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D e r i v a
(Poética de una
Naturaleza caída)

Performance en vivo –
Objetos – Fotografias

acostadaniel.blogspot.com

Centro Cultural de la
Cooperación Floreal Gorini
Buenos Aires, Argentina
marzo 2011
Juan Pablo Pérez
Curador

www.centrocultural.coop
/blogs/ideasvisuales



Siempre hay un camino para transitar la tierra. Más allá de las fronteras y de los límites humanos.

De otra salida a las opciones meramente tecnológicas ofertadas. De poder realizar diálogos fructíferos entre el cosmos, el planeta, y una sociedad en estado de creatividad. Salir para volver a otro tiempo. A otra situación. Al paisaje vital que nos inspire a realizar una acción bella. Original. Con instrumentos precisos, con herramientas creacionales: el cuerpo. La mejor opción, si nos permite navegar, lanzarnos: porque sí, a realizar gestos, acciones para darle sentido, forma, a aquello que nos llama, misteriosamente a estar juntos, en la tierra. Como los sueños sacudidos, pero intactos en su poder de encendernos el espíritu poético, para cambiar y hallar la vida. La naturaleza. Otra sociedad. Otra relación creativa. Libre.


 


T(i)ERRA, TERRITORIO y TERRITORIALIDAD

La idea de reciprocidad aparece como estrategia en las prácticas artísticas que fueron urdiendo lazos vitales con la tierra y la naturaleza. Dicha relación permite pensar significativamente el territorio como un campo de acción e intervención, cuya gravidez situada en un espacio singular -tesis central de Rodolfo Kusch en Esbozo de una Antropología filosófica Americana (1978)- posibilita elaborar múltiples formas de pensamiento en el suelo de Nuestra América, ampliando de este modo la capacidad transformadora y nuevas subjetividades en la configuración de otras experiencias de territorialidad.

La muestra Deriva: Poética de una Naturaleza caída de Daniel Acosta plantea un itinerario vertiginoso y profundo en diálogo con la tierra, recorrido que va más allá de las fronteras y de los límites humanos. Sus acciones en el espacio público ponen en relieve la deshabituación del lenguaje del arte en localizaciones específicas que reúnen las condiciones necesarias para pensar al cuerpo como soporte en torno al carácter simbólico de los rituales urbanos.

Con un repertorio heterogéneo de obras y a través de performances, objetos,  soportes tradicionales y documentación fotográfica de las acciones en á mbitos locales e internacionales, Acosta establece una relación intrínseca con la naturaleza y con los elementos que nutren cuidadosamente su praxis artística: tierra, fuego, aire y agua en su estado puro.

Y al mismo tiempo, el entramado con los distintos materiales como hojas,  maíz, cereales, piedras, etc., es resignificado conceptualmente a partir de alteraciones e intervenciones que ofrecen críticamente una mirada cuestionadora a los maltratos y abusos impartidos en el ámbito social por los procesos de pauperización heredados del neoliberalismo. Tal es el caso de la acción-intervención Desarme de 2003 en la cual realizó una suerte de mandala con panes y harina sobre el piso de la calle Florida frente a la sede de la Sociedad Rural, donde convocaba a revertir el momento de crisis a partir de la consigna DESARME.

Las derivas de Daniel Acosta nos acercan a la experiencia de un viaje en  barcos de papel, plagado de fragilidades, un periplo poético de tránsitos fructíferos que anhela la recuperación ancestral de un cuerpo social que restituya la memoria activadora de la naturaleza.

Juan Pablo Pérez
Curador