Genealogías feministas
en el arte español: 1960-2010
http://www.musac.es/index.php?ref=145900
23 de junio de 2012 al 6 de enero de 2013
Comisarios: Juan Vicente Aliaga y Patricia Mayayo Artistas: Pilar Albarracín, Xoán Anleo/Uqui Permui, Pilar
Aymerich, Eugènia Balcells, Cecilia Barriga, María José Belbel,
Miguel Benlloch, Itziar Bilbao Urrutia, Esther Boix, Cabello/Carceller,
Mónica Cabo, Mar Caldas, Carmen Calvo, Nuria Canal, Anxela Caramés/Carme
Nogueira/Uqui Permui, Ana Casas Broda, Castorina, Mari Chordà, Montse
Clavé, María Antonia Dans, Lucía Egaña Rojas
, Itziar Elejalde, Equipo Butifarra, Erreakzioa-Reacción, Eulàlia
(Eulàlia Grau) , Esther Ferrer, Alicia Framis, Carmela García, Ángela
García Codoñer, María Gómez, Miguel Gómez/Javier
Utray, Marisa González, Gabriela y Sally Gutiérrez Dewar
, Yolanda Herranz, Juan Hidalgo, ideadestroyingmuros, María Llopis/Girlswholikeporno,
Eva Lootz, LSD, Cristina Lucas, Jesús Martínez Oliva, Chelo
Matesanz, Medeak , Miralda, Fina Miralles, Mau Monleón, Begoña
Montalbán , Paz Muro, Paloma Navares, Ana Navarrete, Carmen Navarrete,
Marina Núñez, Itziar Okariz, Isabel Oliver, O.R.G.I.A, Carlos
Pazos, Uqui Permui, Ana Peters, Olga L. Pijoan, Núria Pompeia, Post-Op,
Precarias a la deriva, Joan Rabascall , Amèlia Riera , Elena del
Rivero, María Ruido, Estibaliz Sadaba, Simeón Saiz Ruiz,
Dorothée Selz, Carmen F. Sigler, Diana J. Torres AKA Pornoterrorista,
Laura Torrado, Eulàlia Valldosera, Video-Nou/José Pérez
Ocaña, Azucena Vieites, Virginia Villaplana, Isabel Villar.
http://genealogiasfeministas.net/en
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artículo ¿Cómo es la mujer si se desmontan los
prejuicios? FIETTA JARQUE 2 JUL 2012, El País, Cultura |
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Es una muestra colectiva
que quiere subrayar la importancia que han tenido los discursos sobre
el género y las identidades sexuales en la producción artística
española desde los años sesenta del siglo pasado. La exposición,
comisariada por Juan Vicente Aliaga y Patricia Mayayo, propone la relectura
de la historia del arte reciente de nuestro país desde nuevos
prismas a través de más de 150 obras de 80 artistas. Genealogías
feministas en el arte español parte de la necesidad de restaurar
la memoria borrada de los saberes, prácticas y genealogías
feministas en nuestro país: es importante recuperar y hacer visible
la obra de artistas (algunos hombres, pero sobre todo mujeres) injustamente
desdeñadas u olvidadas; pero más importante aún
es releer la historia reciente del arte español desde un lugar
distinto, con otras claves y otras miradas. El legado de los feminismos
ha sido infravalorado no sólo en la historiografía más
tradicional, sino también en muchos de los relatos sobre la creación
artística en España que se dicen más rupturistas
o renovadores.
La exposición Genealogías
feministas en el arte español: 1960-2010, comisariada por Juan Vicente
Aliaga y Patricia Mayayo, quiere subrayar la importancia que han tenido
los discursos sobre el género y las identidades sexuales en la producción
artística española desde los años sesenta del siglo
pasado. La muestra parte de la necesidad de restaurar la memoria borrada
de los saberes, prácticas y genealogías feministas en nuestro
país: es importante recuperar y hacer visible la obra de artistas
(algunos hombres, pero sobre todo mujeres) injustamente desdeñadas
u olvidadas; pero más importante aún es releer la historia
reciente del arte español desde un lugar distinto, con otras claves
y otras miradas. El legado de los feminismos ha sido infravalorado no sólo
en la historiografía más tradicional, sino también
en muchos de los relatos sobre la creación artística en España
que se dicen más rupturistas o renovadores.
El término “genealogías” alude a la diversidad
de sensibilidades y posiciones ideológicas que atraviesan el universo
feminista, transfeminista, transgénero y queer; también apunta
a las peculiaridades y singularidades del desarrollo de las políticas
feministas en el Estado español, que no puede ser interpretado extrapolando,
mecánicamente, modelos anglosajones. Mientras que la emergencia
del denominado “arte feminista” en Estados Unidos y Gran Bretaña
suele situarse a finales de la década de los sesenta, en España
hubo que esperar a la década de los noventa para que los discursos
de género empezasen a tener mayor proyección pública
en las galerías e instituciones artísticas (lo cual no quiere
decir que no existiesen, sino que se habían arrinconado e invisibilizado).
Por otra parte, a diferencia de sus coetáneas británicas
o estadounidenses, las artistas feministas “de los noventa” en
España se nutrirán fundamentalmente de referentes extranjeros:
sus modelos artísticos y teóricos provenían del ámbito
francófono y anglosajón y en pocas ocasiones tuvieron ocasión
de entablar un diálogo (ya fuese vital o intelectual) con sus predecesoras
españolas. ¿Cómo explicar esta fractura generacional? ¿Por
qué nos enfrentamos a una historia trabada de omisiones, fallas
y discontinuidades?
Se pueden aventurar algunas hipótesis que expliquen el desconocimiento
que las artistas surgidas en la década de los noventa tenían
de la obra de las pioneras de los años sesenta y setenta. Con la
llegada de la democracia en España se produce una creciente despolitización
de los discursos artísticos: desde la cultura oficial, se promueve
el olvido de las prácticas artísticas que en el Tardofranquismo
y la primera Transición habían articulado una crítica
a las normas sociales y sexuales de la dictadura, y muy en particular de
aquellas que cuestionaban el machismo y el patriarcado. A lo largo de la
década de los ochenta, la necesidad de la incipiente institución-arte
de homologarse al contexto europeo e internacional favorece el auge de
manifestaciones formalistas y comerciales adaptadas a la demanda del mercado,
en detrimento de un arte más crítico en el que la mirada
feminista podría haber encontrado su sitio.
La estructura de la exposición responde a la voluntad de propiciar
ese diálogo entre generaciones que no pudo ser; de tejer una malla
de complicidades y disidencias; de provocar una conversación entre
obras y artistas de edades y contextos diferentes, pero unidas -quizá-
por un malestar compartido frente a las estructuras y códigos (hetero)patriarcales.
Las salas no se ordenan siguiendo un recorrido cronológico, porque
no hay una única historia que contar: son muchas las voces y las
experiencias que aquí se entretejen. No obstante, la presencia de
una nutrida selección de revistas, panfletos, fotografías
y documentos de época nos permite entender las obras en su contexto,
reflejando los cambios históricos y sociales que van teniendo lugar
a lo largo del tiempo.
A través de toda esa riqueza y diversidad, hay una serie de temas
o ejes de reflexión que reaparecen en el transcurso de los años
y que articulan las distintas secciones de la muestra: la producción
de genealogías femeninas y feministas; la división sexual
del trabajo y las condiciones laborales de las mujeres; la maternidad y
los trabajos de cuidados atribuidos al sexo femenino; la opresión
ejercida por modelos estéticos y patrones de belleza normativa que,
incluso en nuestros días, se siguen transmitiendo de forma machacona
a través de la publicidad, el cine, la televisión e Internet;
la experiencia de los cuerpos y la diversidad sexual; la militancia y las
estrategias de lucha colectiva; la mascarada y la performatividad de género;
la violencia sexista; el papel de las mujeres en la Historia; la relación
entre la cultura popular y la construcción de las identidades sexuales.
La última sección de la exposición está dedicada
a la emergencia reciente de un conjunto de prácticas artísticas
y activistas conocidas con el nombre de “transfeminismos” o “nuevos
feminismos”: partiendo de un rechazo del binarismo sexual y de las
aproximaciones esencialistas, los “transfeminismos” proponen
un uso imaginativo y provocador de la performance y las nuevas tecnologías,
que actúa como revulsivo frente a los discursos más domesticados
del feminismo institucional.
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