arte urbano & nuevos medios
   
 

Espacio sonoro
La Instalación del sonido
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Sons & Lumières
Una historia del sonido
en el siglo XX

Centre Pompidou
Comisaria: Sophie Duplaix


Eventos:
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Erratum Musical Marcel Duchamp 1913

Cuando se puede extraer el sonido y la imagen más allá del cuerpo, se consideran objetos, que tienen que ver con el cuerpo pero que están más allá del cuerpo. Hasta ahora ambos se consideraban objetos independientes uno del otro, dos caminos del objeto que el sujeto seleccionaba como propios. ¿Qué sucede cuando las nuevas tecnologías han permitido que ambos se relacionen? La imagen produzca un sonido, el sonido produzca una imagen, o el sonido se lea como una imagen, la imagen se lea como un sonido. Este es uno de los elementos fundamentales de la revolución tecnológica, en su lectura digital, el digito puede ser de imagen y de sonido. De lo real matérico a lo real digital.
En la exposición Sons & Lumières, mas bien una retrospectiva de la relación entre el sonido y la luz, en el siglo XX, nos demuestra que esta relación ha sido de gran interés para los artistas del siglo pasado. Como la estructura del sonido influye en la materialización de la luz. Por lo que ya podemos extraer conceptos que se han manejado para la producción de las obras hasta la actualidad. Por un lado el concepto de estructura de la materia, y por otro el cambio de materialización, o de realización del sonido o de la luz.
Pero antes habría que entender que ha pasado con la idea de ‘materia’ para *la física contemporánea, exactamente materia en singular, se ha pasado de la ‘materia de la cosa’ a la materia como universal. Hay algo propio de la estructura de la materia que la universaliza. Mas allá de la diversidad de ‘sustancias’ de la cosa, hay una ‘materia común’. Este cambio se produce en los años ’60 y ’70 donde los físicos establecen el modelo estándar de la física de ‘las partículas’, o sea la física se hace cuántica, que describe el comportamiento de la materia en ‘partículas elementares’.
La materia’ ya no tiene que ver con la sustancia, además de partículas de materia consideradas elementales, tiene en cuenta el potencial de energía que las mantiene cohesionadas. O sea que la masa es directamente relacionada con ‘la interacción’. De allí serán denominadas ‘partículas de interacción’, las que trasmiten las interacciones fundamentales, como agentes de conexión pero que tienen masa cero.
Lo que lleva a que la materia ya no tiene que ver con ‘la solidez’, por consiguiente con ‘la impenetrabilidad’, o sea la solidez no se asocia a impenetrabilidad, pero aún más no se asocia en nada a la idea de ‘cuerpo’ dada hasta ahora. Un átomo puede o no ser impenetrable por otro átomo. Hemos dado un salto importante, hemos pasado del cuerpo como ‘figura’, al cuerpo del ‘átomo’. De la anatomía al átomo. Ahora la solidez de un cuerpo reposa sobre su constitución atómica, pero el átomo mismo no tiene la misma cualidad. Si hemos diferenciado ‘masa’ y energía, la energía se puede convertir en materia, así como la masa se puede convertir en energía, pero por otro lado, la materia no se conserva y la energía resta invariante.
Ahora las partículas son los objetos cuánticos, poseen la ‘individualidad’ de los procesos atómicos que resulta de la existencia de un cuantum de ‘acción’. O sea la materia a nivel de sus constituyentes fundamentales resulta ‘decosificada’. Cosa y materia se han separado definitivamente. ¿Entonces, de que suerte de real está constituida la materia? ¿Ahora, se puede pensar en ‘material’, en ‘materialización’?
Evidentemente los artistas han estado al tanto de estos cambios fundamentales para la ciencia de su época y han trabajado no sólo con estas ideas sino con estas variantes de ‘la cosa’ de la materia y del átomo. Si hasta la modernidad instalar ‘la cosa’ significo desprenderla de ‘la figura’ como forma de la materia, en el arte de los objetos, incluso en el arte postobjetal, donde la materia-cosa cobra singular importancia, como arte de los deshechos, se pudo entender deshechos como restos de la cosa pero también de los hechos ocurridos. La materia ahora es producto de un tiempo y un espacio.
Si seguimos el recorrido (Song & Lumières) vemos como los artistas se dieron cuenta que el proceso de la luz tiene el mismo valor estructural que el del sonido, que muchas veces se puede escribir como el sonido, se puede interpretar como el sonido. A la abstracción de la forma por la materia misma, la materia lumínica, se encuentran con la materia sonora, la investigación sobre la luz (el espacio) lleva consigo la investigación sobre el sonido (el tiempo).

Raoul Hausmann revisited Peter Keene, 1999-2004

De allí observamos que no se trata de instalar ‘la materia-cosa’, sino la serie lumínica, la serie sonora, hasta ahí se mantiene la idea de ‘representar’ el espacio y el tiempo, la luz y el sonido todavía adquieren valor en cuanto a espacio y tiempo. Como cosa o como representación.

L’Expedition scintillante, Acte 2 “untitled”. Light Box.
Pierre Huyghe, 2002


Los conceptos de masa, de partículas, de interacción, ahora adquieren valor propio, es el arte que les da un valor de realidad propio: instalar lo real. Lo real ‘imposible de representar’, se instala como ‘interacción’, es la interacción como factor fundamental de las partículas que permite instalar lo real. La acción como un modo de instalar lo real.

Dream House. La Monte Young et .
Marian Zazeela, 1962-1990


Si vimos en ‘la clase 4’ que el espectador ‘interacciona’ la imagen, aquí interacciona ‘la materia’ lumínica y/o sonora, al atravesar la instalación, un espacio virtual en cuanto tal, produce una determinada interacción con la luz y/o con el sonido. No hay interacción no hay instalación, una produce la otra.

Soundsize ( Dimension du son) Steina et Woody Vasulka,1974.


Ahora no se trata de una ‘figura-acción’ (la sombra), sino de una imagen-acción, una imagen de la materia (lumínica y/o sonora) producida por la acción, una imagen- virtual de una imagen-acción, de una energía que se pone en acción. Por lo que ya no se trata de una realidad real (factual), ni moral (social) sino virtual. No se trata de fragmentos de la realidad-real, sino de partículas que por su (puissance) impulso se realizan. ’ Y por impulso yo entiendo a la vez reunir la idea aristotélica de virtual con la idea de energía’.
‘ Yo insisto sobre esta realidad de lo virtual, donde no se confunden ‘la densidad’ de lo virtual con lo imaginario, todavía demasiado relativo a la subjetividad de la imaginación’. Es esta cualidad de ‘densidad’ que caracteriza a ‘lo virtual’, dentro y fuera de la instalación, la mayor o menor densidad influye en la realización de lo virtual, en que la realidad sea virtual, cuando el autor dice ‘imaginario’ se refiere a que no es por la imagen, por la forma de lo real, sino como antes hablamos de la sombra como una manera de subjetivación aquí podemos señalar la densidad como una manera de virtualización de la subjetividad, la realidad se hace densa para el sujeto contemporáneo. Perdida la forma y la representación, propia de la realidad real, el sujeto contemporáneo ahora en la transparencia de lo real, perdido el espacio y el tiempo de la modernidad, se ha quedado con la mera sombra con la mera densidad de la realidad, pero como realidad-virtual.