Arte Acción Plaza
Primer Encuentro Internacional de Arte Urbano.

Tema único: "CELEBRACIÓN"

Artistas expresándose en: Arte Acción, Intervenciones Urbanas, Pérformance, Instalaciones, Poesía Visual, Poesía Literaria, Poesía Sonora, Arte Correo, video-arte, Música y Textos.

Este encuentro se extenderá en una red de plazas de diversos países simultáneamente el día 20 de Mayo de 2006.
En Niteroy, Rio de Janeiro, Brasil; en Alicante, España; en Mar del plata y Junín en Argentina y Santiago, Chile.

Coordinación: Zulema EleoAlejandro Masseilot.


arte acción plaza
plaza acción arte

Alberto Caballero, analista
Barcelona, mayo 2006

  el lugar la operación el objeto 

     

Plaza/ sitio: lugar, a diferencia de no.lugar. Si intentamos definir al sujeto, este se trata de un significante para otro significante, por lo tanto y desde aquí que el significante no puede ocupar totalmente ese lugar, ya que siempre remite a una/otra cadena, a otro significante. Es este significante que va a producir un efecto sobre (cualquier) otro, un efecto que esta mediatizado por una función y que deja un objeto, ya que función y objeto nunca coinciden. 

El arte desde ‘el principio de los tiempos’ siempre ha trabajado con esta cupla función/objeto. ‘El arte cumple una función….X’ : una función simbólica, una función social, una función …más allá del sujeto y del lugar, del lugar que este ocupa para el Otro. Este Otro también puede variar: el Otro como institución social, estado, el Otro como religión, iglesia, congregación, el Otro como academia, lugar del saber, etc. El objeto y ,está demás decir, la función no coinciden con el lugar, o sea una cuestion es el lugar que ocupa el objeto en la estructura, o el lugar que ocupa la función en la esctructura y otra la relación objeto/función con el lugar. 

La función va a ocupar el lugar de la hiancia entre un significante y otro, entre el Uno y el Otro, entre una institución y otra: una plaza, un lugar. Plaza, en castellano, también es una ubicación, un asiento en un teatro, la plaza que ocupa el actor, la plaza que ocupa el espectador. Entre Uno y el Otro, entre una institución y otra, está el lugar del objeto, algo se abre por que algo se cierra, entre el abrir y el cerrar: el objeto. 

La plaza será de aquí en más un lugar abierto y a la vez cerrado, pertenece a las instituciones pero también al ciudadano, es un lugar de encuentro entre lo público y lo privado, el lugar de las manifestaciónes institucionales (conmemoraciones oficiales, fiestas religiosas, etc) pero también de las manifestaciones ciudadanas (huelgas, gremios, sindicatos, vecinos, agrupaciones, etc), y también expresión de lo privado (paseos familiares, paseos de parejas, fotografias conmemorativas de acontecimientos particulares, etc). 

La plaza ha sido el lugar del arte público, frente a la galeria y al museo el lugar del arte privado, de las colecciones, de los artistas de caballete. La plaza era el lugar de los arcos conmemorativos, de las glorietas de música, de los teatrillos de títeres, de los teatros ambulantes, más adelante del cine en la plaza, de las ferias, de las fiestas.  Era el lugar de la escultura oficial y de la escultura conmemorativa, San Martín, Bolivar, Artigas,  incluso de otro artista (Velazquez, Goya, Cervantes, etc), el lugar de las fuentes, el arte de la jardinería: el arte del lugar. 

 

El lugar en tanto vacio de lo urbano se denomina plaza, la plaza es el arte de representar el vacio. ¿De qué vacio se trata este vacio que representa la plaza? Es el lugar vacio del Otro (el estado, las insituciones, etc), es el lugar vacio de lo social (lo social en tanto síntoma), incluso es el lugar vacio de objeto, el objeto no ocupa todo el vacio, pero también el lugar vacio de función, la función en tanto simbólica no ocupa todo el lugar vacio, o sea hay un vacio en tanto no hay algo que lo pueda cubrir, se trata de garantizar este vacio, para que algo se produzca en su intención de cubrirlo, o en su intención de mostrarlo como tal. El objeto al fin de cuentas sólo nos muestra que aunque lo intente no lo logra, es un logro en tanto incompleto. 

El objeto necesita ese lugar vacio para ser visto, para ser oido…el dejarse ver del objeto es en tanto lo presede un vacio, es en relación al vacio. La plaza ante la catedral, el espacio vacio delante del monumento, la plaza delante del arco de triunfo, incluso la plaza de la bandera, lo simbólico es presedido por el vacio. Aquí está la cuestion: ¿Qué es primero el vacio o lo simbólico? O, el vacio permite lo simbólico, hay una falta en el Otro que está representada por lo simbólico, o es lo simbólico que permite el vacio del Otro. Es la plaza que permite el monumento, o es el monumento que hace a la plaza, o es la plaza misma que simboliza el vacio, que permite las multiples representación de lo simbólico. 

 

Es en este vacio donde se produce el encuentro, entre lo imaginario (las imágenes en tanto representaciones de determinados acontecimientos, conmemoraciones, etc) y lo simbolico (los acontecimientos, los hechos históricos, en si mismos.). Lo real, aquí en tanto vacio a representar, en tanto imposible a representar, permite tanto las representaciones simbólicas como las imaginarias, o que es mejor, la intersección entre ambas: la celebracicón. Se celebra la fecha, el acontecimiento, y se produce una conmemoración de dicho acontecimiento, es del orden del retorno, por un lado, y de una repetición…que recuede por otro. Es el lugar de la batalla, del grito de libertad, de promover una constitución, es el lugar de la memoria: con.memorar.

Que la memoria permita la repetición simbólica del hecho implica que por un lado se trata de una regresión, a un tiempo anterior y por otro un retorno de lo reprimido. Para repetir simbólicamente un hecho necesitamos una regresión que nos remita a ese tiempo y a ese espacio –La Bastilla, París, la Revolución Francesa, 1789- pero dicha regresión implica un retorno de aquello reprimido –que constituye el hecho pero que por otro lado lo oculta, oculta el horror que ello provoca. Con esto nos encontramos con tres operaciones: la repetición, la regresión y por lo tanto el retorno de lo reprimido.

Por consiguiente, se trata de un goce, de un goce del retorno de lo reprimido, la conmemoración, de alguna manera, intentará barrar dicho goce (inconmensurable, insoportable, etc.) cada vez, de manera simbólica, repetir dicho barramiento, para dejar al goce en su dimensión simbólica, conmemorativa, y no meramente rememorativa. No se trata de una repetición vacia se trata de una repetición  -conmemoración- que tiene por un lado un valor simbólico y que por otro produce un objeto.  

Accion/ a diferencia de Acto 

Dicha celebración –conmemoración- significa por lo tanto un acto, tiene el valor de acto, representa para el Otro un corte (una fecha, un tiempo, un lugar, un llamado, etc) y por otro se extrae un objeto. El acto barra al Otro, que a su vez se constituye en función de dicho corte, un estado, una nación, una comunidad, un grupo, una escuela, etc., acto que deja unas huellas, unos rasgos que lo determinarán como tal. Lo que se denomina rasgos de identidad, que los identifica y les dan cohesión, ya no se trata de Otro en tanto otredad, sino otro en tanto rasgos comunes, incluso otro en tanto lugar, los lugares comunes. Un ejemplo es el colonialismo, las colonias han identificado durante siglos a los paises centrales, o colonialistas, todavía Gran Bretaña y Francia, como ejemplo, guardan dichos rasgos coloniales, no solo como significantes, como paisaje humano, como paisaje aríistico, como herencias de aquellos lugares que fueron comunes. Las coproducciones en el cine tienen que ver con esto, la cantidad de películas que reunen a directores, productores, actores, incluso a lugares físicos, a festivales, a conmemoraciones de hechos históricos, guardan restos de dichas identificaciones comunes.     

   

Dichos rasgos muchas veces son heridas en/al  el Otro, que se mantienen vivas o se intentan cerrar, por lo tanto dejan marcas, cerrar estas heridas es un proceso por consiguiente doloroso y dificultoso, que no cierran totalmente y simpre dejan restos. En otros casos puede ser una hiancia entre uno y otro, un buen ejemplo son los paises que surgen de la descolonización, los llamados gritos de libertad con las consiguientes cartas de independencia, han dejado por un lado un saldo simbólico pero por otro restos de identificación y de dependencia con los paises colonizadores, cada vez que se conmemoren estos hechos siempre habrá por un lado un acto simbólico y por otro un goce de la unidad perdida, nuevos lazos, nuevos tratados, nuevos contratos, etc.

Con esta pequeña introducción podemos definir el acto como una operación entre lo real y lo simbólico mediada por lo imaginario: simbolos identificatorios (banderas, fechas, bailes, música, representaciones alegóricas, etc).
 

S1              S2  
 
Acto

 

  S1    S1   S1   S1   S1 

acción   

Pero, una acción no es un acto. ¿Qué es una acción? Es una operación entre lo real y lo imaginario, mediada por lo simbólico. Si el acto es el corte mismo entre un significante y el otro, la hiancia que se abre entre ambos significantes, por lo tanto lo que permite la serie, lo que impide que S2  el significante segundo no pueda volver a ser S1, se abrió una hiancia irrevocable entre ellos, S2 es un S1 pero bajo el efecto de esta hiancia,  es efecto de este salto, esto es el efecto de la metáfora. En la acción no se produce este efecto, el salto queda suspendido, no hay efecto de corte, en vez de abrirse la hiancia se suspende, en vez de producirse el retorno de aquello que denominamos reprimido (en tanto traumático) se produce el retorno de los significantes ordinarios, se trata de una sucesión de S1, de significantes pulsionales. De allí que la acción no es efecto de metáfora es efecto de metonímia, de allí su carácter efímero, de no-representación y muchas veces de su dificultad frente a lo simbólico.

La acción no va a hacer un llamado a lo real desde lo simbólico, para recordar el hecho (en tanto traumático) y poder así simbólizarlo, la acción va a hacer un llamado a lo imaginario desde lo real, para presentificar el hecho (en tanto impulsión), no se trata de una repetición, se trata de una regresión para dejar nuevas marcar, nuevas huellas, nuevas huellas que no terminan de inscribirse, es un real rayado que no se ha simbílizado. En el caso de un acto histórico las huellas mnemicas se han simbólizado, han dejado un lugar, un cabildo, un símbolo, una bandera, un manifiesto, una declaración de la independencia. El manifiesto intentará ser esa operación de simbolización desde los accionistas vieneses hasta ahora. El acto tendrá a la significación como operación simbólica, y la acción tendrá a la simbolización como su posibilidad de simbolización, el fallo es de simbolización. Lo que recuerda la acción, lo que conmemora, es una operación de simbolización.  Un ejemplo claro es que las dictaduras latinoamericanas han dejado huellas muy profunda tanto a nivel individual como a nivel social, pero no se han producido las operaciones de simbolización, justamente las acciones de los artistas, de los familiares de los desaparecidos, hacen un llamado a la posibilidad de simbolizar, a simbolizar lo perdido pero que no lo está, ya que no ha tenido el acto simbólico de enterrar.

Enterrar, no quiere decir enterrar al otro, se trata de enterrar un cadaver, los restos imaginarios del otro, pero hay actos que preceden este enterramiento, hay una tumba, incluso una inscripción, incluso una participación a familiares y amigos, incluso una esquela en los periódicos, a veces un monumento, y algunas veces cementerios símbolos representativos de este proceso. Se trata de un acto que representa al otro en tanto muerto y en tanto ha vivido entre tales y cuales años, cada año se celebrará el nacimiento o el enterramiento, se resignificará el paso por este mundo. Si además ha sido un personaje social, político, religioso, artístico, que ha dejado huellas fundamentales para la sociedad que le ha tocado vivir, estos actos serán de diferente embergadura, local, nacional, universal. Pero la acción se va a remitir a otro que está muerto pero que no está muerto, que no está enterrado con todas las consecuencias simbólicas que corresponden, la acción será un llamado a una simbolización suspendida, postergada, norealizada. . 

El objeto para el arte /el arte de la acción. 

En el objeto de la ciencia coincide lo simbolico y lo real, la ciencia anulas las diferencias, lo simbólico –todo- tiene que eliminar las diferencias, que obturar lo real que quede fuera de lo simbólico: la ley de la gravedad, las leyes de constitución del espacio, las leyes de la fuerza, etc. Lo real en tanto imposible de definir, deberá estar todo bajo las definiciones de lo simbólico, abarcado por lo simbólico. Lo imaginario no tiene cabida en la ciencia. 

En el arte es fundamental lo imaginario, que hace que no coincida lo simbolico y lo real, que no se cierre, por lo tanto hay un resto que es el objeto, con ello trabaja el artista, con ese objeto resto, de allí el objeto tendra tres caras, la cara real, la cara imaginaria y la cara simbólica. Y, es también este objeto que el artista va a realizar/virtualizar o simbólizar.

   

Es en la primera operación realizar que el artista va a producir matéricamente sus imágenes, en monumentos, fuentes, esculturas, glorietas, kioskos, etc, la plaza será el lugar de las realizaciones de los artistas, el llamado arte público. El monumento será la realización imaginaria de un acto simbólico: una fecha histórica, un acontecimiento local, o el recuerdo a un héroe o artista nacional, etc.

Es en un segundo momento donde va a intentar virtualizar esos acontecimientos: luces, pantallas, proyecciones, documentales, videos, festivales, etc. Lo simbólico estará procesado por lo imaginario, virtualizado, mediado por lo real. Hemos pasado del Arco de Triunfo al de La Defense, el arco de cristal reflejará el acontecer cotidiano de la ciudad, es un eje que une a los dos tipos de arco, mediado por lo simbólico, de lo real a lo imaginario, de la realización a la virtualización. 

En un tercer momento, las intervenciones urbanas intentan simbólizar, lo real que no ha sido significado, es mediante lo imaginario, un circuito de plazas, un circuito de acciones, algo de ese lo real es simbólizado. De una plaza a otra, de una acción a otra, de una imagen a otra, algo de lo real imposible de ser representado, imposible de ser significado, se pone en acción. La plaza ha dejado de ser el lugar de encuentro de la comunidad, el lugar de sus acontecimientos en tanto ciudadanía, los hechos se realizan fuerea, en extremo oriente, o en un sitio internet. La plaza ha dejado de ser el lugar de encuentro de lo particular, del encuentro de las parejas, de los conciertos domingueros, de las fotografias familiares, el lugar de descanso de los visitantes fortuitos. 

La acción va a ocupar ese lugar vacio de significación para darle un nuevo valor,  el lugar de las acciones: de la participación ciudadana, de las manifestaciones de barrio, de las acciones sindicales, de las asociaciones de afectados, de los artistas en su relación con la sociedad que le toca vivir. De aquí la idea de que el arte ha salido a la calle, ha dejado su lugar de oscuro objeto en los museos, en las galerias de arte, en las exposiciones internacionales y ocupa el lugar vacio de lo social, el lugar del sintoma. El arte toma el síntoma como su objeto, pone al síntoma en funcionamiento, hace función con marcas, huellas, objetos de deshecho, con objetos de uso publico (como papeleras, señales de transito, etc), se manifiesta.   

   

La manifestación será la operación de la acción entre el arte y la sociedad, los grupos sociales se manifiestan, las asociaciones se manifiestan, los artistas se manifiestas a traavés de sus acciones, de allí el arte se ha convertido en perfomático. Lo perfomático implica la acción misma del significante sin una nueva escritura, un S1 no llega a producir un S2, es solo un significante ordinario, es un efecto de la acción y no de una nueva significación. El artista no intenta dar un nuevo significado a lo rememorado, sino señalar que no se ha producido nada nuevo, que no ha habido cambios, es un llamado a re-memorar. Por lo tanto no será una nueva bandera, una nueva constitución, un nuevo monumento, sino el efecto perfomático sobre el espectador/participante, en tanto efímero, no deja resto, no deja objeto, de allí lo podemos calificar de no-objetal. La acción es efímera en tanto su inscripción temporal, pero es transitoria en tanto su amarre espacial, ahora aquí ahora allí, ya no se trata del corte como la violencia en acto, sino de una violencia suspendida, de una violencia postergada. 

recomiendo:

La ciudad vórtice.
Lo local, lugar fuerte de la memoria en tiempos de errancia

José A. González Alcantud
Anthropos, 2005
 

Una historia de violencia
David Cronemberg
EEUU 2005
 

Los no lugares/ Una antropología de la sobremodernidad
Marc Augé
Gedisa 2004