Estas dos tendencias genéricas sobre la salud - enfermedad atención, responde a dos concepciones, que socio-culturalmente e históricamente, el hombre ha ido formulándose en torno al equilibrio de su cuerpo (bio-psico-social) y las diferentes alternativas (medicamentos) para lograr tal fin. Estas dos tendencias son las prácticas médicas convencionales y las prácticas médicas tradicionales. En la actualidad la atención de la salud cuenta con niveles eficientes y sofisticados en cuanto a personal, infraestructura, (hospitales, clínicas, centros de investigación, etc.), tecnología e ideología. Sin embargo, a pesar de estos avances, la población, especialmente la familia tiene una estrecha relación con los medicamentos, práctica a la que se conoce como automedicación, es decir, la administración de medicamentos por decisión propia, a veces siguiendo el consejo de los familiares o conocidos, sin la intervención del experto en salud. En éste ámbito a la vez entra en juego la amalgama de conocimientos tradicionales sobre la enfermedad –salud - atención. Este contexto es una situación que nos conlleva a diversos interrogantes: ¿Por qué la población – familia – recurre a la automedicación? ¿Puede el individuo o la familia tener conocimientos sobre los medicamentos? Si los puede tener, ¿hasta qué límites pueden someterse a un régimen de automedicación? ¿Cuál es la opinión de los expertos en salud? Para responder a estos planteamientos veamos que entendemos por medicamento. Los medicamentos o fármacos se pueden definir como productos químicos que tienen una acción bien determinada, constante y predecible sobre los seres vivos o también como sustancias químicas útiles para el tratamiento de enfermedades. Así, medicamentos, remedios y agentes terapéuticos son sinónimos. Es costumbre distinguir entre medicamentos y venenos, aunque la distinción es solamente cuantitativa; algunos de los fármacos más eficaces y útiles producen intoxicaciones clínicas si utilizamos dosis excesivas. De acuerdo a
estos criterios los especialistas sostienen que automedicarse o
aconsejar un fármaco
es en general peligroso: - se deben de tener en cuenta las contradicciones específicas y los posibles efectos adversos y las interacciones con otros productos. - qué se debe de suministrar cuando se tiene certeza de lo que le sucede al enfermo. - si no se respetan todas estas pautas el remedio puede ser peor que la enfermedad. Por lo tanto, creemos que si uno estima conveniente automedicarse, debe en primer lugar aprender a discriminar las situaciones (enfermedades) y los fármacos y luego seguir la decisión médica que es la alternativa más segura que los consejos bien intencionados de familiares y amistades. Porque por más que nos empeñemos en simplificar, ni la farmacia es una tienda ni el medicamento es un producto de consumo arbitrario, sino un bien de uso complejo.
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