Preguntarse
donde reside el futuro antes de que lo atrape el presente puede ser
pertinente
si hay voces que claman atención hacia el ahora y los procesos
económicos y tecnológicos que catalizan el futuro, y
mas cuando a menudo se tiñe de catástrofe.
En pleno siglo XXI, cuando los tiempos líquidos han diluido
límites del pasado, la ciencia - ficción ha dejado de
ser un mundo a parte para la fantasía, la filosofia un ámbito
hermético para la especulación, y el diseño una
práctica concentrada solo en la materia. Los artistas que presentan
su trabajo en "Futuro Variable" no se ocupan de idear futuros
posibles, ni tampoco imposibles. Los suyos son actos de insinuación,
sutiles llamadas de atención a la reflexión sostenida
sobre la condición de futuro, con referencias oblicuas a la
ciencia - ficción, la filosofia o la biologia sintética
y la inteligencia artificial.
Llegado el momento de la supervivencia, ¿Cómo conjurar
la amenaza de un futuro que intimida con devorar el presente? Parece
que las opciones más sensatas son las que proponen su reformulación.
El primer requisito, apuntan algunos, ha de ser la toma de conciencia
del tiempo a través de su desaceleración.