LEMON 5 viene de romance nº4, pieza en colaboración con Jorge
Albuerne en 2003. Mantener una numeración en la piezas me reafirma
que todo sigue una línea continua infinita,que sólo se trata
ahora de una parte más. Mantener la presencia de Jorge me reafirma
en el trabajo con los allegados, y ahí me conecta con Lucian Freud,
que dibujaba los cuerpos desnudos y retratos de sus familiares, de sus
galgos. Ahí llego a trabajar con
Thai , un pastor belga adiestrado. Me atrae el
reposo de los cuerpos desnudos que dibuja,sus decorados de estudio
de pintor, la distribución
extrañísima de los objetos en el espacio del cuadro. Me
atrae quizá todo eso por mis años de modelo de dibujo en
academias.
La semblanza que establece entre los cuerpos relajados
del animal y del hombre me lleva al sexo, a un estado místico del sexo, a un
híbrido llamado cerdo-lobo. No le doymás vueltas.
En LEMON 5 aparece el esfuerzo físico , la disciplina , el ejercicio
codificado y repetitivo como una expresión de pureza que me interesa
y que forma parte de mi manera de trabajar.Establezco en esa repetición
extasiástica de un movimiento otra nueva relación con el
sexo y con el arte. No hay más vueltas , no quiero profundizar
demasiado.
Buscando esos fragmentos de cuerpo codificado llego
a la Nouvelle vague y escucho un disco de versiones de temas de Serge
Gainsbourg que hizo
Mick Harvey, Intoxicated man. Escuchando las otras canciones del disco
llego a Lemon incest, es la número 15,(Gainsbourg la cantaba con
su hija Charlotte en una cama), y tirando del hilo llego a que Gainsbourg
basó el tema en una pieza de Chopin, el estudio opus10 para piano
nº3 en Mi mayor, Tristesse. Escuchando Lemon incest me doy cuenta
que entro en un delirio fantasmagórico interminable dejando el
disco en repeat, algo que suelo hacer mientrasensayo habitualmente por
comodidad y por puro gusto. No hay más vueltas , no quiero profundizar
demasiado.
Lemon incest me lleva a la emoción , a creer en el amor y la
adoración más profunda, en la inocencia, en la fascinación
y la ternura , en el cuidado y en el abandono. Eso hacia alguien de cualquier
edad no puede ser malo. No hay más vueltas, solo hay adolescentes.
Rosa Muñoz