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> Fernando Casás Árboles como arqueología
2003
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La elección del emplazamiento
no podía ser otra que el desierto de Monegros, donde la naturaleza ha perdido la
memoria de su bosque. La escultura consta de dos árboles naturales plantados en
medio de un conjunto de ocho troncos de granito. Ubicadas en el alto de una de
estas montañas cortadas por el viento y cuyos laterales son totalmente
erosionados, esta escultura puede ser vista desde la distancia integrada al
entorno monumental: arqueología de una vida que ha existido. Las obras de Fernando Casás no son alegatos de denuncia ni llamadas de atención, ellas responden a otra lógica de la que emerge la imagen de la duda. Son figuras que ofrecen una muestra de lo que el hombre hace a través de la acción particular de uno de esos hombres. Las obras de Fernando Casás son, por tanto, testigos emblemáticos de la acción humana. Javier Maderuelo. Fernando Casás. Diputación de Huesca, 1997, p 9. El arte de Casás parece
evolucionar en dos direcciones. Una, claramente escultórica, tridimensional,
hacia lo monumental y, con sus espacios penetrables, para una casi arquitectura
que trabaja por apropiación, buscando deconstruir las fronteras que nuestra
civilización ha erigido entre la naturaleza del arte y el arte de la naturaleza,
el mundo de la cultura y el mundo natural, buscando resensibilizar al hombre
civilizado a que abandone su concepción de la naturaleza como fondo inerte sobre
el cual puede ejercer un dominio ilimitado, invitándole a percibir las
incontables formas impresas en el mundo, formando como una semiótica transhumana,
de ámbito cósmico. Roberto Grey. Fernando Casás.
Arqueología del no lugar. Madrid:Círculo de Bellas Artes, 2004, p.157.
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Exposición
Túneis de Cupim Del 23 de septiembre al 1 de noviembre de 2009 Curador: Alex Gama Centro Cultural Correios Rio de Janeiro, Brasil www.fernandocasas.es |
Las obras que conforman la presente exposición en el Centro Cultural Correios de Río de Janeiro forman parte de las últimas investigaciones que el artista viene desarrollando sobre la energía de la naturaleza, materializada en la fosforescencia. El tíulo de la exposición hace referencia tanto a las primeras obras del artista, reunidas en los años setenta bajo el nombre genérico de Ciclo do Cupim (Ciclo de la Termita), como a los túneles de gusanos, términos usados por los científicos para designar las concentraciones de energía del cosmos, teóricamente formadoras de conductos que permitirían el paso de una dimensión a otra. |