Este curso 2012-2013 ha sido
prolífero en exposiciones, retrospectivas, instalaciones,
dedicadas al arte de la performance, y en particular a la mujer
que ha dedicado su obra a la performance: Esther Ferrer, Regina
José Galindo, Rebecca Horn, Marina Abramovic, Ana Mendieta,
Gina Pane, Martha Rosler, Yoko Ono, entre otros muchos eventos.
En su momento nos hemos dedicado al ‘fenómeno’ Marina
Abramovic: MOMA de New York, PAC de Milán, Opera MA con
Robert Wilson, video ‘The Artist is Present’. ¿Qué se
demuestra con esto? ¿La aceptación de la performance
en el campo expositivo? ¿La aceptación de la performance
en el mercado del arte? Está por verse si la compra de obra
de Lygia Clark demuestra esto, o sencillamente es una operación
de mercado. Aquí surge una pregunta más importante. ¿Cuál
es la otra? La performance, los objetos, los registros, los restos.
YOKO ONO
dejar huella
http://www.geifco.org/actionart/actionart01/secciones/02-presentacion/artistas/perfoeinstalacion/antecesoras/yokoOno.htm
2012-2014 retrospectiva de Yoko Ono en gira
por Europa: Stockholm (Suecia), Frankfurt (Alemania), Luisiana
(Dinamarca) Bilbao (España)
No es meramente un acontecimiento, no es meramente una sorpresa,
dentro del circuito museístico europeo. ¿Entonces
es una estrategia de mercado? No exclusivamente. ¿Entonces
la creación de una marca? Puede que sí, puede que
no. Se trata de la producción de un nombre propio, de
un nombre en el campo del arte, algo de esto seguramente, pero
esto hay que demostrarlo. Esto se puede hacer de muchas maneras,
para cada mujer de manera singular. A través de la obra
del otro, formando parte del nombre del otro es el caso de GALADALI
(link articulo), a través de su propia obra, de las marcas
que deja su obra en el campo del arte es el caso de LouiseBourgois
(El arco de la histérica en la Biennale di Venezia del
1995; La Araña, entre otras la instalada en el Museo Googenheim
en Bilbao), la obra de LB deja marcas por los lugares donde pasa,
se la reconoce como tal, la nombran(link al blog). No se trata
de ninguno de estos casos, ni nombrada por el Otro ni nombrada
por el otro.
Podríamos pensar en el caso de ‘las mujeres de Picasso:
Eva Gouel | Olga Koklova | Marie- Thérèse Walter
| Dora Maar | Françoise Gilot | GenevieveLaporte | Jacqueline
Rocque | se desdibujan más allá de la obra misma,
con alguna excepción. Podríamos hacerlo similar
a la relación Lennon/Ono, podríamos congelarlo
allí, la viuda de Lennon, pero no sería justo,
la biografía lo demuestra, hay algo más acá y
más allá de esto.
Más acá, anterior
a su relación íntima/social con Lennon, sus pequeñas
instalaciones, participación en galerías y colectivas
con Fluxus, algunas perfomances individuales y en eventos, y
sobre todo cantando con grupos de música de la época,
y como tal la conoce John Lennon y se casa con ella. Más
allá, luego de un período muy prolongado de duelo íntimo/social,
reemprende su camino en solitario, y de la misma manera en múltiples
direcciones. Aquí ya podemos extraer una variable importante
a tener en cuenta, es una y es múltiple, y hacemos un
giro, no es que se la reconoce en las múltiples obras,
sino que en las múltiples obras hay algo de la marca Yoko
Ono que se reconoce en cada una.
Esto queda patente en esta retrospectiva
que muestra más o menos 200 obras: instalaciones de gran
tamaño, pequeñas esculturas, pequeñas instalaciones,
fotografías/videos de performances, objetos/restos, series
de dibujos, música, productos de su relación con
Lennon, fotografías, carteles, caratulas de discos, etc.
Pero sobre todo ella: Yoko Ono. Podríamos plantear la
hipótesis que en una obra de arte, para que lo sea, el
artista, el autor, debe estar ausente, seguramente si vemos muchas
de las obras de Renoir, para dar un ejemplo, no estamos seguros
que es de Renoir, y es una obra de arte, ya que es la obra que
da nombre al artista. Aquí no es así, en todo el
recorrido de las obras, Yoko Ono esta presenta, ha dejado su
marca, lo que une, lo que da sentido ala obra, como totalidad,
es el nombre Yoko Ono.
El cuerpo/ la performance
Antes: El cuerpo en tanto imagen, siempre
el mismo, negro; las performances, el mínimo, vestido negro, cortar, des.trozar,
vendar, sacar vendas… Después aunque no varíe
la imagen, vestida de negro, varia el contexto, con músicos,
en una instalación resto, en una imagen múltiple,
con espejos.
Hay un antes y un después, el antes algo de lo ritual,
el después se mueve en espacios diferentes, siempre con
la marca de origen. Antes en el cuerpo, después con el
cuerpo.
Instalaciones
El salto a la instalación y al espacio,
está ahí, es una intérprete musical y se
mueve como pez en el agua. La instalación es a fragmentos,
fragmentos de objetos que no dicen nada, ni narran algo, se unifican
por el blanco, espacio/objetos/instalación se hacen uno
por el blanco. Ella siempre viste de negro. Luego será la
transparencia, la luz, las piedras blancas de un jardín
japonés, la muerte.
La muerte, una de las esculturas instaladas en la retrospectiva
de Frankfurt, que casi pasa desapercibida dentro de tanto material
expuesto, es una escultura en mármol blanco, que representa
una mujer acostada, semejante a un féretro, desnuda, la
particularidad, que el cuerpo está fragmentado, en cabeza,
brazos, tronco superior, tronco interior, piernas.
Marcar/ árbol/objeto/instalación/
féretro /nombre
El árbol al ser marcado se transforma en objeto, como
el cuerpo al recibir la marca del Otro es objeto para el obro
(es mi hijo, es mi perro, es mi coche, es mi empresa) y como
tal lo ordeno, lo instalo, lo transformo; es uno, es bosque,
es papel, es madera, es féretro: es cartel. El nombre
es el agüero de la imagen, ya no es todo imaginario, lo
simbólico del nombre hace agujero en lo imaginario: lo
nombra. Yoko Ono da nombre a la instalación. Todo lo contrario,
cada vez que vemos una imagen de Marilyn Monroe, no es necesario
nombrarla, ya sabemos que es Marilyn Monroe, el nombre está en
tanto ausente: MM. Aquí es necesario el nombre para identificar
la imagen
El juego de instalar, instalar el juego
La
unidad del objeto, la pieza de ajedrez, el tablero, el soporte
del juego, la mesa de juego, instalar el juego, la mesa y las
sillas, el espacio, diverso, interior y como instalación
urbana, jugar en el escenario, jugar como performance. Jaque
mate, la muerte tiene sus reglas, y se juega hasta la muerte.
Y todo esto en silencio, los objetos, los soportes, los jugadores,
en silencio, ‘no hacen mucho ruido’. Adelantamos,
ni la artista, ni la obra, ni las retrospectivas ‘hacen
mucho ruido’, no marca un antes ni un después, como
lo ha sido la obra de LouiseBourgois, ha sido un antes y un después
de la escultura y de la mujer en el arte, pero está ahí,
es una manera singular de hacer con el objeto y con el resto.
Es una manera de hacer con el nombre: con un nombre que ya estaba,
John Lennon no se casa con una cualquiera, aquí si hay
un antes y un después en la carrera en su carrera, pero
sería cuestión de otro trabajo, con un nombre que
da identificación a sus objetos, que es una identificación
que hace conjunto. Lacan dice el nombre da unidad a la imagen,
aquí bien aplicado, una imagen fragmentada, fragmentada
por esta marca que es la muerte, que ha estado y vendrá en
cualquier momento.
Del objeto/imagen a la escritura/imagen:
hacer signo
El pliegue de los glúteos,
le sirve a YO para mostrar la diferencia, entre uno y el otro,
como objetos que muestran la diferencia, pero aún más
extrae de esto un signo, un sello, una letra, que firma Yoko
Ono. Es el paso de la imagen, de la representación por
la imagen, a la escritura y a la letra. Los pliegues dejan marcas
en el cuerpo, y esto le sirve para extraer un signo/letra como
escritura. El nivel de abstracción es cada vez mayor,
de la acción performática: hacer ver el culo al
registro de esta acción por la imagen fotográfica,
para al fin a través de la escritura extraer un signo
que le sirve como letra de cambio para su firma: Yoko Ono. Con
este ejemplo damos entrada al último pack, sobre la escritura
y la letra.
Escrituras/ del ideograma / de
la letra/ del objeto a la letra
Recordemos, sin desarrollar demasiado, que el ideograma, en este
caso el japonés, es un signo que contiene la imagen y
el mensaje, las culturas del ideograma (desde el jeroglífico
hasta ahora) no han podido extraer la letra y el alfabeto. La
imagen no está separada del mensaje, la letra no significa
nada, es mera materia fónica o gráfica, si está hablada
o escrita. Fundamentalmente la letra surge de la necesidad de
la escritura y de construcción de un alfabeto, que responda
o no a la fonética. Aquí no se trata de una división
subjetiva entre dos lenguas, como el caso de un escritor que
escribe en otro idioma que no es el suyo de origen, aquí se
trata del salto entre una escritura al ideograma a una escritura
a la letra. Esto ha marcado radicalmente a Yoko Ono, no solo
en su cuerpo, en su imagen (siempre viste de negro), en sus movimientos
y en sus gestos (para la performance), la relación con
la transparencia, el vacío y el silencio, propios de la
cultura japonesa y readquiridos en EEUU a través del movimiento
producido por John Cage, y otros, al cual estaba adherido Yoko
Ono.
Se trata de una escritura visual,
de una imagen dibujada y escrita al mismo tiempo, ya que se escribe
con pincel y tinta negra, como el color de su vestuario, como
el color de sus performances, donde el blanco hace de tachadura,
de rasgadura, de desgarramiento, etc. De allí que es una
performance a la no-acción, es una performance a la escritura,
se escribe sobre el cuerpo, se escribe con el cuerpo.
Por esto cuando escribe, como performance, lo hace con ideogramas
japoneses, en grandes dimensiones, el ideograma adquiere valor
de imagen, de una imagen en movimiento, y es la artista la que
produce la acción de escribir la imagen. La imagen de
la artista, en negro, forma parte, en movimiento, de la escritura,
también es escrita por el movimiento.
En otro momento, como su emigración y consolidación
en New York, la letra se transforma en objeto, en libretas, en
documentos, en instrumento, que le permite ir procesando todo
lo que hace, que le permite evitar la dispersión y por
consiguiente el desgaste de la pulsión, de la imagen a
la escritura, de la escritura de la imagen, la pulsión
hace su juego y se relanza nuevamente.
Al final serán carteles,
mensajes de grandes dimensiones: ‘Ono participará además
en un proyecto en varios puntos de Copenhague para llenar de
arte los espacios vallados con motivo de las obras de ampliación
del metro de la capital danesa.’ Esto demuestra cómo
pasa de la escritura intima, de unas libreras, de unas anotaciones
personales, a la participación directa en el espacio urbano.
Si podemos visualizar una imagen de Tokio, se darán cuenta
que no hay vallas ni carteles con imágenes, todo son ideogramas,
de dimensiones diferente, es una ciudad con una imagen escrita.
Esto es lo que ella hace, ahora la palabra, la letra le sirve
como imagen a mostrar.
Alberto Caballero.
Barcelona, agosto 2013
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