Pregunta que despierta inquietudes, y exalta.
Convivir con otros ritmos, con otros sonidos, con otros olores, otros
colores, descifrar signos, es uno de los desafíos o mejor dicho
una de las preocupaciones, aun mas cuando se tiene pensado llevar
a cabo una acción urbana dentro de ese paisaje a descubrir.
Me pregunto si dos días son suficiente para despabilar la conciencia,
si 48 h. es suficiente para hallar pistas que habiliten el dialogo,
la poesía, la acción.
Acción I
Fragmentados recorridos por la ciudad, su mercado, sus plazas, sus calles
en sinuosas alturas que recorro fatigada, las voces, las palabras que
tardo en descifrar, es la letra que se dispone y habilita entonces a
tan solo dos días de mi llegada el pasaje a la acción
II.
Acción II - 6 pm.
Situada en el centro de la ciudad de Belo Horizonte, sumergida en el
transito de las personas que retornan a sus hogares luego de su jornada
laboral, motivada por el flujo energético de quien tiene la esperanza
de encontrar un buen retorno a casa, avanzo.
Desde el bajo miro a través de los ojos de una abuela prestada,
camino en subida y frente a mi las siluetas se dibujan en un espejo.
Descubro un árbol, es alto, no alcanzo a tocar sus ramas, para
ese fin pido una escalera que niega su presencia, entonces modifico
el lugar donde colgar dos sacos, uno contiene flores, otro maíz,
además otros objetos recolectados en el andar me acompañan
y ellos ayudan a tomar decisiones.
El vestido blanco que me arropa confunde a las personas con un ritual
chamico, algunos me preguntan si es brujería, se dispone el diálogo,
algún@s ríen, la comunicación verbal es dificultosa,
así mismo logramos algunos acuerdos, otr@s tan solo quedan mirando,
poc@s muestran indiferencia.
No solo l@s que preguntan o l@s que miran son l@s intrigad@s, interpelada
con sus interrogantes me corroe el propio.
Por lo que desde el principio Indago y busco.
Catarsis
La acción sucedió, no se por cuanto tiempo, lo he perdido
en ella.. se que se inició con sol y culmino con luna, Sé que
hubo personas que cooperaron con acciones simples y profundamente humanas,
que otr@s se prestaron al juego, sé que hubo indiferentes y quienes
cuidaron desde lejos.
Sujetando los sacos rodeo una y otra vez el árbol encontrado,
allí se tejieron historias, allí ligándose a un
largo hilo rojo concebido en mi cintura armada, concebido a mis pies
sensibles, contaminados.
Mientras pienso una y otra vez como resistir?, como resistimos? mil
veces rodeo, corro y giro, un mundo de ideas vomitan una última
acción, se inscribe entonces en el cemento un círculo
de flores rojas, dentro quedan un espejo, fragmentos de maderas clavadas
en el saco de maíz, las mismas que coronan mi cabeza, restos
de hilos, y los ojos de la abuela con el que he tratado de encontrar
respuesta a la pregunta.
tiro con fuerza arranco el segundo saco del árbol, se sueltan
las palabras, las historias, con mas fuerza aún golpeo una y
otras vez dentro del mandala rojo al saco de maíz, este comienza
a romperse y sus granos comienzan a liberarse, sucede con tanta fuerza
que asusta, grito y golpeo, grito y resisto, el cuerpo duele, el cuerpo
resiste, el cuerpo se hace fuerte, el cuerpo aprende, el cuerpo baila,
el cuerpo llora y ríe, se alimenta, engorda y adelgaza, envejece
y vuelve a nacer, somos esto, cincelados por la resistencia.
gabi alonso, escrito en el aeropuerto internacional Tancredo Neves,
Belo Horizonte, Brasil. 29 de septiembre, 2 am. retornando a casa.
http://gabialonsoenconstruccion.blogspot.com.ar/