Primer
momento: Luego de cinco lustros en lo
que los artistas utilizaron la performance para
presentar sus acciones
fuera del espacio de los museos, fuera de las instituciones para
rebelarse ante ellas, para mostrar sus trabajos, sus experiencias
a la calle, es en este momento que el espectador entra en contacto
directo con la obra perfomática del artista, de cuerpo a
cuerpo. Ni el taller, ni el obrador, ni la academia, ni la sala
de exposiciones harían de intermediario entre artista y
su público. El público ahora es el público
del artista, no el público que va a los museos o centros
de arte, es por eso que el performer hará participar al
público en su obra. Obra que no deja resto, obra que no
se compra ni se vende. Obra sin objeto, sólo es tal, bajo
la mirada del público el mismo que forma parte de la acción,
de allí que se transforma en un público que mira
y es mirado.
Segundo
momento: Frente a esa acción efímera que
no deja resto que no tiene producto, que es un mero cuerpo a
cuerpo entre el performer y su público, de pronto surge,
tanto del lado de los propios artistas como de la demanda de
algunas instituciones, la necesidad del registro, de un cambio
de registro, pasar de lo real-imaginario a lo imaginario-simbólico.
De registrar la acción. A diferencia de la imagen cuyo
objetivo es ser capturada, la acción por su naturaleza
es imposible de fijar. Si el movimiento es lo que se produce
entre un significante-imagen a otro significante-imagen entre
lo simbólico y lo imaginario, la acción como algo
de lo real no se puede representar, no se puede capturar es por
ello que el artista tiene que poner su propio cuerpo para mostrar
su imposible representación.
Cuando hablamos de registrar la performance
intentamos usar los mismos medios que se usaban con la imagen,
la fotografía,
el video, el cine, etc.…Intentando capturar eso irrepresentable
pero también irrealizable, de allí que serán
realizaciones perfomáticas no acabadas, fragmentadas,
inconclusas. Hemos podido observar este mecanismo en artistas
de la pintura, la escultura, la fotografía, la literatura,
la música, el cine, etc.
Tercer
momento: La performance al museo,
los artistas de la performance son invitados a participar de
las exposiciones que
se muestran en las instituciones, como acto de inauguración
como un acto interactivo con la obra expuesta, formando parte
de una instalación multidisciplinar, mostrando sus registros
(fotografía, video, etc.) ¿Es un regreso de la
performance a los museos? ¿La performance acepta participar
en los museos junto a las artes plásticas? ¿El
registro perfomático entra oficialmente en las instituciones? ¿El
artista de la performance pacta nuevamente con las instituciones? ¿Qué pretende
la institución con esto? Vender el registro perfomático
como un registro más (un video, una película, un
libro de artista) pretende recuperar al espectador que ya no
participa de los museos. Aquí surge “la moda” de
el espectador interactivo, participativo, coproductor de la obra
conjuntamente con los artistas.
O, se pretende un nuevo productor: el espectador
mismo. Así como
la performance saca la obra a la calle hace coparticipe al espectador,
es con este llamado que las instituciones establecen que el nuevo
artista es el espectador, al igual que lo vemos que en la televisión,
en los videojuegos, en los videos caseros. No nos engañemos
la performance no se produjo en el Museo y no se instalará en
el museo, sencillamente porque es imposible de instalar, la acción
es imposible, es a.objetal, se trata de los preámbulos
a un nuevo momento del arte: el arte interactivo, intervencionista,
el arte de la instalación.
Si por un lado, se convoca a funcionarios,
empresarios, ejecutivos para que sean creativos, la creación que viene del campo
del arte es demandada por los gobiernos, las empresas, las multinacionales,
las ONGs, etc. Por otro lado, la producción que viene
de la empresa ha pasado al campo del arte, y el usuario, el público,
el espectador serán los nuevos productores. Ahora se denominarán
centros de producción, áreas de intercambio, entre
el museo y el usuario, espacios interactivos, espacios lúdicos
artísticos, entre otros.
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