I Jornada: “Dolor o sufrimiento”
junio de 1995 |
"
Dolor o sufrimiento" fueron cinco presentaciones clínicas
desde distintos abordajes terapéuticos realizadas el 17 de
junio de 1995.
El
gran interés y a la vez preocupación sobre el dolor ha llevado al grupo de reunión a organizar una primera
jornada sobre
el tema, ampliándolo al del sufrimiento, fundamental en
la articulación de lo físico con lo psíquico.
Juan Martínez abrió la Jornada con la ponencia de un
caso de dolor tratado a través de masaje «Dolor Pactado»:
El masaje le provocará un dolor aun mayor. Dolor
que tenemos que pactar con el paciente para conseguir los resultados
deseados".
Roser Moix en el caso que denomina «Duelo y Dolor» dice
al respecto: " El dolor físico, el dolor de espalda
insistente e invalidante tiene que ver, en ocasiones/más allá de
las causas orgánicas, con otro tipo de dolor, el psíquico,
que el paciente no ha podido elaborar. El dolor de espalda, que
abruma
y desconcierta, está expresando conflictos o tristezas,
generalmente relacionadas con pérdidas, que no se han podido
elaborar a nivel mental. La hipertonía muscular, causante
o agravante
del dolor, suele ser motivada por la reviviscencia de experiencias
muy arcaicas de indefensión y temor. En este caso, la paciente
no había podido integrar la muerte de su madre en su realidad
cotidiana ni en su espacio psíquico. Sólo la elaboración
de este duelo y de otros anteriores, permitió un cambio
de posicionamiento, y una mejoría de los síntomas".
En la segunda parte Elena Romio en el caso que denomina «Escuchando
el dolor para hablar de un sufrimiento» nos anticipa
lo siguiente: "El caso trata sobre una mujer que desde hada
un año sufría de un dolor en el brazo derecho que
se le había ido agudizando hasta afectar su movilidad. El
dolor se había convertido en una obsesión. Sus reiterados
intentos de quitarse el dolor con masajes, ejercicios/ calmantes
habían fracasado. Acude a mí porque sabe que trabajo
con percepción del cuerpo. Le propongo escuchar ese dolor/trabajar
con eso. Veremos que luego de unas sesiones este dolor localizado
en el brazo derecho era un síntoma que como tal mostraba
/ ocultaba a la vez un recuerdo reprimido que, una vez desvelado/articulado
en palabras cura el dolor del brazo iniciando otro ciclo en el
tratamiento
de esta paciente ".
Teresa Bravo en Dismenorrea. La «no reconciliación» con
la propia feminidad, trata de una paciente de 18 años que
acude por cuadro de dolor menstrual que la incapacita los 2-3 primeros
días para realizar su actividad normal. Los dolores son
tan intensos que los refiere como si fueran de parto, utilizando
diferentes
antiinflamatorios. Una semana antes de la menstruación, refiere
trastornos del carácter, con irritabilidad, llanto fácil,
cambios de humor frecuentes, acompañado de tensión
mamaria y dolor. Tras el interro-gatorio homeopático se pone
en evidencia un grave conflicto con su padre. El conflicto que sufre
esta mujer, no aceptando su menstruación, evidencia un conflicto
con su feminiidad le duele ser mujer , inconscientemente se rebela
ya sea a la regla, al sexo o al hombre. La no reconciliación
con la propia feminidad, sub/ace en la mayoría de los trastornos
menstruales y en muchos otros síntomas del campo sexual.
En la ponencia que Alberto Caballero denomina «No hay salida»,
el Lugar y su objeto: el dolor, nos dice:" 1º el cuerpo como
Lugar y su objeto el dolor: inapetencia, la paciente llega a pesar
47 kg., vómitos, ardor de ojos, caspa en el pelo, dolor
en las caderas, sabañones en manos/pies, opresión
en el esternón, irritación urinaria, etc... lo que
llamamos síntomas conversivos, algo de lo imaginario se
instala en el cuerpo y no tiene salida, lo que debe caer (del cuerpo)
es el
dolor, como objeto de goce. 2º la escena como Lugar/su objeto el
sufrimiento. El trabajo de ser mirada, no ser capaz, el sufrimiento
de no ser capaz detodo, «que me lo den hecho», tengo
que trabajar para obtener algo, tengo que hacerlo a la fuerza.
Separarse de esa escena hecha y producir otras es un sufrimiento,
aun mayor
que quedarse quieta. Lo que debe caer es esa posición fija
de sostén de la escena. 3° Verbalizar su relación
con los hombres y el trabajo, los coloca en el mismo lugar, en
el de la demanda, en el de la demanda de una satisfacción.
Lo que en relación al cuerpo se traducía como inapetencia
persistente, con relación al otro es de una persistente
insatisfacción
(La Banda de Moebius). La no escucha de esa demanda, por
mi parte,
le permitió ir entrando en otra manera de relación
a los otros, prepararse para trabajar como esteticien, y
así ayudar
a otras mujeres a ser miradas, deseadas.
El debate abierto entre las distintas ponencias permitió preguntarnos
sobre la posición (la ética) frente a trabajar con
el dolor y el sufrimiento.
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