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Cine y memoria urbana.
Gustavo Fernández Vº.
La imagen de la ciudad en las artes y en los medios.
Compiladora Beatriz García Moreno
VV.AA. Compiladora:
Beatriz García Moreno
Universidad Nacional
De Colombia.
Bogotá, Colombia. 2000
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De qué hablamos
"Yo siempre pensé que la vida
estaba constituida
de 777 historias simultáneas."
Bert Schierbeek
El realizador de cine Johan Van Der Keuken1 a
propósito de su última
película, Amsterdam Global Village (1977)y respondiendo sobre
si quiso hacer el retrato de su ciudad, se cuestiona la posibilidad de
hacer
el
retrato
de una ciudad. Para ello retoma el epígrafe del escritor Schierbeek
y plantea : "... yo pensé que hubiera podido hacer 777 filmes
de 4 horas sobre Amsterdam, aún teniendo en cuenta que es una
pequeña
ciudad... .
Es la constatación de que la multiplicidad de ciudades genera
una multiplicidad de relatos, pero igual podría decirse, invirtiendo
el planteamiento, que la multiplicidad de relatos sobre (o de) la ciudad,
reconstruye múltiples ciudades. Y por ello J.V.D.K. tiene claro
que no se puede hacer el retrato de nada pero sí se puede construir
una ciudad en filme, teniendo en cuenta que cuando se filma hay que hacer
abstracción de ciertas realidades para recrear algo físico
sobre la pantalla. Pero ¿cómo, por qué, para qué aparecen
todos y cada uno de esos relatos?, ¿quiénes los construyen?
Sobre la ciudad y el ciudadano
" Estas calles donde pasear es hacer
un largo viaje por la llaga..."
Juan Manad Roca
El cine nos permite mirar aquello que nos mira, y la ciudad también
lo hace, quizás más de lo que nosotros mismos la percibimos,
al menos de formas conscientes, y que vayan más allá de
las rutinarias. Rutinarias en cuanto a percepciones que se van mecanizando
(y hasta automatizando), y que limitadas a la "visión" (entendida ésta
como un primer nivel y que al no ser consciente ni deliberado no alcanza
ni el nivel de mirada) no extractan su dimensión plástica
y pasan por alto el enorme y complejo hecho estético-artístico
en que se constituye la ciudad, el cual posibilita enorme cantidad de
imágenes3 y el cual invita a un
reconocimiento "donde toda
la sensorialidad del cuerpo se envuelva pues para su descubrimiento y
disfrute hay que involucrar no sólo la visión, sino el
tacto, todos los sentidos (el oído, el olfato) y todo el ser".
Aquí cobra vigencia Cavafis cuando nos dice... "la ciudad
te seguirá, vagarás por las mismas calles"4, en cuanto
a que es ese trayecto que rehacemos diaria y cotidianamente, o son esos
recorridos inesperados, con todas las vivencias que ellos involucran
y los disfrutes (gozosos y dolorosos) que ellos nos deparan, los que
marcan nuestro paso, nuestra existencia y la huella que dejamos en la
ciudad.
¿
Y no son todas ellas nuestras memorias espacio-temporales, que en su
multiplicidad apuntan a la construcción de la memoria de la ciudad?
Ciudad que sería encuentro de múltiples memorias individuales,
de grupos, de redes que allí se construyen, que acontecen, a su
vez juego intrincado de identidades y diferencias.
La cuestión de la memoria urbana amerita referenciar una concepción
(coherente hasta donde el objeto lo permita) de la ciudad y la urbanidad
(lo urbano).
La ciudad se define a nuestros ojos para Ulf Hannerz5 "como una
reunión de individuos, los cuales no existen como seres sociales
sino a través de sus roles y de las relaciones" (en cuanto
que ellos se posibilitan por la vivencia urbana).
De aquí surgen dos posibilidades para abordar el problema:
•
Comenzar el análisis por el ciudadano como individuo, el cual
se expresa y construye su existencia apoyado en su individualidad, por
lo que su memoria es en buena medida la elaboración de su subjetividad,
entendida la memoria como un campo en continua construcción y
en renovación, controlado por la voluntad humana.
•
Partir de la ciudad como totalidad, totalidad que difícilmente
es hoy sostenible tanto en la perspectiva urbanística-arquitectónica
como en la cultural (la búsqueda de la identidad de cada urbe).
En cuanto a la primera, históricamente ha sido necesario (para
el análisis) retomar los diferentes Cementos básicos que
conforman la ciudad. Los elementos primarios monumentos), el tejido urbano
(asociado tradicionalmente al residencial pero complementado por lo comercial,
industrial de esparcimiento, etc.), y el espacio público (el asentamiento
o geografía básica, la red vial-peatonal y los lugares
abiertos a la vida social)6. Dicha necesidad es imperativa en el caso
de nuestras actuales metrópolis latinoamericanas dada su compleja
(por no decir caótica) estructura que hace que al mirarla desde
el interior, desde las prácticas cotidianas "se ven sólo
fragmentos, inmediaciones, sitios fijados por una percepción miope
del todo, y desde lejos, parece una masa confusa a la que es difícil
aplicar los modelos fabricados por las teorías del orden urbano".
No hay un foco organizador, porque, "una ciudad como México,
tal como escribía el autor de Ficciones, al hablar del
Aleph, está en todas partes y no está plenamente en ninguna"7.
En el cruce de las dos opciones aparece la necesidad de articular
las inferencias recíprocas de ciudad e individuo, ya que 'Vivimos
en las ciudades y las ciudades viven en nosotros"8. De
ello también
da cuenta J. Raban cuando plantea "la ciudad es una realidad maleable,
ella espera la huella de una identidad, en el mejor y hasta en el peor
de los sentidos ella espera que usted la construya de nuevo, que la
conformemos según la forma de nuestra propia vivencia. Las ciudades,
a diferencia de los pueblos y las aldeas, son de carácter plástico,
las formamos a nuestra imagen y ellas nos moldean con la sola resistencia
que oponen a nuestra influencia personal". Para rematar invitando
a decidirse "a ser lo que usted es, y la ciudad tomará forma
a su alrededor"9. Nace una
nueva utopía.
Pero la simple vivencia o aprehensión de lo sensible urbano
no basta para hacer aflorar su identidad global, pensando que ésta
corresponde, en su acepción actual, no a ver la esencia intemporal,
sino a una construcción imaginaria. Será mejor por la
vía
de la elaboración de relatos como podemos acercarnos a los referentes
identitarios, los cuales se forman ahora en las artes, la literatura
y el folclor; pero ¿cómo abarcar (según el cuestionamiento
de N.G.C.) los múltiples relatos que "organizan" la
ciudad de la industrialización? Para ello habría que
(según
su propuesta) articular novelas, crónicas periodísticas,
discursos políticos, representaciones radiales y de televisión,
y luego algo quizás más complejo, conectar los múltiples
relatos internos y externos que la atraviesan, relatos de sus habitantes
y los cuales quizás contribuyan mejor a la identidad pues consideran,
ellos sí, su carácter imaginado, polifónico e
híbrido"10.
Todo ello teniendo en cuenta que es el relato mismo el que constituye
los espacios de reconocimiento y los principios de identidad en los
cuales nos reconocemos. Importante aporte del filósofo Jairo
Montoya, quien plantea que en los relatos hemos de reconocer un "pensamiento
que deviene ciudad" y más específicamente un "habitar
ciudad" que se materializa en los relatos11.
Es aún más importante si insistimos en que estos
principios de identidad y coherencia parecen haberse perdido en la expansión "fragmentada" de
la ciudad. Y es su búsqueda uno de los móviles para recurrir
a la "memoria" urbana cuya ambigua problemática es,
según Montoya, revivida por la llamada "cultura citadina" aunque
el autor recomienda denotarla más bien en plural, "o si
se prefiere, por los múltiples encuentros de memorias que acontecen
en la ciudad, porque como juego intrincado de identidades y diferencias,
por sus huellas y marcas espaciales deambulan miles de memoria en las
cuales se... identifican o diferencian sus habitantes"12.
Por otro lado, es también en el relato donde se actualiza
la memoria (cuando supera al simple recuerdo); "en sus marcas legibles
se vuelve a recrear, permitiendo con ello no sólo su conservación
sino su preservación elaboración y perlaboración.
Así se actualiza también la ciudad, en unos procesos
de escritura palimséstica cuyas huellas y registros son el soporte
de esas memorias que la constituyen"13.
Ante la fragilidad temporal de estas marcas, y en aras de esa proyección
al futuro, es útil plasmarlas (como registro) en soportes donde
dejen rastro (dado su carácter generalmente efímero). Propósito
en el cual el audiovisual puede hacer una contribución capital,
en cuanto a que la multiplicación de esos registros visuales-sonoros
puede hacer real la conexión de esos relatos internos y externos,
como lo propone arriba García Canclini. Es también en esos "cruces
de memoria" (en la acepción de J. Montoya), donde la ciudad
se constituye como tal generando en consecuencia no una sino múltiples
ciudades, las 777 películas en las cuales pensaba J.V.D.K., antes
de construir la suya propia.
Historias de ciudades
Situados en este punto y volviendo a la Amsterdam de Van Der Keuken
podemos auscultar, como es nuestro propósito, sobre los aportes del
cine y en general del audiovisual14, en la construcción de esa
multiplicidad de relatos que dan cuenta de las "memorias urbanas" y
las cuales tanto en el sentido histórico como en el identitario
no son más que los efectos de significación y de sentido
que la vida cotidiana de sus habitantes le dan en su continuo e inagotable
relatarla. Y la ciudad puede superponer, y a veces amalgamar, esas
significaciones incluso contradictorias y diferentes; por eso "puede
dar morada o ser morada de esos múltiples relatos y de esa infinidad
de diálogos de transición que la hacen viva y maleable"15.
Varios temas, motivos, diferentes variaciones componen Ámsterdam
Global Villagc de J.V.D.K.16, y esos temas
hacen generalmente de sus personajes, habitantes (al igual que el autor)
de esta ciudad polifacética
y los cuales descubre pues "yo llego a estar completamente sorprendido
en mi propia ciudad y a sentirme ligeramente extranjero". Cuando
llega a un barrio que conocía poco, y donde los habitantes son
de todos los colores17 manifiesta: "tuve
la impresión de
penetrar a otro mundo, a diez minutos de mi casa ..." Entonces
la película se estructura como encuentros: Roberto, boliviano,
casado con holandesa (encinta al comienzo). En su casa en Amsterdam
antes y
después del nacimiento y luego regresando a su poblado boliviano;
el filme nos cuenta al personaje a través de diversos estados
existenciales. Khalid, de origen marroquí, quien con su casco
y su moto no para de atravesar la ciudad, de servir de articulación
entre secuencias como un verdadero "mensajero" al interior
de la película. Borz-Alí, chechenio, exiliado,
ejecutivo, quien mira en la televisión imágenes de la
guerra que destruye a su país. J.V.D.K. lo filma en su casa
jugando con el control remoto al lado de su bella esposa, quien lo
escucha contar
su vida. Luego,
corte y ¿dónde nos encontramos? En
Chechenia18,
Alí acompañado
de su hijo (15 años) en un automóvil, cruzan los tanques,
manifestación en Gruznyi y el documental gira hacia el reportaje,
las mujeres gritan "Alá es grande, Chechenia libre”,
al final imágenes de cadáveres, etc. Pero entre ellas,
en medio de lágrimas una madre sostiene en sus brazos a su pequeño
hijo muerto19. Un punto a destacar
de todo ello: J.V.D.K. no se contenta con la palabra (la evocación)
y sus deseos de acompañar
sus personajes allí donde la historia se construye, y rescata
dos de las herramientas más importantes de la narración
documental: la autenticidad y la emoción (aquí producida
por el dolor ajeno")
Vendrán también en la película Hennie,
mujer judía,
antigua cantante comunista, un gimnasio de boxeo frecuentado por tailandeses,
niños chinos holandeses ordinarios, como una chica disk-jockey
cargada de discos para el bar donde trabaja20.
Y en todas estas memorias la imagen fílmica es receptiva no
sólo con respecto a la
imagen sino a los cuerpos, se vuelve a su vez "espacio y movimiento,
gesto y pensamiento" y una constatación que no por lo evidente
(tratándose de un cineasta) deba guardarse: el ojo ve, la mirada
trabaja, como parece decir Van Der Keuken a lo largo de su filme. Filme
construido según la elaboración de Serge Toubiana "en
movimiento perpetuo del centro (Amsterdam) hacia la periferia (Bolivia,
Chechenia, etc.) lo que hace de Amsterdam aldea global un gran filme
mundo... Y de este mundo esfera, la imagen acaricia sus diferentes
capas alcanzando verdades". El mundo según J.V.D.K. sería
entonces una cebolla y este filme-saga restituiría sus diferentes
capas.
La circulación de sus imágenes desposa los
canales que irrigan a Amsterdam, dándole a la ciudad la dimensión
de un verdadero rizoma... En todo ello una declaración de amor
de J.V.D.K. hacia una ciudad que sabe recibir las comunidades lejanas
tratando
de fundirlas en un mismo sartén. Y logra esto por su capacidad
de saber mirar a los otros, vivir y moverse, pues posee una gran virtuosidad
para captar la realidad en sus componentes múltiples y contradictorios,
todo ello afirmando con un tacto la primacía de su mirada subjetiva21.
Y aquí se pone de presente otra de las características
aparentemente contradictoria de la narración documental: la
impronta del autor (director o realizador), la cual transforma, la
que para algunos
es una ilusión: la de que el documental nos presenta una visión
o perspectiva objetiva de la realidad. pero no hay tal, lejos de reemplazarlo
o constituirse en el mundo, el documental es una visión del
mundo, "aunque
nos dirige hacia el mundo de la realidad bruta, al mismo tiempo que
trata de interpretarlo"22.
Pero esta aparente limitación enriquece sus posibilidades
y amplía
sus horizontes, y cuando Michel Klheifi (realizador belgo-palestino)23 afirma
que: "filmar la realidad es afirmar su subjetividad",
lo que hace es inscribir esta manifestación audiovisual dentro
de las narraciones artísticas24 precisando que tiene una voluntad
específica: representar el mundo histórico por sobre
los imaginarios, y por ello nos pide que lo consideremos como una representación
del mundo histórico y no como una semejanza o asimilación
del mismo.
Estos elementos permiten señalar que los documentales
no difieren tanto de las ficciones en su construcción como textos,
sino en las representaciones que hacen o que: "en el núcleo
del documental no hay tanto una historia y su mundo imaginario como
un argumento del
mundo histórico" 25
El documental puede tomar líneas como:
•
Ofrecer representaciones o similitudes gráfico-auditivas del mundo.
• Representar los puntos de vista de individuos, grupos o entes.
•
Exponer una representación o defensa o argumentación acerca del
mundo explícita o implícitamente.
Una expresión o reafirmación del planteamiento
de M. Khleifi se da en la singular y personal representación que el
francés
R. Depardon hace de Nueva York. En diez minutos plasma su visión en
gris (léase en blanco y negro), su punto de vista, su memoria, la
de su visita, que es a su vez la memoria de la película (la de su
construcción).
Y si su manera de elaborar su relato sorprende, durante la primera
parte, esa sorpresa y hasta estupefacción aumentan al concluir el filme:
narración
abierta. Lo mostrado parecería ser la antítesis de lo expresado
(a través del comentario que el autor con su propia voz enuncia pausada
pero fluidamente), éste nos da cuenta de sus propias vivencias y fracasos
como cineasta, ya que cada noche (durante la filmación) "yo volvía
a mi cuarto de hotel pues no lograba filmar, esta ciudad era demasiado fuerte
y mis pensamientos estaban en otra parte... así los días pasaban,
no tenía más película, volví a París y
olvidé esta
película".
Pero resulta que la confidencia que se nos revela después
de habernos descrito concretamente su itinerario diario: hotel, salida para
filmar,
la
luz que se escapa al final de la tarde, y entrada a un café, desde
donde mira la calle y la gente que entra a casa después del trabajo.
Es una negación de la evidencia fílmica, de lo que nos muestra
la imagen: trayecto de ida por el puente al caer la tarde (siempre con vista
sobre la
ciudad mientras la cámara se desplaza lentamente hacia la derecha),
toma fija de los transeúntes en una esquina del sector central (éstos
atraviesan el campo de la imagen26 regreso, en dirección contraria,
pero con el mismo ritmo del trayecto de ida para terminar cerrando la bucle
en un interior. Negación en cuanto a que lo mostrado termina por ser
análogo a lo descrito por Depardon en el comentario del comienzo,
pero supuestamente no filmado (al menos en esa oportunidad). Y ese itinerario
mostrado
da clara cuenta de esa singular perspectiva frente a la ciudad, la cual se
reafirma por el ambiente sonoro desde que concluye el texto del autor: sonidos
urbanos bien presentes (tráfico, murmullo, etc.).
Saga sobre Amsterdam: cuatro horas de fragmentos de las memorias
de sus habitantes, la memoria de un visitante de Nueva York reducida a tres
fragmentos-momentos
de este extranjero peculiar que repite diariamente (ida y vuelta) el mismo
trayecto (tal vez porque se resiste a engrosar la tribu de los turistas,
caso en el cual perdería su rumbo y quizás seguiría
el de los guías).
Construcción fragmentada (espacial y temporalmente), y
subjetiva, como fragmentadas y subjetivas son nuestras memorias urbanas: las
de nuestras
ciudades
colombianas. Por esto cabría preguntarse, ¿y qué de
ellas?, ¿y
de Bogotá qué?, ¿qué rastros (huellas) audiovisuales
de trascendencia (cultural más no mediática), hemos tenido
como memoria? Y mencionamos a Bogotá no sólo como nuestra capital,
que se constituye en cierto sentido en nuestra Bogotá, aldea global,
sino en cuanto que en ella los principios de identidad, coherencia (mirados
en el contexto de la memoria urbana) parecen irremediablemente perdidos en
su "expansión fragmentada"27,
sino porque allí es bien
marcada la presencia de esas tramas culturales heterogéneas que ella
va constituyendo "en sus registros sígnicos, en sus recorridos
históricos, simbólicos, en sus lugares de encuentros repetitivos
o fugaces, esas tramas que van configurando verdaderos nudos de memorias…”.
Si volvemos a nuestra saga "altiplánica", no
la tenemos. Ella, corno las memorias, necesitaría actualizarse
y allí,
penetrando en la construcción de esa compleja matriz de las memorias28 (por
la puerta de la temporalidad, podríamos preguntar por la
de los noventa, pero también por las anteriores") Y en esa
indagación: ¡eureka! en 1963, José María Arzuaga
(español, peroquizás en nuestro concepto, el más
lúcido de los cineastas colombianos realizó su Rapsodia
en Bogotá con fondo de Rapsody
in Blue de Gershwin; en
ella nos da buena cuenta de lo que todavía era la "pertinaz
llovizna bogotana" fenómeno natural que estaba íntimamente
ligado a la memoria de sus habitantes: memoria colectiva (?), concentrándose
en los lugares, calles y avenidas (la décima, la Caracas) que
eran referencia obligada, en especial para quienes concurrían
al centro en función de su actividad laboral. Cuando el centro
era cruce (nudo) de infinidad de memorias y antes de producirse la implosión
o descentramiento actual de la ciudad. Mas allá de la saga, la ciudad demanda también
registrar algunas de las múltiples manifestaciones de sus memorias ¡se
buscan autores! Sin embargo, se han realizado interesantes propuestas
que dan cuenta de diferentes aspectos asociados con su memoria urbana29.
Dentro de ese inmenso abanico de manifestaciones de memoria han
tenido cabida (en lo documental) aquellas que apuntan a la construcción
de la ciudad imaginada, hecha de sueño o leyenda en sus articulaciones
con lo real, y la cual es fundamental para avanzar en la superación
de ese desorden de lo real. En Espiritus de Historia (Cristina Rodríguez,
1997) aparece esta dualidad de relatos-memoria en relación con
la historia del claustro que hoy día alberga el colegio León
XIII en el barrio La Candelaria: uno de los profesores relata su visión
de ella30 y paralelamente se entrelazan diferentes versiones de la historia
imaginada (nutrida por la tradición oral y obviamente por la fantasía)
contadas por estudiantes en ambientes peculiares y quienes van dando
cuenta de lo que llegan a ser las leyendas del lugar, como la de La
monja sin cabeza'. "...cuando el colegio era internado una monja subió a
la torre en construcción, la campana se calló y le cortó la
cabeza, ésta voló por el piso y la pisó un carro,
... el cuerpo desapareció y recorre los pasillos buscando su cabeza....".
Pero, para otro alumno: "...cuando el colegio era hospital para
militares a un doctor lo iba a matar un militar, la monja se interpuso
y le cortaron la cabeza...". Igualmente ricas son las versiones
sobre las "apariciones" de la monja y los chiquillos corriendo
en desbandada. Memoria de un espacio institucional que se transforma
en el tiempo.
En Casa íntima no se trata de transformación
sino de desaparición,
pérdida, aniquilamiento de la memoria de la ciudad: de un espacio
privado (residencial) que a los 70 años de construido debe dar "paso
al progreso" (ampliación de la calle 53 en el barrio Chapinero
). Clemencia Echeverri nos da cuenta de la memoria de Helena, propietaria
y única habitante de la casa construida por sus padres. En el
proyecto de video-instalación aparecen fragmentos del proceso
de demolición y mientras suenan los golpes, se construyen metafóricamente
sugestivas imágenes de la preparación de un cadáver.
El de la casa será desmembrado y algunos fragmentos (puertas,
ventanas, pasamanos, frescos), serán momificados para luego ser
utilizados por Helena en su nueva casa, en una de esas "pequeñas
aldeas urbanas" de la periferia. Ella se resiste a ver desaparecer
sus espacios que hacen parte de la memoria de familia.
En La noche, Sergio Mejía
acude más a elementos de tipo
simbólico y de la fantasía para poner en escena algunas
de las evocaciones y testimonios de sus habitantes nocturnos de Bogotá.
Caso de la joven que en inmediaciones del Museo Nacional reinventa su
soledad ("desde niña he sentido la soledad y esa palabra
es muy triste para mí...") raspando sus uñas contra
un muro mientras avanza y nos confiesa "...a ratos no todas las
veces fui feliz". O la mujer sugestiva que vive su noche con paraguas
y radio en mano y camina por entre hojas y fragmentos de maniquí dejando "que
pase el tiempo” pues no puede dormir en la noche y "...esperando
sorpresas, encontrar caras, cosas, árboles..”. Igualmente
reveladores resultan los relatos de ciertos trabajadores de la noche
como vendedores, médicos, locutores radiales y otros. Uno de los
cuales cuestiona a quienes "se tiran la noche durrniendo "
Y esta cantera que constituyen los textos documentales es
también
un medio para invitar a cavar a sus videntes en busca de pistas para
enfrentar ese desorden de lo real (en la acepción de Jairo Montoya),
caracterizado en la ciudad latinoamericana, según Jesús
Martín Barbero, por problemáticas como la de la desespacialización
(en provecho del tiempo y la velocidad) el descentramiento (desplazamiento
de los espacios físicos vitales hacia la periferia) y la desurbanización
(la cual se manifiesta en el repliegue en los espacios privados con el
consiguiente enclaustramiento, para unos y para otros, en la incorporación
a tribus como la de los excluidos económicos: hombres perdidos
en el espacio, inseguros y fácilmente convertibles en agresivos)31.
En este sentido, algunos trabajos documentales son ilustrativos
por su aporte en el siguiente orden: La vípera
de San Bartolome presenta
las memorias de diversas personas habitantes de Capitanejo, Santander
(pueblo donde en forma absurda mueren en un bailadero dos jóvenes,
la víspera del comienzo de sus fiestas patronales). Memorias relacionadas
en diferente forma con los hechos: la joven que bailaba con una de las
víctimas y pareja del agresor, las madres de los muertos, la tía
de la muchacha, el médico del hospital, el organizador de las
fiestas y otros. Relatos que con sus diferentes flujos permitirían
a toda la comunidad reelaborar el suceso, repensarlo y quizás
apuntar (a través de sus nudos) a la colectivización de
esa memoria.
Algo similar podría ocurrir con la utilización
del video Soy mi voz y por eso valgo, que aparte del aparente pretexto
de
presentarnos
la historia de vida del músico chocoano Evaristo, habitante del
barrio Capellanía en Bogotá, aborda el conflicto desarrollado
entre éste y los vecinos del barrio por su oposición a
la construcción de una iglesia en terrenos asignados para un parque.
Su evolución lleva a posiciones irreconciliables que afloran en
memorias de las dos partes y de otras personas no involucradas directamente
Aparecen también la intolerancia y segregación, la cual
lleva a Evaristo a manifestar: "ya estoy cansado, en mi casa no
se puede vivir pues todo está deteriorado, el techo, el patio,
los vidrios..., vivo huyendo de mi casa por solo buscar tranquilidad,
no se justifica...".
Todos estos relatos de memoria, pues "somos memoria y tiempo",
tendrán que contribuir, insistimos, a comprender y transformar
el desorden de lo real o al menos a plantear nuevas formas de enfrentarlo
y para ello debe tener cabida una rivalidad más organizada de
las memorias32. Y en ese propósito,
los textos documentales abren puertas sin perder la posibilidad del disfrute
estético-narrativo.
* Profesor Carrera de Cine y Televisión.
Universidad Nacional de Colombia.
1 Johan Vander Keuke (JVDK), holandés, es considerado
como uno de los realizadores de documentales más importantes
de la actualidad. La película es dedicada al escritor Schierbeek,,
muerto ese mismo año.
2 Extraído de la entrevista realizada por Serge Toubiana
con JVDK (en noviembre de 1996 y marzo 1997), publicada en Cahiers
du
Cinema No. 517, noviembre de 1997, págs. 47-55.
3 En el ensayo aparecido en la compilación sobre la
ciudad, Pensar la ciudad (Tercer Mundo,
Bogotá, 1996) Beatriz García M. nos ilustra sobre esas
innumerables imágenes, que se configuran
con los ritmos dados por los materiales, las formas de los edificios,
los ritmos de sus texturas y
colores..., etc., todo lo cual cobra otra dimensión por
el discurrir de sus habitantes. Todo ello en
el contexto de una interesante propuesta para "comprender
y dar lugar a una ciudad que contenga
en la temporalidad que le es propia la capacidad de dar cabida a
las mejores vivencias humanas
y por ende, su vocación como obra de arte en permanente construcción".
Ver po.cit, “En búsqueda
de la poética de la ciudad; la ciudad como obra de arte en
permanente construcción” ,pags 171-189.
4 Quizás muy de cerca, en cuanto te atrapará,
y por ello... vagarás por las mismas calles. Y en los mismos
barrios te harás viejo. Siempre llegarás a esta ciudad".
Citado por Mario Rivera en "Bogotá Ciudad Collage",
Magazín Dominical No. 665, 11-2-1996.
5 En su texto Exploring the City (hemos consultado la versión
francesa, De. de Minuit, París, 1983).
6 Clasificación prestada al arquitecto Carlos Niño
Murcia ("El espacio público en la historia”, transcripción
de ponencia del 19-4-1991).
7 Néstor García Canclini analiza a México
D.F., y recuerda a Jorge Luis Borges cuando se refiere en su relato
al
Aleph. Metrópoli donde encuentra, al igual que en otras ciudades
latinoamericanas, que todo es denso y fragmentario y donde, como
en los videos, "se ha hecho la ciudad saqueando imágenes
de todas partes y en cualquier orden. Haciendo que en cada uno convivan
casi todos los lugares de América Latina y muchos del mundo".
Ver "la ciudad como videoclip , Consumidores y ciudadanos, México
D.F., Grijalbo, 1995, pág. 100.
8 Del comentario de Wim Wenders en la primera parte de su película
Anotaciones sobre vestídos y ciudades (1989) cuestionándose
sobre la identidad en la ciudades y de la moda (la de los habitantes
urbanos y la de las prendas). Sobre estas últimas, Yohji Yamamoto
plantea: “ no tienen nacionalidad".
9 Jonathan Raban es un ensayista británico; de su libro
Soft City Ulf Hannerz retoma este análisis.
10 García Canclini, op.citt., págs. 95-98.
11 En el contexto del análisis de la relación
de mutua correspondencia entre el pensamiento filosófico y
la experiencia de la vida urbana. En su lúcido artículo "Entre
un desorden de lo real y un nuevo orden de lo imaginario: La ciudad
como conflicto de memorias" (ver Pensar la ciudad, op. cit,
págs. 69-79), donde concluye que si en la Grecia clásica
constatábamos que "la filosofía es “hija
de la ciudad”, los términos se han invertido y hoy podemos
afirmar que la emergencia de las metrópolis y las telépolis
contemporáneas nos conduce más bien a la constatación
de que la ciudad es hija de la filosofía en tanto ésta
ha elaborado los relatos que le han dado consistencia como espacio,
tiempo humanizado, es decir como artificio".
12 Ibíd, pág. 75.
13 Ibídem.
14 Adoptamos aquí esta acepción en cuanto a que
en ella caben narraciones con imágenes y sonidos (con todas
las posibilidades en cuanto a la presencia o ausencia de ellos) en
los
soportes utilizados actualmente (cine, video, multimedia). Dichas
narraciones pueden construirse con base en registros de situaciones
reales (de la cotidianeidad): narración documental, o entrar
en la categoría en nuestro medio conocida como argumenta!:
la ficción narrativa, en la cual un director construye y con
personajes reales (animados o virtuales) un mundo imaginario, pero
el cual puede (si él tiene una visión o estilo realista)
ser verosímil y aparecer como un mundo real, donde los diferentes
aspectos de la puesta en escena y su materialización (visual
y sonora) para el espectador dan en un primer momento la impresión
de ser naturales, inevitables, o simplemente estar al servicio de
la historia. Sobre esta distinción y su relatividad, el reciente
texto de Bill Nichols, La representación de la realidad, hace
un claro y cuidadoso análisis en particular en los capítulos
4:
La narración de historias con pruebas y argumentaciones",
y 6: "La realidad del realismo y la ficción de la objetividad".
Ver Nichols, 1997.
15 Jairo Montoya, op.cit, pág. 76.
16 Uno de los propósitos de Van Der Keuken era tratar
de "crear
un espacio urbano sobre la superficie plana de la pantalla, y también
hacer sentir el piso de la historia sin recurrir a imágenes
históricas, imágenes de archivos". En su entrevista
con S. Toubiana, op. cit., pág. 47.
17 Era un día de verano, la gente estaba afuera, se divertían,
hablaban...". Ibídem.
18 En su casa, Alí denuncia las atrocidades de los rusos
y evoca la muerte de su hermano menor en la guerra. Cuando entramos
en la verdadera Chechenia devastada
dice: "han arrasado".
19 JVDK filma estas imágenes porque está allí (la
puesta
en escena no es suya) y ello puede plantear discusiones sobre su lógica
y hasta sobre su moral, o mejor su ética, problema bastante importante
para el documentalista, también abordado por Nichols en el capítulo " Axiografía:
el espacio ético en el documental".
20 Ella lleva a su hijo donde vivía durante la guerra y antes de
que su
familia (marido y hermanos) fueran deportados. Allí es recibida por una
mujer de Surinam y sentimos, mientras escuchamos el relato de Hennie, cómo
la imagen vehicula a su vez memoria e inscripción de los cuerpos en
un espacio.
21 Los comentarios citados pertenecen al artículo "Le monde
au fu
de l'eau" sobre Amsterdam Global Village, escrito por Serge Toubiana y que
complementa su entrevista con JVDK (Cahiers du Cinema No. 517, págs.10-97).
22 Bill Nichols, op. cit., pág. 153.
23 Khleifi es autor de un hermoso trabajo documental: Memoria fértil,
donde dos mujeres palestinas, una madura y la otra joven maestra, dan cuenta
de su vivencia en un territorio ocupado; dos memorias o efectos de memoria diferentes
sobre todo por la fuerte referencia de la primera al pasado: su vínculo
roto con la tierra, el cual se nos revela abierta y conmovedoramente cuando Khleifi
visita con ella su parcela, lo cual no hacía desde que debió partir
forzada por la guerra.
24 Entendiendo que ese carácter narrativo lo acerca paradójicamente
a la ficción, lo cual lleva a Nochols a afirmar: "los documentales
son una ficción con tramas, personajes, situaciones y sucesos como cualquiera
otra, ofrecen carencias, retos o dilemas en la introducción, van construyendo
tensiones cada vez mayores y conflictos de creciente dramatismo, y acaban con
una resolución y la clausura" (op; cit., pág. 149). Pero adicionalmente
descubre la otra perspectiva, el que los documentales trabajan generalmente con
una lógica informativa, "la cual demanda una representación
y razonamiento o argumento acerca del mundo histórico" (Ibíd,.
pág. 48).
25 Bill Nichols introduce el término argumento en cuanto argumentación,
sin plantear exclusivamente que los documentales sean argumentativos, "sino
que sus representaciones,
explícitas, apuntan al mundo histórico directamente" (Ibídem,
pág. 154).
26 Esta "parada" en la ciudad dura fílmicamente aproximadamente
un minuto, pero perceptivamente toma una dimensión casi interminable y
en cuanto a su representación como memoria
de Nueva York (los personajes que entran y salen del cuadro en las dos direcciones
horizontales, o en diagonal, perdiéndose por una de las calles, tienen
ritmos, cadencias y posturas diferentes, Pero un elemento identitario común:
el afán de llegar a un destino después del trabajo), pues quizás
estos transeúntes nos dicen mucho más de esta ciudad (o de las
metrópolis estadounidenses
u occidentales), que la visita a muchos de los supuestos lugares emblemáticos
de ella. En cuanto a lo narrativo sería la mirada subjetiva, el punto
de vista de Depardon, en el café donde se Sentaba antes de regresar al
hotel. O sea doblemente subjetivayo R. D. en el café oyó observador-cineasta.
27 Apoyándonos en la expresión de Jairo Montoya, ibídem,
págs. 75 y 77.
28 Planteamos aquí este ejercicio como una posibilidad para tener
una
visión de toda esa tela de araña que conforman, con sus líneas,
sus flujos y nudos, las memorias de los habitantes en nuestras urbes. En cuanto
a lo temporal habría que cualificar flujos y marcas según horas
del día, días de la semana o ciertos períodos estacionales,
etc. En lo espacial calles, manzanas, barrios, zonas, plazas y otros. En lo relativo
a los ciudadanos estratos socio-culturales y sexo. Y en cuanto a los escenarios
(espacios construidos, públicos y otros) según su uso.
29 Organismos como Colcultura (ahora Ministerio de la Cultura, con su ingeniosa
propuesta de La franja); el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá (IDCT)
con su espacio Crónica urbana recientemente Tele Bogotá y esporádicamente
algunas programadoras y productores independientes de televisión han visto
la importancia de este género de trabajos en la cualificación de
las culturas citadinas. Los jóvenes realizadores también (falta
texto).
30 Desde 1962 cuando se funda el Convento del Carmen y el cual ha cambiado
su
rol por el de hospital, cuartel para militares (al ser confiscado en el gobierno
de Mosquera, episodio detallado por el narrador) convento Salesiano (impulsado
por el regenerador Nuñez), escuela técnica profesional y finalmente
el colegio actual, recientemente restaurado
31 Estos planteamientos son expuestos por este reconocido investigador
en el
video-ensayo realizado por Oscar Campo donde el pensamiento de Martín
Barbero es articulado con reelaboracion videográíicas de imágenes
urbanas.
32 transforma la expresión propuesta
por Jairo Montoya quien retoma de planteamientos de Vidal-Naquet,
op. cit., pág. 79.
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Bibliografía
DE FRANGE, Claudine, (compiladora) Pour une anthropologie visuelle, París,
Mouton Editores y Ephess, 1976.
DELEUZE, Gilíes; PARNET, Claire, Dialogues, París, Flammarion,
1977.
DEVARRIEUC, Claire; NAVACELLE, M. Critine de, Cinema de reel, París,
Autrement Editions, 1988.
GIRALDO, Fabio; VIVIESCAS Fernando (compiladores), Pensar la V' Ciudad,
Bogotá, Tercer Mundo De., 1996.
HANNERZ, Ulf, Explorer la ville. (Exploring the city, trad I. Joseph),
París, Les editions de Minuit, 1983.
NICHOLS, Bill, La representación de la realidad cuestiones y conceptos
sobrcTel documental, Barcelona, Paidos, 1997
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