El cuerpo en la
performance Antonio Colom |
Como eje de mi
exposición , voy a tomar una vía concreta que he encontrado en diversos autores y que para mi
centran, ordenan y permiten pensar una serie de fenómenos que espero que
puedan ser de vuestro interés. Me refiero a lo que tanto Hal Foster, como Iván de la Nuez nombran como "crisis de la representación en el campo del arte". Lo interesante, es que al mismo tiempo que aparece esa crisis en el campo de la representación, el cuerpo aparece como una obsesión en el arte de fin e inicio de milenio. Podemos incluso dar datos estadísticos. El miércoles 25 de junio, en un artículo de "El país" en el que se hacía eco de la presentación del libro "Corpus solus" de Juan Antonio Ramírez, aparecía el siguiente dato: "El 90% del arte tiene que ver con el cuerpo". De cualquier manera, mi posición con respecto al arte, está absolutamente
en sintonía con lo que Lacan planteó en su artículo "Homenaje a M. Duras":
"pienso que un psicoanalista sólo tiene derecho a sacar ventaja de su
posición, aunque esta le sea reconocida como tal: la de recordar con Freud,
que en su materia, el artista siempre le lleva la delantera, y que no tiene
por qué hacer de psicólogo donde el artista le desbroza el camino". Es
decir, mi idea no es la de realizar una terapéutica de la contemporaneidad
artística, sino más bien aprender de los fenómenos que en estos momentos
están aconteciendo en este campo. Así pues, fundamentalmente os remito a un artículo de Iván de la Nuez
aparecido en la revista Lápiz con el título "Del cuerpo de la revolución a
la revolución del cuerpo", a otro artículo de la misma revista que es una
entrevista realizada por Anna Mª Guasch a Hal Foster titulado "El
compromiso entre la historia y la crítica de arte", al libro de Hal Foster
"El retorno de lo real. La vanguardia a finales de siglo" y al libro
"Paradojas de la representación" de Nelly Schnaith. ¿Qué entender como "crisis de la representación" en el campo del arte?
No nos extrañe que se haya producido tal crisis cuando una de las
inquietudes de la vanguardia artística ha sido la de romper con la
representación, destruyendo así la barrera entre arte y vida tal como
apunta I. de la Nuez. Aunque quizás sea más conciso Hal Foster al referirse
a la "desestructuración del orden de la representación", algo que está más
en sintonía, como expresión, con el contexto social en el que se produce,
la posmodernidad. Me parece importante situar este aspecto, puesto que el
desestructuralismo es algo que no únicamente ha acontecido en el campo del
arte sino que también se ha dado en otros campos como son la filosofía, la
arquitectura, el feminismo, el marxismo crítico, el capitalismo cultural,
etc. (Hay un libro excelente para situar esto que es "La posmodernidad" recopilación de artículos realizado por Foster) Tal vez resulten interesante situar qué es lo que ha contribuido a esta
crisis más allá del desestructuralismo como técnica. Foster es claro: "la
inercia consumista", dice, junto con su lema "anything goes", traducible al
castellano con el "todo vale" y también la "commodity culture" imbricada
en la especulación artístico-financiera y ajena a cualquier posibilidad de
discurso crítico. Estando así las cosas, tal crisis no es explicable únicamente a partir de
la posición de la vanguardia frente a la representación como tal, sino que
también hay que tener en cuenta la influencia del capitalismo y de la
sociedad de consumo. Ahora bien, ¿Por qué paralelamente a esta crisis aparece el cuerpo como una obsesión del arte? I. de la Nuez en el artículo citado da varias respuestas: "Podemos ofrecer varias respuestas que van desde la angustia de la existencia (el cuerpo sigue siendo el lugar donde acontece la enfermedad, la vejez, la muerte), hasta las implicaciones del arte en las formas de consumo que la globalización del mercado establece. Desde el sadomasoquismo hasta la anorexia, es probable pensar que es en el cuerpo donde se consuman (y consumen) a un nivel más definitivo todas las contradicciones de la trascultura y la identidad de este fin de milenio. El cuerpo aparece como el enclave en el cual las identidades anteriores y esencialistas, de pertenencias prefijadas (nación, sexo, género), comienzan a dar paso a nuevas identidades autoconstruídas y que van desde el impulso de cambio absoluto de la transexualidad hasta el intento de conservación absoluta de la anorexia". |