En la web de Suso33, uno de los seis artistas callejeros
que actúan, interpretan y mantienen vivo el estand de EL PAÍS
en Arco, al pinchar en su biografía lo que se obtiene es el siguiente
texto: "Bla; bla, bla, bla, bla....". Repetido hasta el final
de la página y sobre un archivo descargable en inglés que
informa, entre otras cosas, de que ya ha sido requerido por museos como
el Centro de Arte Reina Sofía, el ARTIUM Museo de Arte Contemporáneo
del País Vasco o el MNAC National Museum of Contemporary Art de
Bucarest (Rumania). El bla, bla, bla viene al caso porque ayer tocaba
llevar la guerrilla artística a otro museo, el Caixaforum de Madrid.
Y sin aerosoles, estarcidos, vinilos, pegati-nas o pinturas. Se trataba
de eso, de darle al bla, bla, bla, en un debate organizado por EL PAÍS
sobre el presente y el futuro de un arte, el urbano, que cada día
gana más adeptos incondicionales y artistas comprometidos para
quebradero de cabeza de muchos ayuntamientos de España.
Acudieron a la cita Spok, 3ttman y Sixeart. Este último, barcelonés
de 36 años, explicó que "nos hemos convertido en cifras
en lugar de seres humanos", para explicar la insistencia de los
números en su trabajo. 3ttman, de origen francés, recordó como
veía a sus compatriotas participar en protestas, para narrar su
inicio en el arte callejero. "Les escuchaba gritar 'mañana
huelga general!'. Me interesaba mucho la necesidad de la gente de bajar
a la calle cuando tiene algo que decir. Por eso he elegido el cemento
como tributo a esa gente ya la calle en mi contribución al estand
de EL PAÍS".
No todo el arte de las paredes se basa en el combate y la denuncia. Spok,
a sus 33 años, lo tiene claro y prefiere quedarse al margen. "Intentar
cambiar la sociedad me parece que no deja de ser una utopía absurda,
por lo que no quiero implicarme. Paso de los mensajes políticos.
Prefiero un escenario de humor absurdo". Era cuestión de
tiempo que saliera en la conversación la falta de reconocimiento
de este género artístico. "Iniciativas como las de
EL PAÍS nos muestran que realmente existe algo que hay que cuidar
y que cada vez más se le prestará la atención que
merece el arte urbano".
Por su parte Sixeart lanzó el mensaje más esperanzador
de la velada: "Esta vez va a cuajar de verdad. Esta vez es la buena,
estoy seguro". Mario Suárez, autor del libro Los nombres
esenciales del arte urbano y del grafiti españo/, fue invitado
como moderador y lanzó la pregunta de si es necesario que se dé entrada
al arte urbano en los museos para que finalmente sea totalmente aceptado.
A lo que Spojk respondió: "El límite de lo absurdo
es que se venda la propiedad intelectual de un muro. Le ponen un metacrilato
delante a una pintura de Banksy en Londres. Se van a Sotheby's y subastan
por 300.000 libras un papel en el que dice que la propiedad intelectual
de ese trozo de pared es de un señor. Y luego ese tipo va y te
dice: '¿Ves ese trozo de muro?, pues es mío'. ¿Es
Idiota o no es idiota?".
Precisamente después de la charla, a la que asistieron unas 200
personas en el auditorio del CaixaForum, se proyectó la película
Exit through the gift shop del hermano mayor del género, el coti-zadísimo
Banksy. El pintor de las paredes que se subastan.
ACCIÓN ARTÍSTICA EN DIRECTO. Neko, uno de, los seis artistas
urbanos invitados por EL PAÍS a participar en el estand del
diario en Arco, pintó ayer la palabra "crisis" en
uña de las paredes de la instalación de forma espontánea
y con un extintor. La acción, conocida y autorizada por EL PAÍS
de antemano, cogió por sorpresa a todos los presentes. Los guardias
de seguridad corrieron a pedirle explicaciones y algunos visitantes
le aplaudieron. /SAMUEL SÁNCHEZ