artistas
LOS
CUERPOS... “PRESENTE CONTINUO”
EN SOCIEDAD
Alejandro Molina R.
Alejandra Villegas Ruiz.
Lic.
en Psicología
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Es
en la actualidad difícil hablar de las cosas
constituidas, de los puntos de partida, como también de los paradigmas
por mas ortodoxa que sea su epistemología y ni que decir (penosamente) que
también andan así la ética y la moral; en este mundo corredizo de las
sociedades de la información es muy difícil establecer aunque sea para uno,
nuevas filosofías con que darle un poco de discurso a la practica cotidiana;
con todo y esto, o tal vez solo sea una consecuencia natural,
se hace cada vez mas evidente que
ante el déficit o la proliferación desmedida de sentidos para la re-constitución de la realidad, el individuo recupera
para si la responsabilidad
que le otorga el poder de sus elecciones;
todas las mañanas incluso antes de abrir los ojos, incluso antes de
cerrarlos participamos del
torbellino de la sociedad, es
vertiginoso pensarlo, es infinita la cantidad de acuerdos que se actualizan
todos los días para que el mundo de las personas funcione, no es algo que
permanece, todo lo contrario, la sociedad se refiere al mas frágil de los
contratos, uno donde las partes deben consentir todos los días innumerables
pautas de acción para que el numeroso, complejo, torbellino de singularidades
funcione a la perfección aunque nunca lo haga; tal situación y de tan compleja
magnitud requiere igualmente estrategias que faciliten
la conciliación entre las necesidades de cada uno y las del colectivo,
la participación y el acuerdo en
ejecuciones colectivas; la
construcción del andamiaje colectivo hace necesario que cada uno tenga la
posibilidad de hacer desde la lectura de la realidad que le es propia, -y que
aunque lo crea, no comparta con los demás-, que lo que hace
lejos de ser una acción aislada (tal vez sin llegar a dimensionar desde
una perspectiva global) hace parte del proyecto de la existencia suya
y de la resonancia que esta tiene dentro del pequeño sistema de personas
que involucra; A esto, en otras palabras podría llamársele sentido de vida, y
tiene que ver con la necesidad que
tenemos de sentido
para todo aquello que se cruza con la sensibilidad, es un sentido de
coherencia, es un legajo bastante amplio, es
también aquello que nos invita a ver determinada cosa y nos oculta otra, es la
cultura que en palabras de Lacan se nos presenta como aquello con lo que no
sabemos que hacer; como quedo
expresado antes, la condición motil de la sociedad hace extrema la exigencia
del ejercicio del sentido, que para continuar al servicio
de quien lo formula, debe conseguir
ponerse siempre de parte de este en
formas y condiciones distintas, para que esto ciertamente suceda
es preferible que también este se haga motil, que no solo cambie, que se
enriquezca, y que los diferentes sentidos se hagan presentes hasta que se
encuentren, se hagan omnipresentes
y sean (tiempo) presente en el
encuentro con el otro, y que si
vemos determinada cosa, nuestro comensal de cuenta de la otra; que sea una cosa
valorada y compleja dentro de una lógica que tenga confines, hasta donde la
sensibilidad no puede ser ya
contada
en la descripción exhausta, hasta
que rime con el llanto, donde el callejón siempre tiene salida, la sonrisa: una
expresión nueva, el cuello: una rotación mas expresiva, las manos mas dramáticas,
los dedos mas curiosos y los pies mas inquietos, para todo esto hace falta una
alfabetización, una interlocución en el habla cotidiana sin palabras, que nos
permita sentires novedosos sobre las mismas superficies, que podamos
expresar con las mismas palabras pero con sentidos nuevos.
El “PRESENTE CONTINUO” de Alejandro
Masseilot y su Proyecto de Intercambio Cultural “Arte e Integración” vive
esta dimensión; para nuestro gusto, de una manera original encara y anima una
encomienda que la sociedad hace a
las personas comprometidas con la
función del arte y demás saberes; y no lo hace produciendo imágenes nuevas
que debamos habitar en la ficción
de la especulación de lo ajeno; llega a nosotros
a través de lo que parece
obvio y común, invitando a habitar el mundo físico, empírico, material, de lo
“real” que ha perdido su
sentido y ha dejado de ser una
posibilidad subjetiva para la construcción del ser en
ese mismo mundo, por una
propuesta de cuerpos en movimiento en el cual y a través del cual van
resignificando, propiciándose
encuentros mas profundos y genuinos. De
esta manera la propuesta hace
expresa su beligerancia contra
cualquier automatismo en la conducta pautada cuando esta no significa nada, cada
instante merece un compromiso una propiedad, una creación, y como tal una
ejecución que surja de la sensibilidad que acontezca en el momento (“PRESENTE
CONTINUO”) para hacer un contrato
aunque frágil, honesto, conjugado en primera persona
y profundamente transformador para la sociedad.
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