Esta
exposición difunde las propuestas experimentales realizadas
por un
grupo de artistas durante los años sesenta, a partir de una reflexión
sobre el lenguaje, como intento de superar los límites establecidos.
La poesía concreta brasileña fue el referente, un primer paso.
El aliento que empujó a romper con convencionalismos vino de Julio Campal,
el poeta uruguayo que conectó los núcleos experimentales españoles
con la vanguardia internacional. Campal inició el camino con Problemática-63 –formado,
entre otros, por Fernando Millán e Ignacio Gómez de Liaño-.
A su muerte el Grupo N.O. cogerá su testigo e impulsará nuevas
manifestaciones artísticas.
En esos mismos años -al margen de los circuitos oficialistas- buscando
recodos y vías de escape nace Zaj. Formado por Juan Hidalgo, Walter
Marchetti y Ramón Barce trabaja siguiendo la estela del performance,
bebiendo de la corriente Fluxus internacional. Otra iniciativa, la Cooperativa
de Producción Artística y Artesana, reivindicará la radicalización
del arte a través de “la experimentación y el ensayo”.
Además, aparte de proyectos colectivos, otros autores enfocan su trabajo
desde un prisma más personal. Es el caso de Francisco Pino que hace
del libro un objeto casi arquitectónico, o de un autor imprescindible
para entender la vanguardia poética, Joan Brossa.
Con propuestas más extremas trabaja José Luis Castillejo. En
sus libros la escritura se libera absolutamente del carácter representativo
del signo gráfico. Hacia 1970 se vislumbra una mayor proyección
de poetas españoles en publicaciones internacionales. Un papel destacado
representa Fernando Millán, como difusor de la nueva vanguardia, Felipe
Boso desde Alemania, José Miguel Ullán o el canario José Antonio
Sarmiento. Hay, en esta época, otros muchos autores que reflejan la
diversidad de senderos, estilos y matices alrededor de la poesía experimental,
entre ellos; López Gradolí, Eduardo Scala, José María
Iglesias, Elena Asins, José Antonio Cáceres, Rafael de Cózar,
José María Calleja, etc.
En Latinoamérica, el relato de la “nueva poesía” o
la “novísima poesía” –que es como allí denominan
a la poesía experimental- lo protagonizan los herederos del artista
alemán Mathias Goeritz desde Argentina, Uruguay y Chile: Edgardo Antonio
Vigo, Clemente Padín y Guillermo Deisler; y tres publicaciones marginales,
pero indispensables para conocer el trabajo de sus creadores: Diagonal Cero,
Los Huevos del Plata y OVUM 10.
Las palabras en libertad de Marinetti fueron el germen.
Otras herencias, influencias, vivencias uniones, desacuerdos, aciertos, locuras
y errores dejaron su huella.
Pese a lo marginal de la mayoría de sus propuestas, los “nuevos” poetas
pasearon por estas décadas convencidas de que sus ideas conducían
a un arte más libre.