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Clemente Padín
Homenajes
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Evocando a Ray Johsnon en el décimo aniversario de su muerte
Hotel DaDA Argentina
revista  bilingüe deArte Correo y Poesía Visual
nº 4 Homage to Ray Johnson
Director: Silvio de Gracia
Julio de 2005

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Ray Johnson (Raymond Edward Johnson}, el genial creador del arte correo, nació en 1927 en Detroit, Michigan, USA y murió el 13 de enero de 1995, a los 67 años de edad, saltando a las aguas desde un puente en Sag Harbor, Long Island, New York, para no volver a aparecer. Desde hacía mucho tiempo venía fantaseando con la muerte. Ya en Diciembre de 1994, había anunciado la muerte de "Bunny", el "conejo", la figura emblemática que le acompañó casi toda su vida. También, en 1989, cuando apareció una estampilla triangular en donde se lee "Ray Johnson, 1927-1989" o en el obituario que publicó en el New York Times, el 5 de Abril de 1973, anunciando la muerte de su Escuela por Correspondencia {que más tarde reinauguraría con el nombre de "Budha University"). A tal punto planeó su muerte que las cifras coinciden con el demonizado número 13, con el que gustaba jugar, p.e., el número de su habitación en el hotel de Sag Habor, la 247; el día 13; su propia edad, 67 años; la hora del salto: las 7.15; etc. 

Hacia fines de los 40s. le encontramos estudiando en la famosa Black Mountain College, en Carolina del Norte, con Joseph Albers y Buckminster Fuller: allí conectó con la mayor parte de los protagonistas de su generación, desde John Cage a Andy Warhol, desde Willen DeKooning a Jasper Johns y con casi todas las grandes figuras del Fluxus Art, con quienes traba conocimiento a partir de su establecimiento en la ciudad de Nueva York, en 1948. Aunque comenzó a darse a conocer con sus pinturas abstractas (iniciado por Albers), su obra daría un vuelco fundamental bajo la influencia de artistas pop como Cy Twombly y Robert Rauschenberg. Junto a Jasper Johns, le indujeron en 1954 al collage, el cual realizó en un tono minimalista por lo que fue considerado, por muchos, el primer artista del Pop-Art, muchos antes que Warhol y otros. En sus collages se valía de imágenes de James Dean, Elvis Presley y otras figuras populares. La creación de sus "moticos", suerte de pequeños collages, imágenes en trozos de papel que parodian animalitos sacados de las historietas (algo así como un ser mutante entre el Ratón  Mickey y el Conejo Bunny) le permite interactuar con sus amigos de la Escuela y motivar sus reuniones y exposiciones a través de clubes de fans ficticios, etc. 

En 1965, Gracie Glueck, al informar sobre una de sus exhibiciones en el New York Times, le llamó "El artista desconocido más famoso de Nueva York". La etiqueta le acompañó por el resto de sus días y, a menudo, jugaba con ella al preguntar a sus amigos: "¿Quién es el artista segundo más famoso desconocido?" y "¿Quién fue el artista más famoso desconocido antes de usted"? 

También se le considera uno de los creadores del happening junto Alian Kaprow y Dick Higgins (que él llamó "nothings"). En realidad eran pequeñas y cortas acciones más afiliadas al "flujo normal de acontecimientos" del Fluxus Art que al disparadero de situaciones y significaciones que se agotan en sí mismas al terminar la obra. Me refiero al tipo de acciones como clavar un pomo de pintura labial marca Larry Poons en una tabla o como dejar caer mostaza en las hojas de una guía telefónica. 

Pese a esa gran variedad de géneros artísticos que cultivaba siempre se le recordará por su participación en la creación del Arte Correo, que compartirá con el movimiento Nuevo Realismo europeo (Yves Klein, Arman, Piero Manzoni, Daniel Spoerri, Francoís Dufrene y otros) y el Fluxus Art (Robert Watts, Richard C, Dick Higgins, Ken Friedman, etc.). En 1962 crea la New York Correspondence Art School (bautizada así por E. M. Plunkett) junto con su grupo de amigos con quienes había establecido un ritual de intercambio de obras, notas, recomendaciones, etc., por vía postal. Fue en esos años que crea el intercambio "Add and Pass", instrumento creativo que propone compartir la creación de la obra con el "otro", el lector-espectador, que daría lugar, en nuestros días, a la "interactividad" que propician las interfaces del arte digital. En 1965, la editorial de Dick Higgins, "Something Else Press", le publica el libro "The Paper Snake", mezcla de "moticos", collages, textos, comunicaciones personales, poemas, historias breves y otros con prólogo de su amigo William Wilson.

A comienzos de los 70s. realiza la que fue   "7 ' considerada la primera exposición de arte correo en el Museo de Arte Whitney de la New York Correspondance School, a cargo de Ray Johnson y Marcia Tucker. Sin duda, fue esta exposición, junto a otras más o menos cercanas en el tiempo, las que dieron origen al arte correo tal cual lo conocemos hoy, con sus típicas reglas tácitas: no jurado, no ventas, no selección y catálogo y con sus miles de artistas, consecuentes o sui géneris, que lo han practicado en sus más de 40 años de existencia. Se ha constatado que el Arte Correo es el movimiento artístico con el mayor caudal de participantes del mundo y de todos los tiempos (alrededor de 5.000 más o menos) y el que mas vigencia ha tenido en el tiempo. 

La clave de esta genial propuesta de Ray Johnson es el "canal" empleado en la difusión de las obras o, mejor dicho, en la transmisión de sus mensajes: los servicios postales. Este   soporte define su rasgo fundamental: la comunicación. Correo que, como todo soporte, suma sus instrumentos y sus características propias, añadiendo, en algunos casos, un plus de información al mensaje llegando, incluso, a alterar el mensaje con su "ruido", es decir, con las improntas y mecanismos propios del "medio" (cuños, estampas, códigos de barra, etc.). No se trató, tal cual pudiera creerse, de una nueva corriente artística en sentido formal, por lo cual no corresponde a un "ismo" determinado (los acepta todos como, también, autoriza cualquier forma de expresión). Su novedad reside en la relación persona-persona, dialógica, a través del correo, que se manifiesta como revolucionaria frente a la falsa comunicación de los medios masivos de comunicación incluyendo el sistema oficial del arte. Si a ello sumamos el carácter anticomercial y anticonsumista que tuvo desde sus comienzos veremos que estamos frente a un fenómeno artístico de disrupción que se sitúa por encima de la enajenación del que produce sin ver e! resultado final de su trabajo al permitir que el artista controle la totalidad de su proceso creativo: desde la primer idea hasta el consumo final de la obra a cargo del espectador. 

El espíritu del Arte Correo fue la apuesta por la comunicación y la interrelación entre las gentes. Sobre todo su afán por un lenguaje universal, objetivo de todas las utopías: la comunicación eterna y sin fronteras que tan bien supo expresar Robert Filliou, el "Eternal Network". Para ello hubo que cambiar al arte de la esfera del cambio o del mercado a la esfera del uso, es decir, sacarlo de las vitrinas y devolverlo a las gentes haciendo prevalecer su funcionalidad comunicativa y transformarlo en un instrumento de diálogo, en un producto de comunicación. Tal la revolución del Arte Correo y de Ray Johnson (aún a su pesar). Una construcción cultural y artística que apunta al corazón del sistema al obstruir lo que lo mantiene unido: el dinero. Y, también, a negar su estructura (el mercado) y su nefasta consecuencia (el consumismo y la dilapidación de los recursos de! planeta} y cambiarlo por una promesa de hermandad universal, el UNIver(s) de Guillermo Deisler, el sueño imposible que nos seguirá alimentando.  

Especial para Silvio de Gracia y su revista Hotel Dada, Mayo, 2005, Montevideo, Uruguay.