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> Archivo F.X.: La ciudad vacía. Subterráneos
Con Manuel Delgado Ruiz
18 de marzo del 2006

 

Como complemento a la visión sobre la construcción de la ciudad moderna que Pedro G. Romero ofrece en la exposición Archivo F.X.: La ciudad vacía. Comunidad, el seminario SUBTERRÁNEOS reflexiona sobre la vida cotidiana en los espacios públicos de una ciudad satélite. Coordinado y moderado por el antropólogo Manuel Delgado, el seminario se plantea como una sesión de debate en la cual se presentarán las investigaciones que han llevado a cabo los miembros del Grupo de Investigación en Etnografía y Espacios Públicos del Doctorado en Antropología Social de la Universidad de Barcelona tomando como caso de estudio Badia del Vallès. En el seminario participarán también Gerard Horta, Deborah Fernández, Marc Dalmau, Santiago Subirats, Andrea Avaria y compañía.

“El seminario reflexiona sobre la vida cotidiana en los espacios públicos de una ciudad satélite. Inicialmente prevista para ser una especie de paraje sin vida, las calles y las plazas de Badia demuestran cómo la vida social siempre se las apaña para encontrar escenarios donde desarrollarse y donde conocer las potencialidades del encuentro y del azar. Si bien originariamente la tarea asignada a las ciudades satélite fue la de ser reservorio para que el proletariado descansara y se reprodujera, prácticamente desde su nacimiento, la realidad desmintió enseguida esa condena previa y los barrios de bloques para trabajadores como Badia lograron ser verdaderos barrios, es decir, unidades vecinales dotadas de singularidad, cuyos miembros se conocían, se ayudaban, luchaban juntos y compartían la calle hasta convertirla en lugar de encuentro y de comunicación. Hubieran estado previstas en el plan o hubieran resultado de la propia autogestión práctica por parte de los propios vecinos, se generaron nuclearizaciones internas en forma de plazas, centros cívicos o ramblas o paseos, mercados y después centros comerciales y sobre todo bares, que cumplían el viejo cometido de las plazas públicas, las calles mayores o las avenidas de la estructura clásica de los barrios o los pueblos, en las que se reproducía una cultura popular que era por encima de todo cultura de calle. Por abandonados que hubiesen podido estar inicialmente de manos del proyecto urbanístico, los equipamientos y/o las actividades colectivas proporcionaron enseguida una vida cotidiana de calidad, ocasionalmente conflictiva, un ambiente que no era el que le correspondía a aquella función inicial suya que les había sido asignada.”

Manuel Delgado