El intercambiador de Cornellà Centre, donde paran la L-5 del metro, Renfe, el Trambaiz y los autobuses es un nuevo espacio artístico. En esta galería urbana, llena de elementos gráficos que sugieren la idea de ciaje y  transporte, los jóvenes podrán mostrar periódicamente sus propias obras. Se convierte, así, en un espacio alternativo al vandalismo que tiene el objetivo de ser foco de creación y exposición del nuevo arte urbano.

El proyecto, llamado Trajectes, ha contado con la participación de profesores y alumnos de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona y pretende otorgar identidad propia a la estación, a través de imágenes que hacen referencia a Cornellà, al Trambaix y a ciudades que cuentan con tranvía, como Dublín, París o Fráncfort.

La propuesta incide en la promoción del transporte público y en la creación de un espacio cívico, que no "vandálico", según señalço el alcalde de Cornellà, Antoni Balmón, en la inauguración. Por su parte, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, apuntó que el diseño de obras como ésta "no es para tapar vergüenzas" sino que debe "ayudar a comprender" la realidad metropolitana. Clos destacó "el ahorro" de espacio y "la resolución de cuatro problemas en un pequeño solar" que supone el intercambiador de Cornellà Centre.