Exposición Eulàlia Valldosera
Obras 1990-2000
Fundació Antoni Tàpies
27/01/2001 – 25/03/2001
Barcelona

GEIFC, Grupo de Estudio e Investigación de los Fenómenos Contemporáneos
Miguel A. Peidró (MP), Joan Pons (JP), Belén Farrés (BF), Isabel Muñoz (IM), Mónica Cano (MC), Núria Inglés (NI), Marcel•lí Vega (MV) y Alberto Caballero (AC).

debate posterior a la visita a la exposición

primera parte: de la imagen a la instala.acción

BF: Lo que me llamó la atención de la exposición fue los cigarrillos. Me sentí muy identificada porque soy ex fumadora y sé lo que significa consumir. De algún modo es lo que quiere decir ella: qué haces cuando el cigarro lo has acabado. Me resultó muy interesante por las colillas: es intentar dar una forma, lo que está plasmando con los restos es el cuerpo.

Otra obra que me llamó la atención fue “Ni contigo ni sin ti”. Hay un bar, unos vasos, un tocadiscos, se ven las sombras, hay una frase “Ni contigo ni sin ti”. Hay momentos que se ve, y otros que no. La sensación que tuve es que primero estás con gente, luego estás con gente pero no estás, hay dos personas, y después llega un momento en que estás solo. La sensación que tengo es la de esos tres momentos y la última frase es: “Quan estem sols que puguem dir que estem junts”. Cuando estás solo es cuando puedes sentir que estás contigo mismo.

Otra obra fue “La caída”. Al principio me costó mucho entrar, me tuve que quedar un rato fuera, porque me costaba ver mi sombra.

erótico. Luego, el paralelismo que va haciendo con los espacios, lo que es la vivienda, el cuerpo y sobre todo el juego de sombras, cómo ves las sombras y después miras y ves cómo se proyectan los objetos.

JP: Yo subrayaría algunos trozos, por ejemplo, el cuerpo: habla del torso, el cuerpo como belleza, la forma, y también como contenedor, esta dualidad que significa el uso del cuerpo, lo biológico por un lado, y la reutilización de los objetos, por otro. Habla de la naturaleza efímera del espacio íntimo, cómo el sujeto está montado en unas estructuras que de un momento para otro se oponen, la familia y sus relaciones con los objetos cotidianos, la maternidad, el hospital con la cama, el ideal de esa familia. Todos los montajes se sustentan en el sujeto. En este siglo del bienestar, pasado puede ser, efímero más aun, esto no le pertenece, esto es una prótesis.

Y también subrayar los desajustes entre tiempo interno subjetivo y el externo objetivo, el sujeto tiene que estar en la cuestión formal, hay un tiempo formal para los otros, y este desajuste lo va modelando, aquí ella habla de la caída en esta cuestión.

MV: En el primer momento cuando entramos hay un vídeo, en otra parte hay una vasija, una serie de cuadros con imágenes relacionadas con lo que en otras culturas se ha pensado sobre la feminidad. No he entendido bien cuando aparece la mujer con sangre en el trasero, no sé qué significa, no sé si quiere decir que ha habido una etapa en la cual ha sido un papel en la mujer, en cuanto a lo sensual, al ser como mujer.

Había una frase escrita “Quan era petita les dones solien netejar el terra agenollades, una postura corporal semblant a la de la pregària”. Quizás desde el punto de vista de la religión, la mujer tiene una postura, pero como la religión cela, lleva a la mujer a ser sumisa, también otras formas culturales, que no tiene que ver sólo con la religiosa.

Hay imágenes de diversas esculturas, hay una imagen de mujer como una vasija que representa la maternidad, otra de una mujer que lleva una especie de cántaro encima, como si representara la cruz de la mujer: la mujer sumisa acepta ser vasija, ese otro aspecto de sombra de la mujer, ese peso de tener que ser en esa escultura vasija.

Luego están la serie de los envases encima de los vidrios. Hay una relación entre ese momento primero, en el cual hay la vasija y todo lo antepasado, por un lado, y por otro, hay un envase moderno, es decir, de alguna manera los libros que son la cultura, el pasado, y encima está el envase, entonces se proyecta algo ahí que cada cual puede ir construyendo, a través de una idea de la mujer en el pasado, de una cultura y de unas ayudas de lo moderno, se puede llegar a imaginar un algo diferente de la mujer. La cultura no podía liberar a la mujer, porque los productos liberan el trabajo, pero al liberar al trabajo, también liberó a la mujer de la sumisión al trabajo doméstico.

La serie de los cigarrillos me sugirió los restos psicológicos y una frase que decía “La escombra es la ombra”.

MC: Hay tres filmaciones que me interesaron. Una en la que hay un juego de luces y sombras en que ella va bebiendo y volcando agua, a mí me interesó mucho el trabajo sobre las sombras. Después, el tema del cuerpo o el pecho femenino como basurero que tiene que ver con la idealización de los sentimientos, de la maternidad, la idealización de determinadas cosas que se aducen a las mujeres. Otro trabajo en vídeo trata de nuestra relación con los objetos de la necesidad o falta de necesidad: se preguntaba a las personas, de las que generalmente no se mostraba la cara, sólo se escuchaba la voz y se veía algunos objetos de la habitación… la importancia de determinados objetos en su vida. Ella dice que no necesitaba mas objetos, que cada vez su vida estaba menos llena de objetos, y los que había eran objetos que tenían un valor sentimental. Me parece también contrario a la cultura del consumo.

MP: Esta exposición puede hablar entre muchas cosas, no sólo sobre la mujer, sobre la sexualidad, la familia, la fragmentación de la mirada, sino además habla sobre el arte como objeto, como espejo y como elemento para en un momento dado unificar la realidad fragmentada. Una frase que he apuntado habla sobre la visión contaminada del objeto, no vemos el objeto en sí, sino vemos a la mujer en el objeto. Digo contaminada porque nunca ves el objeto, la botella propia.

El arte está condenado a utilizar ese objeto real igual que en el vídeo familiar están condenados a utilizar vasos, relojes para verse el uno al otro, comunicarse. Hay un mueble que cuando ella está en casa lo quita, cuando se va el marido lo pone: esa relación de poder es a través del objeto.

Miras, te das la vuelta contra el proyector de diapositiva y no ves nada, te deslumbra, tienes que mirar contra la pared para ver la imagen, la imagen proyectada. Una cosa muy importante en esta obra es cómo ha de calcular los ángulos, la inclinación, los espejos, dónde coloca el objeto para que la sombra se proyecte así. En todas las sombras hay un juego de proyecciones, algo como “contigo y sin ti”.

El artista consigue con esa inclinación situar en la obra de arte al espectador. Yo pienso que esto ya existía, puede existir, lo que pasa es que aquí se materializa, no sólo la imagen sino también el acto.

El trabajo de los restos, con los cigarrillos, me llamó la atención. Tiene relación con el cuerpo de la mujer, las sombras, los objetos, los espacios. Cómo una mujer habla de sexualidad incluyendo al hombre, por el pecho, por el cuerpo, quizás por ausente más que por presente. Cuando un artista masculino habla de la sexualidad, ésta sería la representación de la mujer.

AC: Primero quería aclarar una cuestión que me parece fundamental: antes el museo era la caja, el fondo donde se exhibía la obra, ahora es la pantalla que permite que exista la obra, donde se materializa la obra, conjuntamente con el espectador. Luego la obra no existe. Sin espectador ni pantalla la obra no-existe.

El montaje de Valldosera es casi como un libro de poema; los objetos parecen tirados, parece que ella barre las colillas, pero ella está dibujando con la escoba, lo que también es una performance, una puesta en acción con esos objetos, y también hay palabra, poemas hechos con palabras.

En mi opinión, el aporte de Valldosera va mas allá de la diosa-musa que sería Gala, mas allá de las artistas de la performance como el caso de Orlan, que de alguna manera retoma algún resto de la historia, como los modelos de belleza, para sus operaciones en y con el cuerpo. Valldosera introduce lo cotidiano. Hace una breve referencia a la historia en la introducción de la exposición, pero el eje es lo cotidiano. Para mí es una diagonal fundamental: la caída de lo excepcional en el cine, en el arte, en la literatura, la caída de las diosas, de las heroínas, de las musas, para que surja lo cotidiano. No sólo son argumentos de lo cotidiano sino objetos de lo cotidiano. Es decir, ya sus abuelas fregaban con unos trapos: está el objeto intermedio entre el mundo y el cuerpo, tiene que poner su propio cuerpo, el falo es ese mediador entre el otro y el mundo. Barrer, hacer camas, hacer faena, recoger deshechos de los otros, pero también los hechos que producen los otros, las palabras de las acciones de los otros. Es el otro que escucha, pero también la sombra del otro.

Por otro lado, la mujer. Ella plantea la serie mujer – madre, mujer – hija, mujer – hada, y mujer – seductora. Pero de qué se trata entre una y otra, además de lo cotidiano: se trata de la enfermedad y del pensamiento. Son los pensamientos, son las frases que ella dice. Pero no están tomadas en sentido intelectual, están tomadas como objeto, habla del subconsciente, habla de la familia, pero como ideas. El arte también es filosófico en la postmodernidad.

El gran eje es el resto, hacer con el resto, con lo que el otro no ha visto, no ha oído, no ha moldeado. La gran diferencia ahora es que esta vez “el resto” es una obra de arte, el deshecho, ésa es la obra de arte, la colilla en sí misma es la obra de arte.

MP: La materialización de la mirada, ya lo es, no sólo el objeto para mirar, de alguna manera muestra el resto pero lo predispone, produce unas sombras.

IM: En una escuela se hablaba de que los niños iban a conocer cómo es un gallo. Si ellos dibujan a una gallina te la muestran colgada, no una gallina que va por el campo, ellos te muestran una gallina desplumada para cocinar.

AC: ¿Entonces que están diciendo con esto? Que el eje que ella nos hace ver sería el consumo–resto. Para Louis Bourgeois el resto era un resto del otro: los pechos, el pene, las casas, inclusive el cuerpo del otro. Aquí aparece un gran otro que sería el supermercado, la sociedad de consumo. Al otro lo único que le queda son esos deshechos de lo que ha consumido, es el consumo, no es la relación de amor y odio con el otro. Podemos pensar en el reciclaje, en la clasificación de las basuras, en la transformación de las basuras, por qué no, en el arte de las basuras.

En el Seminario XI, capítulo “La mirada”, Lacan formaliza la construcción de la mirada, y es lo que ella hace en esa instalación. Lo genial de Eulàlia Valldosera es, que teniendo en cuenta esto, construye gran parte de sus trabajos, por ejemplo, el armario donde aparecen unas bragas colgadas, unas llaves, una caja de aspirinas… Es a través de los espejos que vemos que están dentro los objetos, no están dentro, están fuera y no se ven. Es decir, el cuerpo de la madre con los objetos aparecen sólo como reflejo de los espejos, es una construcción del sujeto. El otro completo no existe, son meras sombras del otro, a través de los objeto de consumo.

En la última instalación, hay algo de la regresión, porque aparece la historia de los abuelos, los sillones viejos, una casa destruida como restos del otro. Vuelve a usar la cuestión de los espejos y de alguna manera una historia, un recorrido, como dis.curso de los rastros, cómo el sujeto rastreándolos los transforma. Tras una serie de instalaciones donde lo central son los desencuentros con el otro, “contigo y sin ti”, la imposibilidad de un encuentro ideal con el otro, si no es a través de las sombras, incluso de un mero encuentro a través de las sombras, la imposibilidad de un encuentro real con el otro. Aquí está muy claro lo real como imposible en el arte, un imposible encuentro material con el otro. Aquí lo material también es ilusorio.

Por eso estoy intentando extraer las fórmulas necesarias para que podamos leer la obra de Valldosera. No hay relación directa con el otro, si no es a través de lo imaginario; el otro de la pantalla. Entonces la pantalla es de esta a esta a’. Cada vez cae un objeto, la serie del mismo objeto, la serie de representaciones.

Después lo construye de manera más complicada. En el Esquema R vemos que ahora llama a la pantalla realidad. Él se da cuenta de que entre el sujeto y el otro hay una pantalla, pero no le sirve sólo una pantalla, entonces coloca una banda. Las cuatro aristas de la banda: 1. El Otro materno (M), 2. la imagen (i(a)), 3. el ideal (I) y 4. el yo (moi). Con esto, Lacan arma una banda, empieza a aparecer la idea de un borde, una banda donde el anverso y el reverso se conectan, hacen un borde, el sujeto es ese borde.

Entre el sujeto y el otro hay una barra, esa barra es una, una banda, una Banda de Moebius. La imagen con respecto al otro, el sujeto con respecto al otro, implica en lo imaginario la construcción del yo, pero la i es pequeña, quiere decir ‘las imágenes’ que tiene el otro del sujeto. Lean esta frase: “La imagen que tiene el otro materno del sujeto”. Lo tienen que ver como una frase, por eso lo hace así, un borde con flechas, o sea, con una dirección. La imagen que tiene el otro materno es el yo, el yo también es imaginario.

Por consiguiente del otro lado, que sería el otro paterno, aparece el ideal. ( I ).

Lacan más adelante dice: “puede haber un lado simbólico”. Por un lado lo imaginario, y por otro el lado simbólico, éste es el giro. En Valldosera ese giro es bastante claro. Porque ella combina esto con esto ahí, y esto con esto aquí, éste con éste aquí. Todo el tiempo va haciéndolo así, no es directo. En cambio, aquí no es así, hay un cruce, y si hay un cruce quiere decir que tiene que haber una pérdida. Tiene que haber + -. No es A da B, B da C, C da B; a veces sí y a veces no, a veces es una falta, a veces un exceso, es exceso o es falta. Porque en un lado hay un exceso, y en el otro una falta. Porque un lado está + y otro está -. No hay relación directa con el objeto que no sea a través de + -.

Aquí está el objeto, y esto cede, se transforma en dos cosas: i(a) y i(a’). Lacan dice que no puede haber directa relación con el objeto como real, si no es a través de la imagen. No hay relación directa con el resto-pecho de la madre, sino con la imagen de esto. Lacan dice que i(a) y i(a’) son dos momentos de la imagen, hay una serie de imágenes, de momentos.

Esto es Lacan y la modernidad, donde la materialidad de la cosa y la imagen de la cosa van juntos. Sería por ejemplo la fotografía, la materialidad del papel, pero también la imagen virtual de la escena. Quiere decir que la mirada adquiere consistencia en el papel. La inmaterialidad de la imagen de una mujer adquiere consistencia en el cuerpo de una mujer cuando pasa, pero yo ya la tengo aquí, en la pantalla, por eso es que me detengo. No me detengo delante de cualquiera, sino cuando una está representando la imagen que tengo yo aquí, en la pantalla, por eso no puede ser cualquiera.

¿Qué ha pasado aquí ahora? Para mí lo que ha pasado es que la imagen adquiere virtualidad por sí misma, por una lado, y el objeto adquiere consistencia por sí mismo, en otro lado. Antes el operador quedaba oculto debajo de la imagen –la perspectiva- ahora, en el caso de Valldosera, lo que se ve –adquiere consistencia es el operador, y la obra son meras sombras, es virtual, no tiene consistencia. Ella pone los envases de plástico y se produce la imagen virtual de la madre. ¿Cómo se construye esa imagen? Ella nos muestra la construcción, los operadores ópticos de dicha construcción.

¿Cómo aparece esto en “Las Meninas”? Aparece dentro, en la misma tela. ¿Cómo la construye el pintor? ¿Cómo construye la escena de Las Meninas? Esto hay que deducirlo, no se ve directamente. La imagen queda fijada, se modifica en la psiquis de cada espectador. Los operadores quedan velados. Aquí, Valldosera nos muestra el envase de plástico, nos muestra las sillas tiradas en el suelo, la maqueta, cómo los proyectores de luz van a construir eso, y las imágenes de las sillas y las cosas van dando vueltas. Nos revela los operadores, que son fijos, y es la obra la que se modifica permanentemente. Para mí, ésta es la destitución del sujeto postmoderno. Antes esto se producía en el cerebro –en el operador óptico- del sujeto, ahora ella nos lo muestra afuera, podemos entrar en él, y la imagen –construida- queda afuera. Creo que esto es lo central que tenemos que trabajar.

AC: Comentemos ahora la cuestión de la sociedad de mercado, cómo se pasa del mercado a la enfermedad.

Les he dejado un artículo que se publicó en Le Monde Diplomatique, edición española, que se titula “Transformaciones del sujeto en las democracias de mercado”, de Dany-Robert Dufour. Me parece importante su pregunta tesis: ¿Se puede pensar que el neoliberalismo, que destruye las instancias colectivas, puede dejar intacto al individuo-sujeto? Cómo podríamos pensar estas cuestiones ya que Eulàlia Valldosera está plenamente inserta en ellas y, obviamente, da su respuesta desde el arte.
Primer punto: la economía de monopolio y la economía neoliberal.

MP: En el papel hay muchas leyes que todavía no han cambiado. Estamos viviendo sobre un resto, sobre una monarquía, aunque sea simbólica, pero existe la monarquía en España; estamos viendo que las leyes no cambian así como así. También estoy diciendo que hay economías que dominan, y otras que no. Estados Unidos sería el modelo de economía liberal, pero cuando se trata de comprar productos a los chinos, dicen que no. Y es una economía liberal, pero todavía hay un poder que se opone.

AC: Exactamente, o cuando Irak dice que quiere vender armas, y ellos dicen que no. Ese es el resto.

segundo punto: ‘Las formas de la destitución subjetiva’

AC: O sea, por un lado dice que el siglo XX logra la autonomía del sujeto, y por otro lado plantea que hay una destitución subjetiva, yo creo que va por ahí el artículo. Quiero decir, cómo se instaura el sujeto –no sólo a nivel psíquico, sino a nivel social, a nivel legal- y cómo, por otro lado, el siglo ha logrado destituir al sujeto. La hipótesis que está subyacente es que transforma el sujeto en un resto.

El siglo XX, a través de la ley, instaura al sujeto (Los derechos humanos). No quiere decir la ley del sujeto, porque la ley del sujeto la instaura Freud con el Edipo, eso pertenece a la modernidad, la ley del incesto. Pero eso se establece en lo social como la ley del derecho individual. Por ejemplo, te puedes casar con la mujer que quieras, si los dos están de acuerdo: pasa a ser un contrato civil, con el estado civil al cual pertenezcan los sujetos en cuestión. En cambio, antes de esa ley era el rey, o el Papa, o incluso el padre de la joven quien decía ‘sí, o no’, porque la mujer era un objeto de cambio en una sociedad de intercambio. En la sociedad de mercado esto ha cambiado, tenemos que ver cómo.

JP: El otro día me llamó la atención una frase anarquista que ponía en una pared: “La ley son sus limpias babas. Las babas son sus sucias lenguas.”

AC: Ése es el resto al que se refiere MP. Esto es, en sí en la sociedad del liberalismo, las guerras están afuera. Las tienen los chicanos en México, las tienen en África, las tienen en los Balcanes, en Irak o Irán, etc., pero no en el centro. Vamos a empezar a tener idea de lo que es el centro y de lo que son los márgenes. Lo marginal, lo que queda fuera del centro.

“El punto 2 trata de la destitución subjetiva, que invade nuestra sociedad y se revela a través de múltiples síntomas: las insuficiencias psíquicas, la explosión del malestar de la cultura, la multiplicación de los actos de violencia y la emergencia de formas de explotación a gran escala y la esclavitud otra vez. Todos esos elementos son valores, vectores, de nuevas formas de alienación y de desigualdad” ¿Qué quiere decir esto? El sujeto para pertenecer a la sociedad tiene que estas alienado. Lo vamos a ver con las fórmulas que les plantearé para Valldosera. Quiere decir que tiene que:

- Aceptar al Otro del Lenguaje, si no hay psicosis
- Aceptar al Otro de la Ley, para pertenecer a la sociedad

Tiene que estar alienado, pero por otro lado tiene que estar separado, ésa es la dificultad del sujeto. Puede fantasear una separación, pero si no está alienado, no hay separación. Si no entra en el otro no sale del otro. Cómo aparecen los okupas: porque hay leyes de alquiler de pisos. Si todos fueran okupas, no habrían okupas. Esto quiere decir que el resto adquiere un valor simbólico a través del significante okupas, o a través de inmigrantes ilegales:¿por qué hay inmigrantes legales? Porque hay una ley de inmigración. Tiene que haber una ley para que el sujeto se pueda separar del Otro. La Ley regula ‘el crimen’, lo legal tiene un núcleo que es ‘el crimen’.

Por eso aparece el malestar de la cultura, en forma de violencia, como nuevas formas de explotación, etc. Y es cierto, como no estás en la ley de inmigración te dejo entrar igual, pero como esclavo. El Otro aparece en su versión perversa, no sabe qué hacer con el resto.

“Estos fenómenos están fundamentalmente ligados a la condición de transformación del sujeto.” Esto es, no es el síntoma del sujeto, es el fenómeno para el sujeto, implica un anudamiento diferente. No es el síntoma particular del sujeto, una mujer, un trabajo, un hijo, incluso una nación. Del otro tienes que extraer un síntoma, así uno de los Nombres del Padre lo ocupará luego el sinthôme.

JP: ¿Y los padres serán fenómeno?

AC: Exactamente. No es que como el sujeto viene prefigurado por éste, su síntoma, no elige la profesión desde su deseo, sino que va primero a la lista del INEM y dice: “Se necesitan informáticos, me hago informático para tener trabajo. De la misma manera funciona la mujer que elige los hijos que va a tener, incluso ‘el país’; confunde identificaciones con consumaciones.

MP: ¿Y a la que lleva dos meses de informático qué le pasa?

AC: No puede, porque su deseo tiene que ver con su realidad psíquica, no con la realidad del mercado.

MP: No, o bajan las acciones de informática en la bolsa, y cambia el mercado.

AC: No puede, el sujeto no puede responder a eso, entonces aparece la destitución subjetiva, no lo dejan entrar en el mercado. Si estudia lo que quiere, no tiene entrada. El gran Otro ahora es el mercado. De allí que hay tantos licenciados en humanidades, entre otros, que no entran en el mercado de trabajo. Cada vez es más grande la distancia que hay entre el trabajo lucrativo, y el trabajo que desea realizar. El ‘Quiero ser... cuando sea mayor’, ahora se ha convertido en el ‘No sé que quiero’, en la sociedad actual. Antes se trataba de una identificación, ahora hay dificultad en identificarse, en los ideales.

MP: Por ejemplo, en la universidad, la Facultad de Geografía e Historia, Historia del Arte es una facultad que derrumbaron una parte para colocar el Parque Tecnológico con dinero del Mercado Común. La Facultad de Historia tenía que ir aquí, al centro, o sea, donde tienen que hacer la Facultad de Historia nueva están los solares, han tirado media Facultad de Historia y han hecho el Parque Tecnológico.

IM: Es la ley de la oferta y la demanda. Es que esto ya es el resto de lo que estamos cerrando. Todo lo que es el mercado es un resto. También se puede pensar que es nuevo. ¿Cómo viene? ¿Cómo fenómeno?

AC: Sí, lo vemos como fenómeno. No nos viene del capitalismo clásico, que empieza en la Edad Media, que aparece el trueque en la plaza, la plaza era el mercado. Habría que estudiar estos dos significantes, plaza y mercado, que han cambiado de significación en la sociedad actual. Ya no se refieren a un lugar, sino a una estructura, es un cambio importante. Esto es muy claro, en la plaza del mercado la gente trae la fruta del huerto. ¿Por qué el mercado es una vez a la semana? Porque necesitan tres días para llegar allí. Todo un día para ir al mercado y otro para volver. El resto de la semana están haciendo las bambas, luego las venden. Pero ahora el puesto de al lado lo tiene uno que trae bambas iguales pero de Taiwán. Son las mismas, pero éstas valen 10 y las otras valen 2. Ésta es la sociedad ‘de mercado’, de mercado de libre comercio. Todo se modificó con las comunicaciones. China produce productos –tradicionales- de América Latina, África, India.

JP: ¿Pero cómo llegan a eso?

AC: Ése es el proletario, diferente del artesano. El artesano va haciendo un trabajo de subjetivación de su síntoma con relación al nombre paterno: familia de tejedores, de vidrieros, de carpinteros, etc. Produce y vende. Cuando se transforme en proletario ya formará parte de la cadena de producción; unos producen otros venden. Ahora, en un tercer momento, ya no hay proletariado, ahora se llama consumidor. El que produce es la máquina, el robot, el diseñador es el electrónico que maneja el ordenador, es decir, como consecuencia, también terminó la era del arte, ahora se llama diseño, diseño electrónico, diseño textil, diseño de publicidad.

MP: Claro, ésta es la nueva esclavitud.

AC: Si, efectivamente, es la nueva esclavitud. El significante es consumidor. Consume, porque suma (objetos de consumo, de fácil consumo) se consuma fácilmente (no hay dificultad ante el deseo), se consume. Va destituyéndose como sujeto (anulando el deseo como dificultad), y entra en la ley del mercado que lo instaura como consumidor / consumido, a la publicidad. Él lo llama la ley del espectáculo en la publicidad. Que también está en “Amores Perros”, todo el tiempo ella está en los carteles de publicidad. Él no elige a una chica, elige la del cartel. Quiere consumir esa chica de la televisión. O sea, la mujer vuelve a aparecer en ‘el mercado’ como reclamo publicitario. Pero parece ahí como imagen para consumir, no como objeto (y como tal, la dificultad de poseerlo), sino consumiendo el objeto publicitado (un perfume, un coche, una lavadora, una cámara de video) la consume/ es consumido. Eso es lo que ustedes tienen que pensar, porque lo que se restituye en un lado se destituye en otro. La mujer pasa –en la sociedad preindustrial- a representar un objeto de la naturaleza –reproducción- a un objeto de consumo, incluso a la máquina misma.

El último parágrafo de la primera parte dice: “Esta emergencia del nuevo sujeto corresponde a una fractura en la modernidad que ya han señalado varios filósofos”. Más o menos lo habíamos señalado entre los 50 y los 70, porque luego de la Segunda Guerra Mundial, el objeto arte se transforma en producción, se llama diseño. El sujeto artista pasó a ser diseñador. Entonces, el artista pintor pasa a ser artista-productor de objeto. Por un lado, el objeto en serie, el objeto consumo, el objeto que hace la máquina, el de la modernidad, y por otro, el objeto ruptura, el objeto basura, el objeto resto, etc., el que pertenece a la postmodernidad.


Seguimos con el texto: “El agotamiento hasta la desaparición de los grandes discursos de legitimación, especialmente el discurso religioso y el discurso poético”. Es decir, la caída de los grandes discursos en la política, la religión, el arte y la filosofía deja al sujeto sin discurso. La modernidad inventa el sujeto por el discurso, porque dijimos que del lado del otro estaba el Lenguaje, el Cuerpo y la Ley. El sujeto es puro significante, pura estructura de discurso. Pero ahora se ha quedado sin discurso.

MP: Aparece el sujeto destituido.

JP: ¿Destituido o elidido?

AC: Destituido, porque elidido aparece del lado del psicótico. Lacan llega a decir que sí está, pero está elidido, quiere decir que no está barrado. Como el otro no aparece barrado entonces el sujeto no aparece barrado, pero sí está. En cambio, destituido quiere decir excomulgado, excluido, por eso aparece en el Tercer Mundo o aparece en la mujer, en la violencia, o en la violación de los niños, o en el arte. Ellos se cortan el cuerpo, se desnudan el cuerpo, es decir, aparece en los discursos marginales. Nosotros estamos empezando a llamarlo “el discurso después de la acción”, o sea, en la acción hay un discurso. En las pateras, en las huelgas de hambre de los inmigrantes en la plaza, etc. Pero esto es importante, “lo postmoderno es a la cultura lo que lo moderno a las civilizaciones”. Esto quiere decir que al sujeto le queda el discurso de la cultura, por eso va a decir más adelante que no es el discurso de la ética sino de la estética. En esta caída de la ética, la filosofía está tratando los problemas estéticos: la música, la pintura, la escritura, etc. ahora son problemas filosóficos.

Otro parágrafo: “La carencia de referentes colectivos creíbles está caracterizando la situación del sujeto postmoderno combinado sin tener los dos medios a hacerse a sí mismo. Y sin ningún antecedente histórico generacional al que poder dirigirse con mayor seguridad”. Es cierto. Antes la escuela estaba instaurada como otro, ahora es difícil después del 68. Los niños ahora no le tiran de la coleta a la amiguita, sino que destrozan escuelas, matan a los maestros, etc. Se calcula que un 30% de los maestros están en estados depresivos, o con alguna patología, que los lleva a dejar por un tiempo, o indefinidamente, su lugar de trabajo.

IM: Ahora han salido varias figuras de policías: el policía de barrio, policía del colegio, el guardia jurado, etc. Han salido tres o cuatro figuras que están ya circulando. Por otro lado, medican a los niños, ya empiezan desde muy pequeños, por hiperactivos, por depresiones, dependiendo de las situaciones.

AC: ¿Qué coste tiene que pagar el sujeto para dejarse dominar? Es importante lo que estás diciendo, por el control o la enfermedad y la consiguiente medicación. ¿Qué figuras del otro ha construido el ser humano para someterse, antes de ser capaz de librarse de eso?

Quiere decir, si tenemos hasta el sigo XIX la construcción del Otro, de la religión, de la política, del arte, de la filosofía, de la ciencia, etc. ¿Qué hará el sujeto ahora que ha destituido al Otro en el siglo XX? ¿A quién coloca en este lugar?

MP: Al Otro científico.

AC: Sí, es lo científico tecnológico, pero por otro lado aparecen las enfermedades psicosomáticas. Por otro lado aparece la perfomance, el hambre, la violencia, etc.

Ante esto, ¿ qué dice el autor? Aquí está la definición de sujeto. “El sujeto, el subjectus, el que está sometido. La historia aparece como una serie de sumisiones a grandes figuras colocadas en el centro de configuraciones simbólicas que se puede enumerar fácilmente: la phisis para el mundo nuevo, el dios para los monoteístas, el rey en la monarquía, el pueblo en la república, la raza en el nazismo, etc. Es decir, discursos diferentes que es necesario edificar cada vez con gran acompañamiento de construcciones, de realizaciones, o de puestas en escena muy exigentes.”

“La modernidad puede estar caracterizada como un espacio colectivo donde el sujeto se define por varias vías de esas coyunturas del otro. Es un siglo de revoluciones o de las vanguardias. Se es moderno cuando el mundo deja de estar cerrado y se hace abierto, es decir, infinito, incluso a sus referencias históricas. La modernidad es un espacio donde se encuentra al sujeto como tal sometido a los dioses, al dios, al rey, a la república, al proletariado, etc. No está totalmente sometido al otro. Está sometido al otro, pero hay un intermediario”. Yo agregaría: las leyes, unos operadores, incluso la estructura, necesarias entre el sujeto y el otro.

Para la postmodernidad sería la idea de proceso, ése es el trabajo de Valldosera que intentaré empezar a explicar. Es decir, no instaura el objeto como el artista- genio, sino que nos muestra la maqueta del proceso. No hay objeto final, se modifica con el espectador/ creador. Tanto el artista como el espectador son creadores de sombras, forman parte de la obra. No hay objeto de consumo final, no lo puede comprar, no lo puede consumir. Es efímero.

IM: O sea, lo más importante es el proceso, la postmodernidad apunta hacia el proceso.

AC: Sí, eso es también el hipertexto. Para mí un ejemplo clave para la modernidad es Borges, es el genio escritor, sería el prototipo de genio, ya hay 50 cátedras investigando esta mente especial, esta intención especial, etc. En cambio ahora, con el hipertexto se ve claramente como cada uno va agregando trozos. Ahora se va haciendo, si se piensa un texto terminado, cerrado de entrada, es la modernidad, o sea, la creación era propia del artista, como una cosa mágica, oculta, que no mostraba sus misterios, mostraba el objeto final acabado (Canaletto/Dieter Roth).

Yo pienso que hay un antecedente, que es Velázquez con “Las Meninas”. Allí él está mostrando algo de esa contribución. Lo dice Jacques Lacan en su Seminario XI, dice que Velázquez al aparecer él mismo en el cuadro, como en gran parte de su obra, nos muestra esa mirada entre el artista, el objeto, y el espectador. Es lo que Lacan llama la construcción de ‘la mirada’, ése es el objeto para Lacan. En cambio ahora, el objeto final no tiene ningún valor. Eulàlia Valldosera lo dice en el texto del catálogo, porque son cuatro espejos pegados, o cuatro sillas viejas que nadie quiere comprar, ella tiene que viajar cada vez que instala una instalación, porque luego todo se desmonta. Por el contrario, el valor que puedan tener “Las Meninas” es ya incalculable.

MP: Lo acabo de ver claro, esa necesidad que tiene Eulàlia Valldosera de ir a la acción, a las intala.acciones.

AC: Instala una acción. Efectivamente, lo hace en cada Bienal a la que viaja, debe instalar su obra otra vez. Yo creo que tiene que ver con la postmodernidad de instalar y vivir un proceso cada vez.

MP: Sí, pero al hacer esta destitución, el sujeto, el artista necesita restituirse cada vez. Es lo que pasó con la aparición del arte por la acción. Antes el artista dejaba sus cuadros en el mercado, los cuadros se vendían de forma independiente en subastas, a coleccionistas… ‘se venden en el mercado’. Para poder contrarrestar esto, de alguna manera, se instala él a hacer una cosa cada vez.

BF: ¿Esto es por la caída del padre? Necesita estar presente cada vez, no hay nadie presente ahí.

IM: Pero ella construye -se construye- con eso.

AC: Lo que no sabemos es si es la caída del padre –de la nominación paterna-, o esto quiere decir la caída del falo, el significante paterno, por un lado; y segundo si el sujeto tiene que estar colocado en ese lugar por medio de ambos operadores, o se producirán otros… no se sabe. El falo, como el representante paterno, quiere decir la ausencia del padre. ¿Qué sucede cuando hay un llamado a la presencia del padre?

BF: El otro día comentábamos que los adolescentes van a las entrevistas de trabajo con los padres: se alarga la adolescencia, 20, 21, 18, 19 años… depende, van con el papá o la mamá.

AC: Entonces, si no aparece el padre simbólico qué aparece.
BF: El imaginario.
AC: Por eso el artículo dice “la mayoría está muerta”. Ahora ustedes que están en la clínica pueden escuchar si vienen con problemas de exámenes, o vienen con problemas para casarse, o vienen con una cuestión psicosomática, o con una angustia desbordante. Cuestiones que tienen que ver con las acciones, o con los fenómenos en el cuerpo, o con la droga, etc. Hay algo de lo real en juego, el padre simbólico tiene relación con el síntoma, el falo está en juego, ¿Qué sucede cuando falla la función fálica?

BF: Y el que falla es el real de entrada.

AC: Exactamente. El que falla de entrada es el real, el padre tiene una falla de entrada, una falta real, por tanto, da entrada a lo simbólico, al falo simbólico. La madre pone el cuerpo, entonces el cuerpo es el lugar estable: la temperatura agradable, ese estado de bienestar, esos cuidados, etc. Eso es la madre. Del padre se habla cuando se dice que no puede cortar, no puede salir adelante, no funciona, etc. Ése es el padre, pero está ahí, porque no funciona. En cambio, en la violencia, en las alucinaciones, en la psicosomática, etc. no está en lo simbólico, aparece en lo real, tiene que ser un acto. Es lo que dice Valldosera; instala cada vez para poder salir. No es lo simbólico sólo, es en los tres: lo imaginario, lo simbólico y lo real. Porque va apareciendo ella en las imágenes del agua, es ella moviendo la cama cada vez..

Lo central del artículo que estamos trabajando dice que en la postmodernidad el otro se acercó muchísimo, por eso llegamos a decir que en la psicosomática está holofraseado, está pegado. No es que el otro no esté, sino que está pegado. El otro no tiene ni cuerpo, se apoderó de parte o de todo el cuerpo del sujeto. Se puede decir que el sujeto lo consumió, lo devoró, lo tiene en el cuello, las cervicales, el hígado, la espalda, las piernas, etc.

Ya tenemos aquí la cuestión de los objetos. Cuando hablamos del objeto resto, objeto imagen, objeto voz nos referimos a esto. El a (autre en francés), minúscula, objetos. Aquí ya funciona el F, porque entre S1 y S2 hay un intervalo. En ese intervalo está el a, pero también esta -j. Si, nosotros decimos que el sujeto es la serie. Si hay sólo S1, que no hace serie (S1 S2 S3 S4 Sn), hay algo ahí de la psicosomática, de la holofrase, porque están todos pegados. Esto es fenómeno.

BF: ¿La psicosomática es un fenómeno?

AC: Sí, porque no está este intervalo, justamente la dificultad está aquí. El a lo tiene en el cuerpo y el -j lo tiene que encontrar. Porque esto es lo que separa S1 de S2, la falta, el fallo. Ése es el padre, el F implica función paterna, y fallo paterno -j .

IM: ¿Cada vez? ¿Qué pasa cada vez?

AC: ¿No te parece que Valldosera hace eso? En cada instalación ella hace algo con el resto. Por un lado, hay función (-j), pero por otro lado produce algo (a). El padre es la función, no hay que estar en función del padre.

JP: El padre pone el ideal.

AC: No, el padre pone el Phi, el sujeto ante esta falla paterna, pone el objeto (a) o el ideal (i (a)).

IM: Sujeto sujetado al otro a través del objeto.

AC: Exacto, sujetado al otro a través de un objeto. Esto es lo que dice la clínica de la acción: crisis psicosomáticas, drogas, de actuaciones, de choque, de violaciones. Estar anclada, y porque está anclada al objeto, ahora va a producir algo con ese objeto. Si no está la ley, el lenguaje y al lazo social, no va a poder producir nada, va a estar colgada siempre. Colgada, volando, alucinando, a través del objeto que le señala la serie, pero que no es la serie. El objeto es un signo, no un significante. No es a través del -j, sino a través del a que se obtura, no hace serie.

MV: La función paterna, al fallar, produce el objeto.

AC: Exacto, es un resto. El sujeto hace el fantasma con ese resto (a). Ése es el fantasma, pero a través de una escena original. Una escena original puede ser la escena de nacimiento, la escena de procreación, la escena de muerte, etc. Es una escena en el sentido teatral. En esto Lacan y Zizec dicen “eso es un trauma” para el neurótico. Es un teatro, una ficción, no se puede estar ahí en la escena, porque se es un producto de una escena. Uno hace ficción de esa escena.

IM: Y esa marca tiene que ver con la huella anémica, original.
AC: Por ejemplo marchar y machacar.
IM: ¿Y ese puede ser el fantasma original?

AC: Exactamente. ¿Podemos pensar en los tres momentos del fantasma? Esa escena te deja una marca, esa marca es un significante, o sea, el paso entre Freud y Lacan es el paso de la escena, el teatro, a la performance. ¿Por qué? Porque la performance se desprendió del drama, del contenido, se quedó con la marca, con la acción misma.
Es una acción. Es decir, en vez de hablar de la castración, del drama de la pérdida, dice: “Es que me he cortado el dedo”. Eso queda marcado en el cuerpo, la marca de esa pérdida. Puede ser la sombra, como resto de esa acción. Lacan dice que se trata de una pantalla, originalmente esto es una pantalla, o sea, no podemos tener relación directa con el otro (A) sino es a través de una pantalla.