> PRESENCIA
ACTIVA
Acción, objeto y público
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05.10.2012-25.02.2013
Gijón
(Asturias)
España
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Comisarios: Sergio Edelsztein
/ Kathleen Forde
Artistas: Maja Bajevic, John Bock, Gary Hill,
Thom Kubli, Mads Lynnerup, Alastair MacLennan, Sergio Prego, Gema Ramos,
La Ribot, Carlos Rodríguez-Méndez,
Nerea Santisteban
Coproducción: LABoral Centro de Arte y Creación Industrial,
MARCO-Museo de Arte Contemporánea de Vigo
> MARCO
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Todo respecto a la estructura
y el modus operandi del arte de la instalación insiste en poner en valor la presencia inmediata
del espectador; una insistencia que en última instancia reincorpora
al sujeto (como entidad singular), sin importar lo fragmentado o disperso que
sea nuestro encuentro con el arte. Más concretamente, la instalación
sitúa al sujeto como componente fundamental de la obra, a diferencia
del Body Art, la pintura, el cine, etc., que –por así decir– no
exigen nuestra presencia física en el espacio.
Esta es la conclusión a la que llega Claire Bishop en su libro Installation
Art: A Critical History, 2005. En este estudio, Bishop desarrolla una lectura
del arte de la instalación desde sus comienzos en los años treinta
hasta el presente, basándose en el papel que asume la presencia del
espectador —ya sea física o psicológicamente— dentro
de la obra.
Podemos tomar la cita anterior, y sustituir la palabra
espectador por artista. También podemos cambiar performance por instalación y así,
la conclusión de Bishop resulta igualmente relevante respecto al arte
de acción. Solo que el sujeto, en este caso, sería el artista.
Hasta ahora, la mayor parte de la investigación sobre la performance
se ha llevado a cabo a partir de su desarrollo narrativo, mientras que el estudio
del arte de la instalación —como se ve en el libro de Bishop— se
ha centrado en el papel del espectador, y en la medida en que este es activado
por la obra.
Esta disparidad metodológica se debe a que el estudio de estas dos
ramas no ha reparado suficientemente en el hecho de que la acción y
la instalación, como disciplinas artísticas, son espejo una de
la otra. Ambas están basadas en el mismo principio de presencia; de
presencia activa. En la performance, la presencia del artista; en la instalación,
la del espectador. Así, reflejadas una en la otra, instalación
y acción toman direcciones opuestas pero superpuestas, creando un eje
entre dos polos —el artista y el espectador— a lo largo del cual
existen infinitas posibilidades de interacción. La performance se transitiviza.
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Imagen: John Bock. Vas-Y! , 2005.
Foto: MARCO/Janite
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PRESENCIA ACTIVA. Acción, objeto y público se compone de obras —en
su gran mayoría nuevas producciones específicas para este proyecto— que
cobran significado en esta coyuntura. Performance e instalación confluyen,
dentro de los espacios del museo, en un variopinto paisaje de instalaciones
dinámicas activadas por los artistas y/o el público. Encontramos,
de una parte, obras en las que el público adquiere un papel más
pasivo, y de otra, instalaciones cuya existencia depende de su participación.
También hay piezas que funcionan en ambos campos. Y en todas ellas percibimos
un territorio único, un lugar entre géneros con relaciones estratificadas,
poco habituales en la práctica de la instalación o de la performance
pura.
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