El
resto y la realidad ordinaria
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'El resto y la realidad ordinaria'
Alberto Caballero
‘Vida íntima /Vida Ordinaria’ *
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Para
la modernidad el operador entre el Sujeto (S) y el objeto (a) - ese
Otro agujereado, ese “objeto
nada” - produce el objeto, su representación, lo irrepresentable
en algo se representa.
Para la postmodernidad,
el operador es el objeto y tanto el sujeto artista como el espectador
son ahora “objeto”.
Ya sea por que el artista pone su cuerpo, como que el espectador pasa
a ser operado por el operador, la simultaneidad entre el artista y el
espectador, en un tiempo real. El espectador –videos caseros- se
representa en sus obras, es objeto de sus obras.
No se trata de una representación producida por la utilización
del operador sino de una presentación del operador mismo, y “fragmentos” de
sus múltiples aplicaciones, de allí el paso de “la
vida intima” a “la vida ordinaria”.
En la vida intima hay una historia
que narrar –representar- que
requiere una escena, un texto, un tiempo ficcional, (Casa de Muñecas
de Ibsen), todo el operador narrativo, teatral, visual, está al
servicio de la historia intima, que se hace pública.
Antígona es la obra fundadora de esta estructura, una historia
intima - de la familia- que se hace pública, se hace un asunto
de estado, y tiene una estructura, la tragedia: la relación entre
acción y palabra, las palabras producen una acción.
En la postmoderniad, como el fin
de la historia, la vida intima se convierte en vida ordinaria, el sujeto
no tiene “nada que contar”:
contar, narrar, sobre “la vida”, quiere decir ficcionar.
La ficción pone “en acción” las palabras del
sujeto, que sujetado a la palabra se pone en acción.
¿Porqué se produce
este anudamiento entre palabra y acción? Ficción, Phi-acción,
es una acción Phiccionada a la palabra, fijada a la palabra
por “la nada” que le pone límites. Imagen/palabra/acción
están anudadas por la phicción, por la ley, la ley que
ordena y anuda los tres registros, entonces se hace PHI (a)cción.
El objeto, (a) ocupa el lugar de la falta, de esa
nada (Phi), y lanza a la acción a una nada, pero de fijación, de ahí fija-acción,
es una acción sin fijación, sin límites.
Volvamos a la narración, fugada de esa nada que la fijaba a la
palabra, quedan meros restos, meros fragmentos, meros trozos de múltiples
narraciones, que no encuentra co.acción, cohesión, ahora
lo perdido es “la narración”. Este es el paso de la
vida intima, agotada de tanto narrarse, amarrarse, para justificar la
nada del sujeto a su existencia, a la vida ordinaria.
En la vida ordinaria las palabras –perdidas-
han dado paso a los objetos por su presencia, se presentan por si mismos,
desprendidos de
toda narración. Incluso los personajes o la imagen de un antiguo
sujeto también aparece “confinada”, son fragmentos-cosas,
fragmentos-acciones, que nada narra, que no se amarran entre sí para
nada-decir, sino se presentan-en-si, no representan al sujeto, a la historia
del sujeto, ni quieren contar historia ninguna.
Solo nos dejan ver restos de operaciones
anteriores, de operadores anteriores, la pantalla, el espejo-esférico: vestidos,
muebles, artefactos, nombres de lugares como hospital, baño, limpieza,
ahora son meros restos ordinarios, de una intimidad desprendida de su
historia, los objetos no estan sujetos a una narración, son meras
acciones “vacías” de contenido.
Si para Jacques Lacan “el discurso” es la estructura que
sostiene la palabra, mas allá del bla.bla.bla, pero también
es el dis.curso, el curso que sigue esa dirección para el sujeto.
Este arte por la acción –de la vida ordinaria- es mera exploración
del contexto: las manijas de las puertas, las puertas de los coches,
los cordones de los zapatos, cepillarse los zapatos, prepararse el desayuno,
desayunar sin palabras, el objeto “desayuno” se convierte
en acción “desayunar”.
Todo adquiere valor de “contexto”,
incluidos los personajes, meros restos de textos fragmentados, solo
tienen valor en el contexto,
piernas, pies, manos, que son objetos de las acciones, no hay personajes
que producen acciones, los fragmentos del cuerpo-humano son meros restos,
objetos de las acciones.
Se trata de un no-texto,
de una negación
del texto, en mero con-texto, ante la desaparición de “la
figura”, “el fondo” adquiere valor por la acción.
En el Cascanueces de Txaicosky, cuando duermen los personajes, los juguetes
adquieren valor de personajes –el valor lo tiene el personaje-
entonces los juguetes entran en acción.
Aquí es la negación, el desacuerdo, la fuga de los personajes,
que lleva a los operadores, a los artefactos, a adquirir el valor de “personajes”.
Negación como ausencia, de la palabra, del sujeto, de los personajes
de la ficción, lleva a la presencia del operador, a la acción
misma como protagonista, ahora los protagonistas son el vídeo,
la TV, la cámara, el reproductor de sonido, el amplificador, entran
en acción.
¿Cuál es el objeto? El objeto de la falta, inaccesible,
inaccesible a la nada, es el discurso. ¿Qué pondrá orden,
cuerpo, a ese devenir sin PHI, sin fijación? ¿Cuál
será el objeto de la acción que haga discurso?
* Viernes 19 de abril (de 18:30 a 20:30h)
del 2003 CONFERENCIA/DEBATE a cargo de ALBERTO CABALLERO en el
marco del Máster Internacional de Creación y Diseño
en Sistemas Interactivos, organizado por MECAD\Media Centre d'Art
i Disseny de la Escola Superior de Disseny ESDI y la Universitat
Autònoma de Barcelona (Passeig de Gracia, 114, principal). |
Retomando estas notas de una conferencia que realice
en el marco del MECAD, por el 2003, ahora me sirven de introducción a una lectura,
sobre 'Acciones en el Universo' instalaciones, de Bestuè-Vives,
realizada en Caixa Forum, Barcelona, febrero-mayo del 2012.
En el caso de la retrospectiva/instalación que nos presentan Bestuè-Vives,
algunos de los conceptos tratados anteriormente, que hacían referencia
al cine de Michael Haneke, se pueden tratar directamente. Queda muy claro
el paso de la vida intima a la realidad ordinaria, se trata de una serie
de elementos que no llevan a narración alguna. Tanto los elementos
del cuerpo, como los del contexto, como los íntimos, tienen el
mismo valor, un valor metonímico. Se empieza y se termina, y no
se produce metáfora ninguna. No hay obra, en el sentido clásico
e incluso moderno del término.
Pero, qué es lo particular de la propuesta. La obra como 'resto'.
El resto de operaciones anteriores, ya se trate sencillamente del picaporte
de una puerta, no tiene valor en si mismo, entonces sería una
obra de la modernidad, el objeto en tanto valor de cambio, tiene valor
en tanto ha sido arrancado de la puerta, el resto de esta acción.
Los objetos en tanto restos de acciones anteriores. Todo están
marcados por ser 'un resto' de una acción anterior, pero la acción
como obra es agruparlos...sin sentido alguno...solo agruparlos, sin tampoco
crear conjunto alguno, por ejemplo conjunto de cajas, conjuntos de lámparas,
conjuntos de piedras, son meramente restos.
¿Qué es un resto? La separación con el Otro deja
un resto, el objeto. Es claro este objeto 'mirada' en Picasso, la mirada
que posa sobre el cuerpo femenino, el objeto auditivo en el caso de Beethoven,
cuya sordera lo perseguirá hasta el resto de sus días,
etc, etc...pero está operación de extracción de
un objeto al Otro también deja un resto, un resto de dicha operación.
De una u otra manera las instalaciones que realizan Bestué-Vives
nos dejan ver esto, son restos de antiguas operaciones, de separaciones
de instalaciones anteriores, de desgarramientos, de 'runas'. de escombros,
etc. El resto como algo de lo real que no se ha podido simbolizar y/o
imaginarizar.
Dos me llaman la atención de manera particular, con respecto
a las otras instalaciones, incluso a los videos, 'Superficie Física'...la
imagen de un parque, de una plaza, a la que se le ha desprendido partes...partes
restos...que encontraremos en otros momentos de la instalación.
Aquí es evidente que no solo 'encuentran' restos de operaciones
anteriores, sino que ellos mismos producen dichas operaciones para poder
contar con elementos/restos con los que seguir operando sus acciones
ordinarias: de una a otra.
La segunda es 'Universo', me desconcierta, en esta
volvemos a antiguas operaciones que hemos encontrado en artistas conceptuales
como Gego,
Ferrari, Schendel, entre otros, la construcción de una constelación,
de un sistema abstracto 'sin objetos', esto parecería contradictorio
con el recorrido que hacen Bestué-Vives, pero no es así.
Ahora el resto es la operatoria misma, el proceso mismo, es un proceso
inacabado...que se desplaza, que encontramos sus restos en otro momento
de la instalación. Ahora el resto es el operador.
Este resto de acción va recorriendo distintos
momento, produce distintas instalaciones...y siempre queda un resto,
imposible de instalar,
como el objeto mismo.
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