporal del individuo, pues se aleja cada vez más de su conexión con la naturaleza y de su función primaria que es la relación simbólica.
Estética-artística Los cánones de belleza se han ido transformando junto a los procesos de tipo moral, social, cultural y económico de cada época. Hoy en día estos cánones se encuentran influenciados por el desarrollo de nuevas propuestas y tendencias comunicativas. En esta medida, la iconografía del cuerpo asume formas muy diferentes. Después de pasar por los ideales de belleza y la búsqueda del equilibrio de los griegos, reflejada también en el renacimiento; se da una lucha en contra del academicismo, rehusando la existencia misma de lo “bello” y entrando con una imagen más real y cercana sobre la corporalidad, ya no se comprometen solo a imágenes sino se vuelven acciones que implican su expresividad, ligadas a su forma y volumen. En la actualidad, aparece el cuerpo como una nueva apariencia que retoma los ideales antiguos, pero los pone fuera de sí, los lleva al límite donde lo real y lo virtual se confunden. La belleza entonces se convierte en una mutación y lo bello se encierra en unas formas estilizadas y manipuladas. Pero ¿Qué significa ese exceso de cuerpos delgados y bronceados? Ello es la evidencia de la explotación del cuerpo que ha desplegado la publicidad, que solo expresa la apariencia y la mutación. En este punto, el exceso de información corporal de los medios de comunicación genera la grieta más profunda y evidente respecto al cuerpo humano, pues su representación se basa en ideas e imágenes mediatizadas. Para el arte contemporáneo ocurre una curiosa paradoja en materia de representación humana: en tanto que en la mundo existen estereotipos e ideales de belleza, para los artistas actuales que han llegado a contradecir los cánones académicos, el cuerpo va más allá de su apariencia y su figura banal, resurgiendo al tiempo formas imprecisas y desgarradoras; una especie de nuevas acciones provocadoras, una icónica mortífera, la negación misma de la estética. Por eso, el cuerpo paródico se da en el arte como una crítica que muestra más su estado alienado actual, en la que toda estética queda descartada en nombre de un ejercicio revolucionario que permita hablar ya no sobre el cuerpo sino con él, desde la experiencia cotidiana. La permanencia del cuerpo en el arte es un hecho que brinda testimonios de su existencia y de su preocupación; así, como un grito último por atestiguar su presencia o su carencia, para convertirlo en un medio de experiencia y la fuente de un nuevo lenguaje. Relación cuerpo-mundo La experiencia se evidencia en lo corporal y al eliminarla el sujeto queda convertido en objeto de lo otro, del afuera. Este sufre entonces un proceso de objetivación, el cuerpo queda aniquilado y figurado como un plano de referencia, formándose una nueva imagen, que no es más que la mediada por las tecnologías de la comunicación. Este fenómeno tiene lugar gracias a que los signos se muestran como figuras vacías, que almacenan todo tipo de apariencias; por lo tanto, se muestran sobrecargados y simulados. Precisamente existe para el hombre contemporáneo una dificultad, el individuo no se crea como una unidad capaz de volverse a integrar dentro de su fragmentación, lo que le impide ver su cuerpo como un desarrollo íntimo y diferencial de cada persona. Bajo este sentido no sería correcto anular las diferencias, sino transformarlas en nuevas formulaciones para articular un proceso de corporalidad más real. Pero hoy, el sujeto actual asume su corporalidad como una multiplicidad congénita que es insertada por las imágenes que muestran los medios. Estas imágenes son tomadas como la realidad más cercana para el desarrollo social de su vida. Todo ello se traduce en una producción fragmentaria, un collage corporal que evidencia unas identificaciones construidas, una ilusión, donde el cuerpo ya saturado de tantas representaciones decide elaborarse de retazos televisivos, de últimas modas y de las exigencias sociales.
Religiosa y Filosófica En la cultura occidental la definición de cuerpo ha estado influenciado por dos grandes líneas - la filosofía y la religión - Es así como en la filosofía platónica la idea de cuerpo iba ligada a la del alma, siendo esta última la de mayor importancia pues su trascendencia es mayor, declara al ser, lo define y finalmente es lo que permanece. De este pensamiento se deriva la teoría “el alma como prisionera de un cuerpo material.” En base a este postulado la religión cristiana tiene alguno de sus principios, pues conciben el alma como principio de vida capaz de sobrevivir a la decadencia corporal y garantiza la presencia de Dios a través de la fe .10 En ambos casos el cuerpo es interpretado como lo impuro, puesto que se relaciona más con el instinto, siendo el símbolo mayor del deseo y por supuesto tiene un final que es la descomposición y muerte. Así es como el cuerpo se comienza a tapar y a negar, se aleja de su concepción natural, para entrar en un mundo de reglas y condiciones que lo determinan y limitan. Entonces esa concepción de cuerpo que esta influenciado por estas dos ciencias se transforma en un cuerpo culpable y martirizado, ligado al pecado, a lo irracional ya que su forma seduce y va ligado al placer. En conclusión es visto desde el ángulo de lo animal. Estas dos ciencias han trabajado sobre la idea de alma y cuerpo, separando estos conceptos y dándole más importancia a uno que a otro. La línea divisoria entre los conceptos alma y cuerpo, predominó en el juicio cristiano hasta que el teólogo santo Tomás de Aquino accedió al razonamiento de Aristóteles, en el que cuerpo y alma pertenecen a una misma sustancia, pero son particulares. Lo claro en todo el dualismo que a lo largo de las épocas se ha desarrollado es que el cuerpo se ha colocado como objeto de la idea del alma, porque necesita que la mente o el intelecto controlen sus deseos, sus pasiones y sus impulsos. Es así como la división cuerpo-alma sienta uno de los pilares de la cultura en occidente, realzada a su vez por el desarrollo de nuevas ciencias, que oponen su visión mecanicista frente a la visión de las diferentes religiones y algunas filosofías, además por una tendencia general a que los medios masivos de comunicación muestren cada día más esta fragmentación. La consecuencia dada por ésta separación, recae en la elaboración de una definición de cuerpo que no guarda sus valores de totalidad en concordancia con su multiplicidad, sino que se hace a partir de su bifurcación, creando una visión segmentada del cuerpo (lo material) - como ese lado oscuro de lo humano, ese instinto primario que todavía no separa al hombre totalmente de los animales y por lo tanto de las funciones reproductivas, el placer y el dolor, que están vivenciadas en él y son su medio de expresión - y por el contrario, colocan el alma como la forma más elevada de la existencia del cuerpo, pues ésta sí es perdurable y trasciende la carne. Siendo que ninguna guarda mayor importancia, son sustancias diferentes pero componen al ser humano y ambas se necesitan para desarrollarse y entrar a nuevos campos de interpretación. 10. FOUCAULT MICHEL. Las Tecnologías del Yo y otros textos afines. Universidad autónoma de Barcelona: Ediciones Paidos Ibérica, S.A. I.C.E. 1990. Relación Cuerpo-alma La cultura Griega clásica mostró un interés creciente sobre el tema del cuerpo, desarrollaron el termino “gimnasia” como: “el ejercicio físico que se hace extensivo al alma, en el que los ciudadanos deben reconocer un espíritu que requiere de un fortalecimiento corporal.”11 En esta definición, los aspectos alma-cuerpo van conjugados, no se dan por separado, debido a su comprometida educación que los llevaba a la sabiduría de la naturaleza humana. Sin embargo, dentro de la filosofía griega, se encuentran varias escuelas que dieron su propia reflexión sobre el cuerpo; por ejemplo la escuela pitagórica toma el alma como prisionera del cuerpo, su propósito es su purificación mediante el ejercicio de negarse a los placeres y obtener virtudes intelectuales. Platón también mantiene la facultad del alma, exponiendo que una mente sana en un cuerpo sano requiere que el intelecto controle los deseos y las pasiones, así como el estado ideal de la sociedad requiere que los individuos más sabios controlen a las masas buscadoras de placer.12 En cambio para Aristóteles “el alma es la realidad del cuerpo, porque el hombre tiene el espíritu más desarrollado de todas las especies, así el cuerpo es la exteriorización del alma, es en sí su forma. Una derivación de las enseñanzas de Platón es la filosofía estoica. De acuerdo con ellos el alma humana es una manifestación del logos. Afirmaban que vivir de acuerdo con la naturaleza o la razón es vivir conforme al orden divino del universo.13 La importancia de estas visiones se aprecia en la condición del alma en sí misma, por que creían que el hombre, cuando se libera y domina los deseos y las pasiones que descomponen la vida ordinaria, encuentra la sabiduría porque lo importante es el control de las representaciones y no el desciframiento de la verdad. La preocupación por una existencia que no encuentra explicación ha hecho que las dos corrientes más influyentes en la vida del hombre, como las ciencias - que se basan en hechos comprobados para revelar la verdad - y la filosofía,- que busca aclarar esa existencia por medio de pensamientos - hayan fragmentado al ser humano, por concebirlo desde la instancia del cuerpo y/o del alma. Estas dos grandes disciplinas desde sus inclinaciones han ayudado a fraccionar la idea sobre lo corporal porque han separado los conceptos de alma-cuerpo y estudian su naturaleza como si fueran de orígenes distintos. Es importante mirar que cuerpo-alma están opuestos y ello surge por la acción del pensamiento, ya que son una unidad inseparable, la cual ni siquiera debería llamarse unidad sino que correspondería a la naturaleza innata del ser humano y por consiguiente a su lógica esencial. La verdad es que el cuerpo siempre suscitará la idea del alma y viceversa. Pero esta dicotomía inunda de reflexiones la actualidad, debe ser asumida como un hecho histórico que no puede seguir repercutiendo en la vida de hoy; más bien debe encaminarse a recuperar ambos sentidos pero ya integrados y no más divididos.
11. PLATON.Alkibiades.Madrid: Ediciones Aguilar,
1961. |
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