PARTICIPAN: On Kawara (Japón), Roni Horn (E.U.A.,
1955), Adriana
Riquer (México, 1976), Marco Arce (México, 1968), Andrea M. Medina
(México, 1982), Luis Carlos Hurtado (México, 1970), Gabriela
Rodríguez (México, 1978) |
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LIVRES D’ARTISTES, L’INVENTION
D’UN GENRE 1960-1980
(Libros de artistas, la invención de un género
1960-1980)
Parte II
En agosto de 1997 viajé a París, sola. Si no mal recuerdo me
pagué el boleto de avión y la estancia trabajando, en Roma, como
babysitter y con algunos de los que deben haber sido mis primeros encargos
como diseñadora gráfica.
En ese entonces la Bibliothèque Nationale de France había montado
una exposición titulada Livres d’artistes, l’invention d’un
genre 1960-1980. De la exposición conservo un catálogo (me costó 30
francos). En la página 28, junto a la ficha técnica que describe
uno de los libros exhibidos, hice una anotación. Transcribo tanto la
ficha como mi nota.
253. On Kawara. I Went, I Met, I Read, Journal. 1969. Köln, Buchhandlug
Walther König, 1992. 300 ex. 4 vol. 28 x 21,5 cm., non paginés.
Emboîtage cartonné.
4 libros
I read - ¿? (me imagino que las cosas que leyó día x día
en 1969)
I met - (Las personas que conoció día x día)
I went - (Mapa de NY con el trazo en rojo de los lugares a los que fue día
x día)
Hace unos 8 meses, César me ofreció que visitara su biblioteca
y consultara los libros que quisiera. Encontré el libro de On Kawara
que había visto en la exposición 10 años antes. Lo hojeé despacio
y regresé a casa a buscarlo por Internet para comprarlo. No lo ordené (£240
4 boxed volumes) porque mi tarjeta estaba a full y como planeaba renunciar
a mi trabajo tenía que ahorrar. Resignación. No conecté estos
dos eventos sino hasta hace 4 días cuando, buscando referencias para
escribir un texto de presentación a la exposición, recordé la
existencia del catálogo y cuando, hojeándolo,
llegué a la página 28.
Nada mejor que lo que acabo de contar para entender el sentido de esta exposición
y de los artistas que la integran. Cada uno se conecta conmigo. ¿Por
qué libros? Porque los colecciono, no sólo
los de artistas y por supuesto no los he leído todos pero me gusta tenerlos,
acordarme de uno, buscarlo y confirmar que son parte de mí. Los compro
por la encuadernación, por su diseño, por
la temática, por el papel en que fueron impresos, porque me los recomendaron,
porque me gustan. ¿Por qué de artistas? Porque
antes que nada son amigos (o libros de artistas que compraron amigos), porque
me gusta su obra y porque son libros.
El cuaderno rojo de Adriana me recuerda a la pared que rayoneó en Art & Idea,
junto con los demás integrantes de Bondarchuk, y la imagino sentada
en el despacho de abogados, un poco aburrida, dándole sentido a las
horas de recepcionista rayando con tinta roja, tinta azul en un cuaderno Scribe.
No paré de reír con El Cuaderno de Mosquitos de Luis y lo compré.
Faltaba mucho para presentar mi renuncia. Marco Arce y Roni Horn son producto
de una larga tarde compartida en el estudio del primero. Hablamos de su obra,
de los libros y de pronto apareció con muchos, muchos libros de Horn;
y llegué a
casa a las 10 de la noche.
La caja de madera que contiene acetatos es de Andrea, el objeto en sí se
antoja y los dibujos son monstruos, manchas, color y todos en transparente
unión. Además, las dos hacemos yoga y no dejamos
de compartir extensas conversaciones del cuerpo y la vida.
El libro de Gaby fue el primer libro de artista que compré. Fuimos a
comer a Café Tacuba. Creo que me costó $1,500, o ¿fueron
$3,000?
On Kawara, ya confesé por qué.
Dicen que las segundas partes nunca son buenas. No me importa.
Analía Solomonoff, Ciudad de México, 2008
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