Algunos fragmentos de la memoria del proyecto 

"Conocí la figura de Rubén Orihuela a través de televisión, hará casi tres años, apareció como ejemplo de superación personal en un programa de variedades. Fue presentado como el primer deportista varón que ha participado de forma profesional en un certamen nacional de gimnasia rítmica. Después de una breve entrevista ejecutó un número coreográfico en el escenario del plató.

Me tocó en su historia, su valentía, el carisma que demostraba con su posicionamiento en querer ser reconocido en un ámbito reservado a la mujer. Me interesó el concepto de deportista asociado a Rubén en contraste con la hipermasculinidad de los deportistas de élite. Por otra parte, la ejecución del baile me produjo sensaciones encontradas: sorpresa, ternura, apuro, admiración, belleza..." 

"Uno de mis principales objetivos era que la pieza funcionara ante un público no necesariamente instruido en arte contemporáneo. Omitir cualquier referencia metalingüistica y sobrepasar deliberadamente las ataduras formales y temáticas que ligan el videoarte a una tradición, poner indiscriminadamente todos los recursos disponibles en juego." 

" Definir su imagen fue algo decisivo para el desarrollo del proyecto, me ayudó a liberarme de toda esa pesada carga de plasticidad y reducirla drásticamente. Hasta ahora había presentado a todos mis personajes "virtuales" desnudos en entornos muy neutros y la idea de vestirlo y situarlo en lugar tan escenográfico me inquietaba negativamente, por ese motivo decidí trabajar con prendas genéricas muy simples en color carne, que mostrasen su anatomía pero sin recurrir a la desnudez y evitar una aparatosidad que podría complicar más la producción. También decidí situarle en un lugar austero ocupado únicamente por una bruma y escaleras de una geometría simple."