“Las Travesías del Carón” son una compilación
de hojas de mis cuadernos de artista junto a una serie de impresiones
digitales sobre lienzo en pequeño y medio formato, pertenecientes
a dos proyectos artísticos más amplios y vinculados:
uno versa sobre el descenso y recorrido por el mítico Hades
como metáfora de todo viaje individual al interior; el otro
trata del cruce de la Estigia por masas de difuntos, los condenados
a padecer eternamente el deseo carentes de esperanza.
Ambos asuntos han sido largamente tratados
por el arte y la literatura, obligado mencionar la “Eneida” o la misma “Divina
Comedia”; el famoso fresco de Miguel Ángel “La
Barca de Caronte” en “El Juicio Final” de la Capilla
Sixtina, “La Isla de los Muertos” de Böcklin …
Siguiendo esta tradición iconográfica y simbólica
trabajo con elementos clave del relato mítico: Las almas del “colectivo” de
muertos que aguardan una segunda vida redimidos por algún
héroe clásico o por el propio Cristo en su apócrifa
bajada al Infierno. El luctuoso río que separa el mundo de
la luz del reino de la sombras. El barquero y su peaje. El desembarco
de quienes lo han podido pagar fustigados por demonios, socorridos
por otras almas caritativas. La presencia atemporal de ruinas edilicias,
construyendo los ficticios paisajes del Hades como laberintos yermos
y polvorientos, cuajados de huecos, estancias vacías y escaleras
sin rumbo. El viajero, uno mismo, expedicionario solitario del funesto
sitio anotando en su diario cada jornada del trayecto.
Se trata, pues, de retazos de dicho diario
que también podría
llamar postales del subsuelo. Las ruinas son las de siempre; el viajero
también. Paradójicamente los muertos vienen ahora a
asaltar la orilla de los vivos: la travesía inversa porque
el Infierno está todo copado.