volver  

Enrique Vila Matas
http://www.enriquevilamatas.com/

Un secreto de dioses
artículo de LEILA GUERRIERO
del 14 ENE 2012 en El País, Babelia

 

> Entrevista a Dominique Gonzalez-Foerster


 

"Si hay culto es porque hay un dios. Enrique Vila-Matas, Alan Pauls, Yuri Herrera, Rafael Gumucio, Jorge Herralde, Pilar Reyes, Elena Ramírez, Manuel Borrás... Autores y editores explican una categoría sagrada llena de matices, aristas y contradicciones.

Primero, las definiciones. Pero eso es un problema cuando se trata de una categoría esquiva, viciosamente escurridiza, llena de aristas, de matices, de contradicciones. Cuando se trata, como ahora, de encontrar respuesta a esta pregunta: ¿qué es un escritor de culto? ¿Alguien con gran prestigio y un grupo ínfimo de lectores; alguien que, más que lectores, tiene devotos; alguien que capturó los retorcijones más o menos angustiosos de toda una generación y supo cómo traducirlos en una obra; alguien que es producto de una estrategia editorial? ¿Todo eso, más que eso, nada de todo eso? La primera acepción de la palabra culto que da el diccionario María Moliner es esta: "Respeto, veneración y acatamiento tributados a Dios o a los dioses". Antes que nada, entonces, esto: si hay culto es porque hay un dios.(...) " leer artículo completo >

Bartleby y compañía
Enrique Vila-Matas
Anagrama
Colección Narrativas hispánicas
Barcelona, España. 2000

"Señor Rulfo, ¿por qué lleva tantos años sin escribir nada? Es que se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias. Este libro habla de los que dejan de escribir (Rulfo, Rimbaud, Salinger...) e indaga en los motivos de cada uno para preferir no hacerlo. Todos conocemos a los bartlebys, son esos seres en los que habita una profunda negación del mundo. Toman su nombre del escribiente Bartleby, ese oficinista de un relato de Herman Melville que, cuando se le encargaba un trabajo o se le pedía que contara algo sobre su vida, respondía siempre, indefectiblemente diciendo: Preferiría no hacerlo. En "Bartleby y compañía" se habla del mal endémico de las letras contemporáneas, de la pulsión negativa o atracción por la nada. El narrador del libro, que está escribiendo un diario que al mismo tiempo es un cuaderno de notas a pie de página que comentan un texto invisible, demuestra su amplia solvencia como rastreador de bartlebys al pasear por el Laberinto del No, por los caminos de la que considera la más perturbadora y atractiva tendencia de las literaturas contemporáneas, tendencia en la que ve el único camino que queda abierto a la auténtica creación literaria, pues para él sólo de la pulsión negativa, del rechazo, sólo del Laberinto lúcido del No puede surgir la escritura por venir."