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Pobres Diablos 
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Crítica al Salón

PRÓLOGO

Nos es imposible hablarles del Salón Nacional, realizado en el museo Juan B. Castagnino en diciembre del año 2003, ya que no estaba inaugurado en el momento de realizar esta crítica.

Igualmente nos llegamos hasta sus puertas y, luego de extenderle una sonrisa al cartelito que reza ´´Todos son bienvenidos. Entrada general $1´´, ingresamos. Cerramos los ojos y, al sumergirnos en un futuro no muy lejano pero bastante imaginable, inaugura el Salón.

He aquí, amigos nuestros, las ideas que nos han asaltado al pre-construirlo. Las reproducimos al azar, sin preocuparnos ni por su orden ni por su forma. Las hay falsas y las hay verdaderas.

Nota 1: Esta crítica se basa estructuralmente en ‘Escritos sobre arte’ de Diderot, básicamente en el apartado de ‘Pensamientos sueltos’.
Nota 2: Los nombres y apellidos que aparecen pertenecen a las autoridades del museo municipal Juan B. Castagnino de la ciudad de rosario.

DE LA VIOLACIÓN A LA IDIOSINCRASIA ORIGINAL DEL SALÓN

Sabemos que, rondando el siglo XVIII, la Academia francesa rompe con la estrechez de visitas al Salón, instigando la concurrencia de los más diversos públicos y adentrándose prematuramente en la ideología democratizadora característica de la Ilustración.

Con el correr del tiempo, parece ser que hemos tirado alguna que otra pauta iluminista al cuerno; consecuentemente, hoy podemos estar bien seguros de que la asistencia al evento ha alcanzado un claro tinte elitista desde el momento en que la gerencia del Museo dispone se abone para ingresar al mismo.

DEL ÉXTASIS EMOCIONAL DE LA PREVIA

En un pequeño cuarto del museo, días antes de ser montadas, las obras seleccionadas para el Salón Castagnino 2003, conversan.

Ya se conocen. Al menos la gran mayoría ya se sabe una con otra, como también así sus padres, esos seres creativos y originantes que las han sacado de sus galeras para traerlas a la existencia mundana y al roce cotidiano. Ríen, se abrazan y festejan. Violentamente, golpean sus copas burbujeantes del valioso elixir amarillo dorado que en las horas del gran día terminará de darle status al evento. En medio de una suerte de clímax orgásmico, brindan por aquellos a quienes deben su pasar consagratorio.

DE LOS ARTISTAS

DE LA ESTÉTICA PARASITARIA

Convencidos de que la posmodernidad es una especie de ´nihilismo estético´ caen en posturas imparciales, indiferentes, descomprometidas y acríticas. Sumergiéndose en la idiotez de su propio error, ignoran (o quizás no tanto), que engrosan parasitariamente las listas políticas del sector más nauseabundo.

Por suponerse al margen, aceptan las reglas de juego que perpetúan el sistema impune que desde siempre generó desiguales beneficios, obviamente a favor de los menos. Pretendiendo legitimar su propio ´cuero´ se someten, sin condiciones, a una inercia mental que facilita la manipulación desde el poder. ¿Sabrán estos muchachos que están colaborando con el perpetuo silencio que da lugar al abuso más atroz? ¿Qué con su tibieza ideológica cierran las puertas de la cultura a la mayoría?

´Ellos´ son pocos, nosotros también... me pregunto qué pasa con el resto de las personas. ¿Qué lugar ocupan? ¿Cuáles serán sus prejuicios y condicionamientos? ¿Sabrán por qué tienen una posición tomada, si es que la tienen?... Como les venía diciendo, ´ellos´ son pocos. Pero, lamentablemente, están apoyados por el poder.

DE LOS QUE SE CRUZAN DE VEREDA

¡Pobres ilusos! ¿No perciben que los dejan jugar en sus veredas sólo para justificar, frente a los ojos del mundo, los cargos de dirección y coordinación de actividades en las mismas? ¿No se reconocen formando una pantalla que oculta maniobras consagratorias caprichosas e intimistas?

Egoístas e irreflexivos... así veo a los ´artistas´ de hoy.

CITANDO A DIDEROT

´Las reglas han hecho del arte una rutina; y no sé si han sido más perjudiciales que útiles. Entendámonos: han servido al hombre vulgar; han perjudicado al hombre de genio´.

DE LA RETROALIMENTACIÓN EGOÍSTA

¿Cazabobos? ¿O cazavivos?
¿Cómo llamar al docente que seduce alumnos para que, como discípulos, militen su camino ególatra del arte?
¿Cómo conceptuar a los alumnos que se abandonan al juego pecaminoso de un arte mudo a cambio de un pedazo profano de muro blanco?

DE LOS QUE QUEDAN DENTRO DEL SALÓN

¿Cuál es el cuerpo conceptual que maneja este grupo de artistas selectos? (¿o mejor digo grupo selecto de artistas?).¿Qué concepto estrecho tienen del arte?

DE LOS QUE QUEDAN FUERA DEL SALÓN

Resultará extremadamente dificultoso secar la lágrima de desconsuelo del pobre artista frustrado que deberá estar el día de la inauguración del lado de los abrazos del común observador.

Y resultará difícil porque lo efectivamente complicado será explicarle de manera sutil, y sin herir más aún sus sentimientos, el sistema de dádivas del que hace uso el Museo.

DE LOS QUE QUIEREN PERMANECER FUERA DEL SALÓN

La no participación en el mismo conforma un arma política que no es ni más fuerte ni más débil que la sí participación. Es simplemente su antítesis y en cuanto tal procurará valerse de estrategias contrarias a las de sus pares consagrados para seguir permaneciendo en el campo de batalla que trazan las cuatro letras de la palabra ARTE.

Básicamente, y para no entrar en definiciones exhaustivas, nos limitaremos a esbozar que quien participa, acepta; quien no lo hace, de algún modo denuncia.

DEL MUNDILLO DEL ARTE

Somos una gran familia. Gracias al abuelo pudimos conformar un lazo intrafilial tan fuerte que nos resulta dificilísimo imaginarnos en otra situación. Los más pequeños le debemos todo al abuelo Fernando. También el tío Roberto trabaja muy duro para que tengamos un buen pasar, tanto nuestros padres artistas como nosotros, hijos – obra.

Acá en casa estamos muy seguros. Además de la vigilancia, el abuelo dispuso que todo aquél que quisiese entrar a casa debería pagar, no vaya a ser cuestión de que se meta cualquiera, porque el arte no es para bobear, el arte es en serio, el arte es nuestra gran familia y lo que quede afuera es otra cosa. Acá sí que sabemos con certeza lo que es el arte. Lo sabemos porque nos lo enseñó desde pequeños el abuelo; y el tío Roberto se desalmó junto con nuestros padres para llegar a ser hoy lo que somos.

DE LAS OBRAS

DE LAS FOTOCOPIAS DEL ARTE

Encuentro extinta la ardorosa pasión, la rebelde gallardía de ser auténticas. No es lo peor que las obras rocen la categoría de gélidas... más detestable me resulta la tibieza de espíritu que se manifiesta en la actitud de los productores.

DE LAS IMAGENES MUDAS

La infantil obsesión de pertenecer a una ´elite artística posmoderna´ se manifiesta en el inmutable silencio de las obras.

DEL OJO DE DIOS

Este conjunto de producciones deja entrever una visión monocular del arte contemporáneo. (Y ya todos sabemos de quién es ese único ojo).

DEL TERROR A LO YA CONOCIDO

¿Con qué astutas maniobras de legitimación nos sorprenderán esta vez nuestros falsos cancilleres del arte? Con las mismas de siempre, me atrevo a responderme al acto. Convulsiones de supranihilismo me invaden instantáneamente a la vez que pienso en correr, tomar Boulevard Oroño y subirme a algo que me aleje lo más posible de este depósito de obra o no tan obra en más de un caso.

DEL GUSTO

CORRIGIENDO A DIDEROT

No hay nada tan fácil como reconocer al hombre que siente mucho y habla mal, al hombre que habla mucho y no siente nada. El primero suele estar en la calle, el segundo como autoridad en el Museo Municipal Juan B. Castagnino.

RESPUESTA A DIDEROT

DIDEROT: -´¿No existe diferencia alguna entre el gusto que se obtiene de la educación o de los hábitos de la alta sociedad y el que nace del sentimiento de la honradez? ¿Es que acaso el primero no ha tenido un legislador? ¿Y cuál es ese legislador?.´

NOSOTROS: -Farina

DE LA SOBREVALORACIÓN DE LA MERA EXTRAVAGANCIA

Cuando el planteo es vacío, o dicho directamente, no plantea nada, suele suceder que el productor de arte acuda a dos estrategias que entre sí se autoexcluyen: o se elige una o se elige la otra. Una es abortar la idea y enterrarla hasta que madure y esté realmente preparada para decir algo. La otra, de por sí bastante más morbosa, es apelar a la extravagancia y a la anulación del espectador como alguien que está ahí parado esperando que eso ahí colgado le diga algo.

DE LA RELACION

La relación, como se verá, no es en absoluto correspondida. Tampoco es equilibrada. El espectador entra al museo ansioso de consumir obra, cualquiera que esta sea. Luego, en el camino de regreso a su casa, se encargará de juzgarla y de atribuirle un enfoque crítico a lo que sus sentidos devoraron. Es entonces el espectador, una figura que recibe para luego dar. Lo que sea que vaya a dar será de la más variada índole: serán halagos, será una blasfemia, será un punto medio entre éstos. Pero algo indefectiblemente entregará a cambio de esa obra que observó.

En cambio la obra, así como el artista que la trae al mundo, posee un carácter mucho más egoísta y egocéntrico. Esto no es una actitud generalizada pero sí muy común: el artista piensa en su espectador ideal, lo imagina excitándose frente a su obra y a tal efecto saca del muestrario de lenguajes uno lo suficientemente persuasivo como para enamorarlo. Siendo esto así, la obra que va dirigida a un público concreto se derrite en la masturbación misma de ese concreto. Y el que no es igual de concreto, o es concreto de otra forma, quedará en desbalance con eso a que se enfrenta porque sus modos no lo seducen. Dará si embargo a posteriori sus apreciaciones (aunque fuera de sintonía con la obra), pero no recibirá nada. Esa obra será muda para él.

DEL MUSEO

¿Y si el Museo pudiera hablarnos?

Probablemente, su piel de pálido yeso se enrojecería al reconocerse prostituida. Se ruborizaría por la esclava tarea de soportar en su cuerpo gestos mezquinos y aburridamente repetidos... por servir de guarida a esos pocos de siempre, fotocopias de la nada, payasos de su propio circo. Le daría vergüenza ser el club de fin de semana de un único miembro, quien dictó ciertas reglas a fin de formar un reino de bobos, para continuar siendo monarca.

Reuniendo en sí todo el pudor que no sienten los demás, reconocería la escena teatralmente planeada cada año, presentada bajo el nombre de Salón, detrás de la cual se asoma una tramoya de adulaciones y relaciones extrañas. Y finalmente se desmoronaría, lo cual no sé si no sería mejor...

DEL VERNISSAGE

Dícese del acto inaugural que, en el ámbito artístico, equivaldría a cortar la cinta. Si se entendiese como irónica performance, como actuación burda, sería gracioso y hasta plausible de ser apremiado. Pero como lo que se pretende por medio del mismo es glorificar y festejar lo que se estrena, el método resulta evidentemente paradigmático. ¿Serán realmente honradas y apreciadas las manifestaciones que se exponen en medio del caos de besos, choques de copas y camareros? Al intentar responderme, recuerdo el papel arrugado de un canapé sutilmente arrojado sobre la base de una pieza escultórica.

DEL PORVENIR DE LA HISTORIA

El siguiente es un llamado a la comunidad artística, conformada por productores consagrados, productores no consagrados, críticos, instituciones, docentes, espectadores, coleccionistas, marchantes y demás figuras. El llamado es a dejar testimonio, a dejar huella de todo suceso simbólico que acontezca, a que se apropien de los medios y de la tecnología para declarar lo que también es.

Esto se desprende indefectiblemente de la necesidad de derrumbar el precepto de que a ´´la historia la escriben los que ganan´´; y teniendo en cuenta de que hoy día considérase ganadora a toda manifestación aceptada por el Museo.

Entonces, en son de democratizar lo que mañana será historia y que hoy tenemos aún en nuestras manos, abogamos por dos actos políticos que se complementan entre sí: uno, el reiterado llamado a dejar testimonio; el otro, una indagación directa al sistema institucional que recorta el presente en aras del mañana que le resulta más conveniente.