Ulrich Rückriem ha
desarrollado su trabajo desde los años sesenta como escultor independiente.
Empezó su andadura en una cantera aprendiendo todos los procesos de
transformación de la piedra así como sus reacciones ante distintas
intervenciones, conocimientos que han sido la base de su trabajo y que se han
materializado en sus características estelas. Su trabajo se ha presentado
principalmente en Europa, destacando su participación en la Bienal de Venecia de
1978 representado a la República Federal Alemana.
En el grupo de Abiego, a medida que nos acercamos, el
volumen respecto a nosotros y a la relación entre ellas varía, las columnas se
abren, se alejan más unas de otras; cuando entramos, el espacio se ha
transformado en un interior, es acogedor. A medida que nos alejamos el grupo de
estelas se va cerrando, hasta el punto que desde el campo oriental podemos ver
cómo se convierten en un muro continuo, una única pieza en trato con el paisaje,
un zócalo que soporta el horizonte.
Alicia Chillida. Ulrich Rückriem: Pirineos, Huesca. Ostfildern-Ruit:
Cantz, 1999, p 25.
La
localización de la obra es difícil. Está lejos –del habitual espacio del arte
contemporáneo– y sin embargo rehúye ser anónima y se alza con una presencia
sólida haciendo gala de una importante verticalidad. El estrecho camino que es
preciso recorrer para acceder allí donde espera la proposición artística
descubre al viajero la siempre feliz sorpresa del entorno natural en
transformación. Lejos del convencional cubo blanco, habitual receptor de lo
artístico, cada árbol como cada hierbajo, cada cielo como cada nube renuevan su
capacidad de seducir. Desplazada abiertamente por el artista de sus habituales
regazos –la galería, el museo y la ciudad–, la situación que crea ahora la obra,
huérfana de contenedores legitimadores, constituye una sorpresa avistada a lo
lejos por quienes llegan de la población cercana y descubierta en su solemnidad
por quienes caminándola ya arribados a su emplazamiento automáticamente la
transforman por el simple hecho de desertarla de su silencio sobresaltándola con
su presencia.
Hay lugares inverosímiles como éste en los que se hace posible la reconstrucción
efímera de una noción del arte tan deseada como imposible: la que libera del
prejuicio cultural.
José Lebrero. Ulrich Rückriem:
Pirineos, Huesca.Ostfildern-Ruit Cantz:1999, p 34.