Un hombrecillo muy especial
que nació por casualidad, jugando, porque el Arte, con mayúscula,
no deja de ser eso, "un juego".
Nel Amaro se encontró un buen día con uno de esos muñequitos
para niños de la casa Playmobil, que no había tenido en su infancia,
y se puso a jugar con él y sus posibilidades expresivas. Jugando
y jugando, el Hombrecillo Azul (homenaje a Yves Klein) de Playmobil
fue adquiriendo cierta notoriedad, viajando virtualmente y dejándose
ver en lugares actuales, pero también pasados y hasta futuros.
Estuvo en la Mérida romana, en la luna con el primer astronauta
que la pisó, se rodeó de estupendas señoritas e incluso llegó a
tirarse a la calle desde la misma ventana que Klein, y así, poco
a poco, fue haciéndose un sitio vía internet principalmente, entre
muchos de los destinatarios de las entregas diarias de la Fundación
Perruno-situacionista "Laszlo Kovacs". |