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> A Violência da História
Geraldo Orthof
Del 30 de enero al
1 de marzo de 2008
Comisarias:
Simone Osthoff
Marilia Panitz
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Geraldo Orthof en su intalación
del Centro de Arte Moderno de Madrid |
“Recorriendo cotidianamente las carreteras de
Brasilia, Orthof deshace con sabiduría nómade, la supuesta
rigidez de esa geometría urbana, producto de utopías
modernistas que, si no desencadenaran los nuevos procesos sociales
imaginados por sus creadores, tienden a mantener en su belleza la fuerza
visonaria innegable que las generó. Ese desarrollo cotidiano
no lineal, que el artista hace en la ciudad, desemboca en sus instalaciones. “Viajar
con equipaje”, en el sentido de la coherencia de una trayectoria
que Lygia Clark dio a la expresión. En
las instalaciones, objetos de diversos orígenes –algunos
encontrados, otros fabricados y cosidos artesanalmente y con simplicidad-
cuelgan de cuerdas que cruzan arriba y abajo todo el espacio de la
instalación. La constelación enmarañada de objetos
y formas, conocidos y a la vez extraños, bailan en el espacio
como si los Relevos Espaciales de Helio Oiticica se mezclasen a las
Droguinhas de Mira Schendel, o como si la Merzbau de Kurt Schwitters
incorporase las ropas y objetos de colores colgados en las cuerdas
improvisadas de alambre de puas de ciudadanos sin techo repartidos
por el paisaje de Brasilia. Orthof subvierte frecuentemente la escala
del espacio con el uso de objetos minusculos, miniaturas con el poder
de convertir la escala de la galería en una escala de grandeza
humana, como observo Bachelard en la Poética del Espacio, la
miniatura sabe almacenar grandeza. Ella es amplia a su manera.
Marilia Panitz
“…Lewis Caroll; Mallarmé; Bretón/Bataille;
Borges; Beckett/Duchamp; Calvino; Cortázar; Campos/Pignatari;
Auster/Calle; Cummings… una galeria… una biblioteca, una
lógica de narración basada en el azar del juego. La evidencia
de que la circunstancia del ser humano no se establece por elección,
pero es suscripta sintomáticamente. (quizás, a la manera
de Sherazade). Tratar de la poética (siempre en acto) propuesta por Gê Orthof,
señaliza una aventura en que el trayecto a ser recorrido podría
seguir el camino más obvio de la cronología –incluso
porque sus instalaciones se hacen también de partes que “migran” de
las anteriores. Pero el movimiento de los objetos por las diferentes
propuestas poéticas sugiere otro camino, que acompaña
el cambio y el mantenimiento del carácter de esos fragmentos/ideas
en cada posición (circunstancial) que ocupan en la obra del
artista. Así, siguiendo la provocación que sus instalaciones
nos hacen y una cierta estructura, tomada de la lectura de los grandes
maestros del juego poético, seguimos un mapa que se dibuja al
ser recorrido (y que permite retornos, reconsideraciones, desandar
el camino, parar y establecer una circulación que lleve, quizás,
al punto de partida- cuando 01 visto en el espejo, se convierte en
10, así como ya nos fue enseñado por Alicia, en su aventura
del otro lado del espejo). “
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