En diciembre de este año se cumplirán dos
años desde la aprobación del acuerdo de participación en plusvalías en Bogotá y
de la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial que incluyó, de manera más
explícita y concreta, un capítulo referido a políticas e instrumentos de gestión
del suelo, en particular en lo referido a la concreción de un régimen
urbanístico de la propiedad –en términos de la definición de derechos y deberes
de los propietarios de tierra- y a los mecanismos que permiten aplicar el
principio de distribución equitativa de cargas y beneficios, elemento central
del sistema urbanístico colombiano.
La aprobación, reglamentación y aplicación
del Acuerdo de plusvalías permitió superar en la práctica, resistencias y
dificultades jurídicas y técnicas que habían sido agitadas durante los primeros
años de vigencia de la ley 388 de 1997 y que aparentemente señalaban la
imposibilidad de implementación del derecho constitucional de la colectividad de
participar en los incrementos en los precios del suelo producidos por la acción
urbanística del Estado y por el esfuerzo de la colectividad.
No sin dificultades, en un proceso
liderado por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital y por la
Secretaría de Hacienda, se ha avanzado en la claridad conceptual, la
justificación ética y jurídica y el afianzamiento de la aplicación práctica.
Desde la perspectiva de la gestión urbanística se han adoptado diversos
instrumentos de reparto equitativo de cargas y beneficios, para distintos tipos
de suelo y se ha iniciado la formulación de planes de escala zonal como los de
Usme y el Norte.
Uno de los aspectos de gestión urbana en
que la adopción de políticas de suelo ofrece mayores beneficios reales y
potencialidades redistributivas, es en la garantía del acceso a suelo con
urbanismo para las familias de más bajos ingresos. Con las políticas e
instrumentos de gestión de suelo adoptados en la revisión del P.O.T se
establecen mecanismos y posibilidades concretas para enfrentar y superar
problemas ligados a la urbanización informal y a los tradicionales
“impedimentos” argumentados para las limitadas acciones que se desarrollan en
vivienda social, como son los altos precios del suelo.
En junio de 2005 fue sucrito el Pacto por
un Hábitat Digno en la ciudad de Bogotá, por parte de varias entidades públicas,
privadas y de la sociedad civil, pacto que expresa convergencias y compromisos
para avanzar de manera concertada en los objetivos de elevar la calidad de vida
de la población más vulnerable, a través de acciones orientadas a la reducción
del déficit estructural que tiene la ciudad de Bogotá en materia de vivienda y
entorno urbano.
En lo que respecta a la reglamentación y
aplicación de los instrumentos de gestión del suelo previstos en la ley 388 de
1997, en el Pacto por el Hábitat Digno se indica que, “…no obstante los
importantes avances en dejar sentadas sólidas bases de normatividad que regulen
con eficiencia y equidad el desarrollo de la ciudad, persiste un clima de
expectativa e incertidumbre en los actores sociales, en especial en propietarios
de suelo y constructores. La situación plantea la necesidad de un amplio diálogo
en torno al uso de los instrumentos de planificación y gestión urbanística y de
suelo, así como de la evaluación económica y social de los proyectos a la luz de
las normas, en particular sobre el tema de cargas y beneficios y su incidencia
en el bienestar general de la ciudad…”.
Las Universidades Nacional de Colombia y
Piloto de Colombia y Fedevivienda, entidades firmantes del Pacto por el Hábitat
Digno, concientes de la importancia estratégica y de los beneficios
socio-económicos, ambientales y fiscales que pueden derivarse de la
consolidación de las políticas de suelo impulsadas por la administración
distrital, y con el objeto de crear un espacio de reflexión y debate
constructivo convocamos al Foro POLÍTICAS DE SUELO Y GARANTÍA DEL ACCESO A UN
HÁBITAT DIGNO EN BOGOTÁ en donde esperamos acoger y presentar a la ciudadanía,
los análisis y las posiciones de los distintos actores sociales, en torno al
proceso hasta ahora cumplido de aplicación de mecanismos de gestión del suelo y
de recuperación de plusvalías en la ciudad.
La trascendencia de este evento es de
carácter nacional e internacional dado que Bogotá se ha convertido en un
referente de primer orden en materia de gestión de suelo. La retroalimentación
esperada contribuirá igualmente a identificar más y mejores argumentos para
continuar desarrollando los postulados constitucionales y legales sobre la
materia.
El evento cuenta con el apoyo del Lincoln
Institute of Land Policy, entidad que ha acompañado el proceso de puesta en
marcha de políticas de suelo en la ciudad y que tiene como principal objetivo
promover el mejoramiento del debate sobre políticas de suelo y ofrecer un
espacio de transferencia de conocimiento y aprendizaje para la construcción y el
fortalecimiento de la capacidad institucional en el tema en entidades públicas y
privadas.