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Todas las cartas
Correspondencias fílmicas
Centre de Cultura Contemporània de BarcelonaDel 12 octubre 2011 al 19 febrero 2012

http://www.cccb.org/es/exposicio

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La exposición Todas las cartas reúne trabajos epistolares definidos por la creación cinematográfica. Se trata de un formato experimental de comunicación entre directores que no obstante estar situados en territorios alejados geográficamente, están unidos por la voluntad de compartir ideas y reflexiones sobre todo aquello que motiva su trabajo. Dentro de este espacio de libertad, los directores que integran la muestra plantean afinidades y diferencias, en un ámbito de respeto mutuo y de simultaneidad de intereses, estableciendo notables variantes formales en cada una de las correspondencias.
Las obras que presentamos en Todas las cartas constituyen un innovador formato cinematográfico, donde se intercambian ideas filmadas entre grandes dúos de realizadores:

José Luis Guerin (Barcelona) y Jonas Mekas (Nueva York)

Isaki Lacuesta (Girona) y Naomi Kawase (Nara)

Albert Serra (Banyoles) y Lisandro Alonso (Buenos Aires)

Víctor Erice (Madrid) y Abbas Kiarostami (Teherán)

Jaime Rosales (Madrid) y Wang Bing (Shaanxi)

Fernando Eimbcke (Ciudad de México) y So Yong Kim (Pusan/Nueva York)
Este intercambio de cartas responde a una realidad: la patria de un cineasta es la de la sintonía con otros cineastas del mundo, y en este continente fílmico los autores prestan siempre atención a la obra del otro. La presentación simultánea y yuxtapuesta de estas correspondencias fílmicas en un mismo espacio expositivo crea un ámbito de diálogo e intimidad reflexiva.

 

 

Prólogos de Josep Ramoneda en los catálogos del CCCB
1/1
Exposición «Todas las cartas»
12/10/2011 – 19/02/2012

 

Retorno al artesanado
Durante el proceso de construcción de la muestra «Erice-Kiarostami» surgió la idea de que los dos cineastas intercambiasen cartas filmadas. La idea cuajó. Y poco a poco la correspondencia fue creciendo, aumentando en cada una de las itinerancias de la exposición. Habíamos originado, casi sin darnos cuenta, una nueva dinámica cinematográfica.
Para un director de cine reconocido internacionalmente, una carta filmada es un compromiso. En cierta manera, es un retorno a los orígenes, a la fase artesanal de su aprendizaje. Una carta es, por definición, un ejercicio muy personal y no admite, por razones presupuestarias, la parafernalia de la producción profesional. En cierto sentido, el director se siente confrontado consigo mismo, sin ninguno de los colchones y protecciones que pone a su disposición el cine industrial. No todos los directores están dispuestos a embarcarse en esta aventura. Pero habíamos lanzado una idea y debíamos continuarla. Era cuestión de probar con los más atrevidos. Y ellos aceptaron participar en la propuesta. Durante un par de años, varias parejas de cineastas desfilaron por el CCCB para formalizar la promesa del intercambio epistolar fílmico, conocerse (en algún caso, no se habían visto nunca) y explicar su manera de entender el cine. Y fue así como el trabajo nacido de una exposición concreta fue formando una bola de nieve: Víctor Erice-Abbas Kiarostami, José Luis Guerin-Jonas Mekas, Albert Serra-Lisandro Alonso, Isaki Lacuesta-Naomi Kawase, Jaime Rosales-Wang Bing, Fernando Eimbcke-So Yong Kim. Seis parejas de cineastas –y la cosa no tiene por qué terminar aquí–, todos ellos reconocidos, de Europa, Asia y América, han querido arriesgarse. Y, además, parece que le han encontrado el gusto. Nace así un nuevo formato expositivo que significa un paso adelante en la evolución de lo que denominamos el cine expuesto, uno de los géneros expositivos en los que más ha innovado el CCCB.
Más tarde, algunos socios se fueron incorporando al proyecto. El primero, el Centro Cultural de Tlatelolco de la Ciudad de México y, poco después, La Casa Encendida de Madrid. Pensamos que un proyecto que había trazado conexiones entre puntos tan alejados del mapa podía tener sentido inaugurarlo antes fuera del CCCB. Y así lo hicimos. Y una tarde de abril, el Centro Cultural situado en la mítica Plaza de las Tres Culturas se llenó de gente para celebrar esta peculiar fiesta del cine, con Fernando Eimbcke como portavoz de una forma de entender el cine que solo tienen quienes sienten pasión por lo que hacen. «Todas las cartas» se presenta en Barcelona y Madrid después de vivir la experiencia mexicana y antes de seguir camino hacia otras ciudades. Próxima parada: «Las Cigarreras» Cultura Contemporánea (Alicante). Los hilos de las cartas cruzadas siguen tejiendo una cierta trama.
Exponer las cartas filmadas en una sala de exposiciones, en lugar de mostrarlas en una sala de cine, responde a la voluntad de crear espacio público –otra obsesión de esta casa–. Una pequeña calle del cine en la que los visitantes se encuentran, hablan, se miran o intercambian sensaciones mientras van de una caseta a la otra. En México funcionó muy bien. Porque la carta mantiene un espacio propio que exige una cierta intimidad. Pero la experiencia artística es un acontecimiento que nunca es ajeno a la realidad social que nos rodea. Y ese es uno de los secretos de esta muestra. El resto es creatividad de unos cineastas que han querido regresar a la dimensión más elemental y esencial del cine: una cámara en la mano, unas situaciones, unas imágenes, un montaje y alguien al otro lado con ganas de recibir noticias nuestras. Las cartas cumplen un papel muy importante en la historia de la literatura. En el cine era un género prácticamente desconocido. Lo hemos desatascado. Quién sabe si, como ocurre con las cartas escritas, nos ayuda a saber cosas esenciales de los cineastas que las grandes obras, a veces, esconden. O revelan de manera demasiado indirecta. ¿Se perciben de un modo distinto las películas de estos cineastas tras haber visto sus correspondencias? Seguro que Richard Sennett bendeciría este particular retorno al artesanado, es decir, a la naturalidad del artista.
Josep Ramoneda, Director del CCCB