articulistas
Análisis
del Discurso
después de la Acción
Del nombre al número
Alberto Caballero
1.
Introducción
2. Algunas notas sobre los debates
3.
Trabajos presentados
(solicitar vía contacto)
4. Ediciones |
|
1.
Introducción
giAD
surge por la necesidad de debatir algunas cuestiones fundamentales alrededor de
la caída de los grandes discursos imperantes en la modernidad, y por
consiguiente el resurgir de ‘la acción’ como una manera de llamado al
‘discurso del otro’. ¿Qué
significa este modo particular de acción? ¿De
qué otro se trata? ¿De qué
discurso se trata?
Participan: Mª
Dolores Alvarez, Carlos Bermejo Mozas, Alberto Caballero, José Luis Granados,
Claudia Giannetti, Margarita
Trallero, Carmen Valls i Llobet.
Los conceptos
trabajados y el desarrollo de los mismos
‘El malestar (en) la cultura’ de
Sigmund Freud, llevó a tomar como
eje "la acción" del mal.estar propio del hacer humano: de lo
humano/social. Una acción desprendida de la palabra/acción, produce malestar.
Ello llevó al desarrollo del concepto de acción como propio de la
postmodernidad, frente al acto propio de la modernidad.
La lectura de una serie de autores y
sus textos: Giorgio Agamben, Peter Sloterdijk, Hannah Arent, Primo Levy, entre
otros, permitieron poder comprender ‘al hombre’, lo humano como producto de
esta ‘acción’. Por consiguiente el surgimiento del no-hombre, la caída de
la subjetividad propia de la modernidad desde los años '50.
Esto nos llevó a trabajar los
distintos discursos-totalitarios, productos de esta ‘acción’, y por lo
tanto a pensar en el concepto de ‘discurso’ ¿Hay discurso después de la
acción? ¿O el discurso se transforma en objeto? Lo que para la modernidad
estructuraba al sujeto, y a la sociedad, el discurso de la religión, el
discurso de la política, o incluso el discurso de la ciencia, para la
postmodernidad se transforma en inalcanzable, irrrepresentable,
inmaterializable.
Ello nos llevo a pensar en la dialéctica
privado-publico, o sea la relación entre el psicoanálisis y la política, como
el anverso y el reverso del mismo discurso. ¿Que pasó con lo privado? ¿Es
cierto que se transformó en espectáculo, en mera publicidad? ¿Si se ha
transformado en reality show, en una pornografía de lo íntimo, entonces, con
qué discurso trabaja el psicoanálisis? ¿Que pasó con lo público? Si la política
se queda sin discurso, hay política? ¿O, es mera política de mercado? ¿Cuál
es la relación entre espectáculo y mercado? ¿Son
dos caras del mismo discurso, el discurso capitalista?
La mecánica
de trabajo y lo producido por ello
Poner en (dis)curso la dificultad de
la palabra en el fenómeno de ‘la acción’: En la postmodernidad, en el
discurso único, en la globalización, etc. En síntesis ‘el
discurso capitalista’ ha producido el fenómeno
que denominaremos ‘la
acción’. Si todo vale por la acción. ¿Qué lugar queda para el
discurso?
La dificultad
del paso de la acción a la palabra: con la ley, con la ciencia, con la política,
con el arte, con el psicoanálisis, pero fundamentalmente
lo que nos convoca es el detectar ‘los fallos’ que se han producido
en los distintos discursos, que ha llevado a
lo social a confrontarse con los efectos de este fenómeno.
En
una primera parte la mecánica de trabajo ha sido ‘el debate’ abierto, o sea
extraer del ‘fallo de comprender’ los puntos que se analizarán para la
posterior producción de los trabajos de cada uno. En una segunda parte, la
lectura de los trabajos de cada uno y el consiguiente relanzamiento de ‘los
restos’ que permitirán abrir debates posteriores. “Algunas notas sobre los
debates” tiene el carácter de una escritura fragmentaria, entre lo hablado y
lo escrito, entre lo escrito y lo no-escrito. Es una manera de dar testimonio de
un proceso, que de una escritura definitiva.
2.
Algunas notas sobre los debates (si se desea solicitar síntesis de los
debates 1 y 2 ir a contacto)
El
empuje a la acción.
¿Que
hay de real detrás de lo simbólico, en ese empuje a la acción?
No hay
discurso, se trata de un empuje a la acción. Este me parece el punto central de
nuestro trabajo, el debate sobre la acción, en todos los campos se está
planteando este empuje a la acción.
¿Qué
hay de lo real detrás de lo simbólico? El resto. Cuando lo simbólico no es
suficiente, el decir del sujeto con la palabra no le es suficiente, o produce síntomas
o hace pasajes a la acción, hasta ahora en psicoanálisis se han estudiado: el
acting-out y el pasaje al acto. Según Jacques Lacan estos no están en el orden
de la palabra, sino en el de la escritura. Escritura en lo real, como puede ser
una marca en el cuerpo, o con el cuerpo. ¿La acción en qué orden estaría?
El
sujeto para diferenciarse ha de separarse del objeto, y para conseguirlo ha de
hacer algún tipo de acción. La palabra también implica una acción. ¿Porqué
no es suficiente la palabra del otro, al otro, para diferenciarse, para
separarse? Si el sujeto no es mirado, o no es escuchado, ese ‘no ser’ no es
interpelado por la palabra del otro, no es simbolizado, entonces se produce un
empuje a la acción. Ese resto –de lo real- ya no tiene que ver con lo simbólico,
sino con lo imaginario, hay una imaginarización del otro, ahora algo de lo real
invade lo imaginario, cuestiona a la imagen del otro, la interpela.
Lo
efímero como representante.
Hace cincuenta años que no aparece
nada nuevo en la ciencia, más bien hay una vuelta atrás, así de pronto
aparece ‘lo efímero’, la pompa de
jabón, se toma como representante, no
sé si es una manera de salir de las normas, o porque produce una gran
satisfacción, o es una especie de dimensión de una acción única.
El
problema es más complejo, porque lo imaginario es más pleno, parece que es un
intento de imaginarizar que hay de real tras lo simbólico, y como toda
imaginarización tiene que sostener algo, en un soporte físico, creo que eso
sería ‘la
acción: lo que hay de real detrás de lo simbólico’.
Manifestaciones,
protestas. De dónde viene, de la desaparición del sujeto con los campos de
exterminio nazi, y con la desaparición del mundo, con la bomba atómica, son
los dos grandes acontecimientos del siglo. La gente salió a la calle a
manifestarse, se toma la acción como
manifestación de protesta, entonces termina la época de la representación y
se pasa a la presentación, si el mundo se terminó nos queda la presentación
de esa catástrofe. En Praga se reúnen las naciones para discutir sobre la
globalización, lo que vemos como noticias son las manifestaciones, las acciones
en la calle, no sabemos nada sobre las discusiones internas. Hay
que manifestarse, es la acción por sí misma lo que vale.
Lo que esos
chicos marcan ahí, es que no creen más en la palabra, es decir que por mucho
que se hable no habrá ningún cambio, pero esto es una contradicción ya que la
democracia se basa en la palabra, antes
la palabra prolongaba la acción, la acción era la palabra.
La palabra implicaba una acción,
ahora la acción no sabemos si provoca un discurso.
Sin discurso no
puede haber nada, cuando alguien dijo ‘el fin de la historia’, estaba
hablando del discurso de la historia, no es que Fujiyama pensara que no iban a
seguir habiendo generaciones, sino que no habría mas discurso, porque la
historia es el discurso sobre la historia.
Ante diferentes
definiciones del concepto de discurso, más allá de lo que “habla” el
sujeto, el debate se centro en comprender el
concepto de discurso como una estructura que condiciona lo que dice el
sujeto. O sea el paso entre el dis.currir y
el enunciado como estructurado por el lenguaje. El lenguaje como una estructura
que condiciona el discurso de cada uno.
Más allá del
‘discurso común’ se planteo el porqué del discurso capitalista, no del
sistema capitalista como economía de mercado sino como un tipo de discurso,
‘como una estructura sobre la que recaen las otras estructuras’. De allí
pasamos a analizar la situación actual de dicho discurso: los medios de comunicación,
la prensa, la televisión, la enseñanza, etc. Fundamentalmente en dos
fenómenos, por un lado ‘la caída de los ideales’
y como consecuencia el surgimiento de ‘la violencia’.
Lo que para la
modernidad significaba ‘Quiero ser excepcional’, ahora se ha transformado en
‘Quiero ser común’ pero por vía del objeto. El sujeto, más alla del saber
que lo aplasta, aparece del lado del fracaso: el
fracaso escolar, el fracaso del matrimonio, el fracaso laboral, frente al
optimismo de ‘la globalización’. Frente al fenómeno de la globalización
podemos detectar algunas cuestiones: la socialización de la pobreza, los
personajes famosos de la televisión ‘son como yo’, frente a
‘yo quiero ser como un personaje famoso’. El medio para obtenerlo es
el objeto de consumo, no el placer que se pone en juego.
Lo que
nos lleva a pensar que el discurso hasta ahora del lado del sujeto ha
desaparecido, su historia no surge como excepcional, y por consiguiente surge el
cuerpo, surge así lo que denominamos ‘el discurso sobre el cuerpo’:
siento esto, me duele aquello, en referencia a un malestar en el cuerpo. El sujeto retorna en su malestar con el cuerpo.
Ahora
hay una acción, pero controlada.
Este es un
punto importante, el control de la acción,
que se produzca dentro de ciertas normas. Peter Sloterdijk empieza
analizando una carta de Martin Heidegger, ‘Carta al humanismo’, donde plantea que muchas veces la acción de los seres humanos en
aspectos de vida comunitaria no ha respondido a ningún pensamiento, y dice,
probablemente han hecho una acción sin ningún pensamiento, pensar ya sería
una acción y como decíamos, el
valor de un hombre como el de un partido, se mide por su acción.
Impulso
contra razón, domesticación del impulso,
no hay manera que pueda entrar un discurso que no sea por el control de los
impulsos. ¿Podría controlar todos los impulsos?, o en el último de los casos
¿Habría un déficit? El problema está,
entonces surge la pregunta de si al sujeto le pueden llegar a domesticar todos
los impulsos o, le pueden llegar a embrutecer o, puede llegar a no sentir nada,
si ya no tiene ningún impulso, qué sucede entonces. ¿Qué hacer con el resto?
Este resto se
transforma en acción, eso que no se puede simbolizar, ‘entrar en razones’,
puede volver como forma de acción, no en el decir: no digas esto, no hagas
aquello, no pienses esto otro, sino como resto, como un impulso a la acción,
como una devolución al otro más allá de la palabra ‘domesticadora’,
retorna como acción, acción con el cuerpo –la enfermedad- o acción al
contexto –la violencia. Retomando las palabras de Freud, entre el sujeto y el
otro surge ‘la agresividad’.
Se trata de una
domesticación del impulso, como manera de entrar en un discurso, y por
consiguiente el control del sujeto. ¿Qué hacer con el resto? La moral como
resto, ante la muerte de Dios, la caída de la burguesía, y de la religión.
Ante la moral: la vida
ordinaria y la pornografía.
Peter
Sloterdijk plantea que el resto que ha quedado es la moral, todos los
movimientos del siglo, inclusive el de
la sexualidad, han sido para enfrentarse a esa
moral que ha quedado como resto.
La
moral es el goce, hay un antiguo término de los americanos en la psicopatía
que es la moral ‘in sanity’, y luego se cambió por psicopatía y de ahí se
pasó a sociopatía, pero en el
fondo, la moral es la otra cara del goce,
otra cosa es la ética, el goce provoca moral y la moral provoca goce. Habría
una moral que es la moral de la perdición ¿Qué es lo que se escucha en la
gente? Que cuanto más fuerte es el impulso, más fuerte es la moral, es la otra
cara de la moneda, entonces se dice que el discurso de la moral, tiene una
envoltura de prohibición, pero al mismo tiempo impulsa, la otra cara de la
moral es que lo quiero hacer pero no puedo. Ante la moral aparece la pornografía,
la pornografía como el comercio de eso, la exageración, como Hollywood, son
las dos caras de la misma moneda, moral y pornografía.
Ante
la política: ‘el pensamiento único y el terrorismo’.
En
política esto es lo que está pasando cada día, es que el poder está sellando
todas las posibilidades de hablar, puedes sellar con la violencia o puedes
sellar con el pacto, pero las dos cosas son un sello, se puede decir ahora lo
arreglamos y no arreglas nada, entonces surge un pacto
y, el pacto no arregla nada, las dos cuestiones son pensamiento único y
terrorismo..
Los partidos
políticos ya tenían esta función de poder anulador,
los partidos políticos como forma de trabajo anulan a los seres humanos
que están dentro, la sociedad de forma cada vez más sutil tiene muchas otras
formas de ejercer el poder sobre las personas, por encima de lo explícito de
ser de un partido o de una secta. En la televisión, la adicción a determinados
programas, en lugar de desarrollar la libertad de los caminos, las esencias y
los goces, más bien anula las fórmulas de diversión de estos jóvenes, en
lugar de ser diversión son atontamiento. Son formas específicas de terrorismo.
Ante
lo social: ‘una sociedad adictiva y delictiva’.
Es una
sociedad donde justamente este amansamiento o esta domesticación lleva a la
violencia y a una sociedad delictiva,
es bastante claro, esa violencia que está en irse de casa, de ligar, de
relacionarse con el otro, de esa impotencia entre comillas, les lleva a
amansarse por la droga, emerge ese discurso de la droga, lo prefieren amansado.
Antes no se medía el coeficiente de inteligencia, ahora va apareciendo una
manera de medir, controlar que antes no estaba. O
sea, una sociedad adictiva produce una sociedad delictiva.
En
este punto de la elaboración “la acción” tiene dos direcciones, sobre el
propio sujeto, la destrucción del sujeto: ‘el musulmán’, o la destrucción
del otro: ‘el terrorismo’.
El discurso
1.
El concepto de discurso, como estructura.
2. El discurso capitalista. Su influencia en las prácticas: la
política, lo social, el arte, el psicoanálisis, etc.
Los discursos
imperantes en el siglo XX son: El discurso religioso
El discurso científico/la biología
El discurso del exterminio
Ante la caída
del discurso religioso, Dios ha muerto en la cultura moderna, frente a esto
surge el discurso científico y como consecuencia el discurso del sujeto en
forma religiosa. Las religiones, o mejor dicho las religiosidades, es el
discurso donde se refugia el sujeto: ‘la no-religión.
Como
consecuencia, surge el discurso sobre la vida:
El exterminio
(el holocausto, la bomba atómica): humano, no-humano.
La biopolítica (Foucoult): derecho a la vida- el estado.
La clonación (la bioética): ADN- el homo cientificus.
Frente a este
discurso de ‘la nada’ surge
la agresividad, la violencia, el suicidio. El discurso te coge la palabra
y te atrapa. El terrorismo ha triunfado, no el poder, ha triunfado porque nos ha
metido en una dinámica social que es ‘el silencio’.
En las acciones
sociales, pasa lo mismo, no hay discurso, es la acción lo preponderante: si
antes se trataba del trabajador, el
sindicato, el proletariado. Ahora se trata de los inmigrantes, los movimientos
feministas, los consumidores, las asociaciones, las acciones políticas,
religiosas.
¿De
qué sujeto se trata?
Dos formas del
no-hombre, por un lado el hommo-sacer, el musulmán, se ha transformado en ‘un
número’, y por otro ‘el hombre común’, que vive para el consumo y es
consumido por la sociedad de
mercado, se ha transformado en objeto de consumo.
Del
nombre al número, del sujeto del significante al sujeto al signo.
3.
Trabajos presentados.
“Definiciones
del termino discurso”
Carlos Bermejo Mozas
Las diferentes definiciones del término discurso pueden ayudarnos a entender su
uso polisémico.
“El
discurso y la política”
Carme Valls i Llobet
La crisis de los estados democráticos actuales y del discurso político.
.”Las Asociaciones y los Grupos de Ayuda Mutua”
María
Dolores Alvarez
Un recurso para la salud comunitaria
“La
Violencia y el Derecho”
Margarita
Trallero
La violencia contra la mujer como tema de estudio
“Reflexiones acerca de la crisis
de la imagen técnica, la interfaz y el juego”
Claudia Giannetti
El papel ejercido por los medios y sus dispositivos técnicos no consistiría en
tratar de reproducir la realidad sino
de construirla.
“El
amor como resto del discurso capitalista”
Alberto Caballero
Ante la caída del discurso capitalista, ¿cómo actúa el amor entre la acción
y el discurso?
|