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motivo aparente http://www.ca2m.org/es/presentes/sin-motivo-aparente COMISARIO JAVIER HONTORIA ARTISTAS Artículo de Tania Pardo: |
Sin motivo aparente es una traducción razonablemente adecuada de la voz inglesa “out of the blue”, una expresión que designa una causalidad singular, inesperada, fortuita. Esta es la idea central que vertebra la exposición: la posibilidad de que las obras de arte aquí reunidas no tengan que ceñirse a una trama discursiva concreta, evitando la tiranía curatorial y la imposición narrativa. Sin motivo aparente es una ficción por la que el arte va despojándose lentamente del discurso hasta quedar sustentado en el vacío, en la nada, funcionando de manera independiente en la mente del espectador. Sigue, así, una de las aportaciones más importantes de Lawrence Weiner al arte de nuestro tiempo: la posibilidad de que el arte “no tenga por qué ser construido”, que pueda funcionar sólo como idea y que sea el receptor el que active finalmente su significado. El artista estadounidense también decía que el arte público no sólo era el arte que ocurría fuera de las instituciones sino el arte que “pertenecía al público”. Esta idea sobrevuela un proyecto, que está, esencialmente, dirigido a explorarnos como receptores de arte. Las obras aquí reunidas no pierden nunca su significado original, pero juntas funcionan ilustrándose unas a otras y no solamente ilustrando ideas, y poniendo el acento en el propio concepto de exposición, reflexionando sobre cómo nos movemos en el espacio, el modo en que estamos en el arte. Sin motivo aparente se nutre también del legado que nos dejó Robert Filliou, artista francés fallecido en 1987, una obra fascinante basada en la liberación del arte de su aura elevada y elitista. Sostenía Filliou que no hacía falta ser ningún genio para producir arte, pues las únicas herramientas necesarias para tal fin eran la inocencia y la imaginación, atributos comunes a todos nosotros. El arte por el que aboga Filliou es el arte de la seducción y la espontaneidad, el del juego y la poesía. La exposición tiene como punto de partida una zona introductoria
de iniciación y de búsqueda, un lugar ficticio en el que
la teoría y el discurso aún no se encuentran plenamente afianzados.
Más adelante, y siempre al abrigo de la ficción, el arte
irá liberándose progresivamente del lastre del discurso,
los artistas entrarán en conflicto con su propia obra y acabará,
ya en la parte final, en un escenario en el que todo se rige ya por parámetros
más bien emocionales. Sin motivo aparente es una exposición
que puede ser una y mil a un mismo tiempo, en función de la forma
que adopte en la mente de cada visitante. |