Profesora, edad 44 SF.C 1H M.C. Amenorrea
hace 3 meses. Operada de quistes de ovario hace 6 meses, luego
3 reglas
normales y a continuación amenorrea
3 meses. Exploración: Útero hipertrófico de 111 mm L. Resto exploración anodina. Menarquía: 12 años. Reglas muy abundantes, con coágulos y adelantadas, cada 23 días. Clima: calurosa, con oleadas de calor desde el tórax hacia el cuello. APDA: SIC S. Mentales: Locuacidad. Llanto en la consulta mientras explica su situación emocional. Me relata que llora fácilmente ante cualquier emoción y que el llanto la mejora. Desea separarse pero no se atreve porque está comprando una casa a medias con su marido. Miedo a envejecer y a quedarse menopáusica. Miedo al cáncer y a las enfermedades, miedo a morirse. Tratamiento: Lachesis 200 K. 2ª Visita a los 2 meses. Ha tenido dos menstruaciones con una diferencia de 1 mes. Se siente mejor de estado de ánimo y sigue su proceso de separación y su psicoanálisis. Para tomarse el tratamiento acudió a la consulta cada día durante más de una semana preguntando si se iba a curar, si no le iba a hacer daño el tratamiento y cómo se tenía que tomar los gránulos, siempre la atendió la secretaria hasta que finalmente le puso el tratamiento en la boca. Este síntoma confirmó uno de los síntomas principales de los pacientes que necesitan Lachesis que es el miedo a ser envenenados. Se tendría que preguntar el tema de los celos, ya que también es un síntoma central de Lachesis.
Pregunta: ¿Qué significado le da eso a la lateralidad? Respuesta: no es un significado, sino una correlación, uno al nivel de patogenesas, que patología desarrolla, y los sintomas, otro es recocer las intoxicaciones propias del medicamento y que patología desarrolla, y en tercer lugar aconsejarlos como remedios y que enfermedades a curado, recogiendo todo esto se recogen los sintomas de un medicamento homeopático. Hay unos medicamentos que tienen lateralidad, Lachesis tiene lateralidad izquierda muy marcada, otros que no son bilaterales. Un envenenamiento promovido por la Lachesis sería intoxicación, y los sintomas que daría a una persona sana que se toma Lachesis y a lo largo de la historia que existe el medicamento, como se ha curado esa enfermedad tenemos hoy en dia los sintomas y todas la movilizaciones que llega a curar Lachesis. Un tipo de pacientes, un tipo de enfermedades, que determinaba ese medicamento.
Homeopatía
Demasiado a la izquierda En este mundo vivimos demasiado bajo el régimen de una dualidad derecha-izquierda perceptible a nivel de nuestro propio cuerpo. Grosso modo, el lado derecho corresponde al mundo de la fuerza, de la destreza, del espíritu matemático: El espíritu de la geometría de Pascal. El lado izquierdo representa el mundo de los sentimientos, de las asociaciones, el lado artístico: el espíritu de la delicadeza de Pascal. Esta dualidad se encuentra en todas partes. Culturalmente, educamos a nuestros niños en el lado derecho y su defecto es el de convertirse en "machos".' A las niñas aún se las decanta a menudo del lado izquierdo y se vuelven demasiado sentimentales. Esta separación izquierda- derecha resulta evidente en muchos campos. Incluso la medicina no se escapa; el lado derecho es el espíritu cartesiano de la alopatía, el lado izquierdo la deriva artística de las medicinas "suaves". La verdad está evidentemente en la línea media, en el equilibrio entre los dos lados. Los niños han de descubrir sus sentimientos, las niñas no deben temer en ocasiones tomar el poder. Encantadores parásitos, con la homeopatía actuando sobre el terreno podemos ayudarlos a acabar con ellos. Es interesante constatar además que entre los remedios de niños piojosos, tres son remedios de niños celosos (Apis, Arsenicum álbum, Lachesis). Comprendí esto un día que estaba visitando a una madre que acababa de dar a luz a su segundo hijo. Al marcharse, me pide un remedio para su hija mayor de 5 años, que continua- mente tiene piojos en la cabeza. Le pregunto si es celosa. "¡Oh, como un piojo, doctor!" De hecho, mientras la madre estaba en la maternidad, ¡la niña iba a dormir a la cama del padre! Simbólicamente, hay que matar al "esposo",2 que es el tema del complejo de Edipo. Se comprende entonces que sea en la fase edípica cuando estos parásitos aparecen con mayor frecuencia, es decir en el jardín de infancia.
En cada medicamento debemos comprender el cuadro característico esencial, que integra con los síntomas patognoménicos imprescindibles, tanto de orden somático como psíquico. De todos ellos lo que mejor y más seguramente da la pauta del medicamento es lo psíquico. En este plano de la actividad central, hipotalámica y sensorial, es donde hallamos el carácter personal del remedio. Debemos comprender el síndrome mental a través de los síntomas de la patogenesia. Lachesis tiene como sintomas imprescindibles I por el sueño. ¿Pero cómo comprender los sintomas mentales? En este aspecto hay melancolía, miedo, presentimiento de muerte, irritabilidad, excitación, locuacidad, celos. La comprensión del síndrome caracterológico nos exige un concepto de la estructura mental humana, una visión de las instancias psíquicas que condicionan el mecanismo de la personalidad. Para eso debemos asimilar el siguiente esquema que hace comprensible las vicisitudes de la personalidad y permite la interpretación real del fondo anímico de cada remedio. El ser humano tiene, como capital biológico constitucional, una dotación instintiva de erotismo o necesidad de placer, y de agresividad o necesidad de destruir todo lo que aumenta o excita sus tensiones, ambos son aspectos del instinto elemental de conservación. Esta instintividad erótico-agresiva, fuente de todos los impulsos, afectos y sentimientos se halla en pugna constante con el mundo, representante de todo lo que significa freno moral, interdicción y censura. El resultado es un permanente conflicto en el que se debate todo ser humano. Se puede decir que la salud consiste en una perfecta conciliación entre lo que una persona puede exigir a la vida con su genotipo constitucional hereditario y lo que el mundo puede darle. La enfermedad seria así el resultado o expresión de una fórmula personal de dirimir psicosomáticamente tal oposición Tal condición de permanente desequilibrio es la que fundamenta el estado psórico o de hipersensibilidad alérgica, que consiste en el eretismo psico-neurovegetativo producido por dicha alteración del ritmo vital A esta alteración fundamental se agrega la exaltación patológica del instinto agresivo que conduce a la destrucción, identificado con el genio mórbido de la sífilis y la del instinto erótico, productivo, generador lujurioso de vida, que conduce a la perversión identificada con el genio neoplásico de la psicosis. En esta situación se hallan todos los seres humanos y la noxa estimulante, emoción, traumatismo, germen o tóxico, desencadena un mecanismo mórbido condicionado estrictamente a la fórmula psicológica personal de cada individuo. Los órganos o sistemas fisiológicos del organismo reaccionan de acuerdo con su correspondiente mecanismo funcional, puestos electivamente en actividad anormal, por la peculiar estigmatización neurovegetativa que ha decretado la constitución del enfermo. De la misma manera, la mente, órgano que tiene por función conciliar el instinto de conservación con la realidad ambiente, reacciona como un mecanismo. La noxa patógena desencadena mentalmente un tipo de perturbación que estaba latente en el sujeto, siempre en función de ese básico conflicto, pero con modalidades que singularizan un modo particular de enfermar. Lachesis trigonocephalus, la temible serpiente surukuku, es una noxa patógena que produce patogénicamente un cuadro reaccional semejante al que desencadenan, en sujetos susceptibles, causas psíquicas deprimentes, disgustos, penas o quebrantos morales amargamente sostenidos, la intoxicación alcohólica, infecciones septicas e intoxicaciones. La sintomatología mental tiene caracteres bien definidos. Hering destaca que el veneno halla su mejor experimentador en sujeto melancólico. . . Como en todas las patogenesias la reacción primaria es la exaltación del conflicto latente entre los impulsos erótico-agresivos y la interdicción moral. De allí surgen las modalidades caracterológicas que singularizan la forma personal de resolver el conflicto.
La primera reacción inconsciente a esta agresividad es el miedo, miedo a lo desconocido a la muerte, a que la sorprenda la muerte durante la noche mientras duerme. Para defenderse de este peligro, que no es más que sus propios impulsos instintivos exacerbados, recurre a la proyección y cree que está bajo el poder de una fuerza superior sujeta al control sobrehumano de un ser maligno exterior a ella o que está perseguida por enemigos que tratan de matarla, que le han hecho un daño o maleficio, que hay ladrones en la casa que el mismo remedio que toma es un veneno y que hasta los suyos le están preparando el entierro porque seguramente morirá. Es tal la proyección paranoica, persecutoria, de su propia hostilidad hacia los demás que cae en melancolía con suspiros se aísla con miedo a la gente, con deseos de no hablar, dudando de todo desconfiando de todos no quiere mezclarse con el mundo se muestra apática y aburrida de la vida, se siente extremadamente triste al despertar a la mañana con sensación de que esta sola o solo, sin afectos, sin amigos, y desea la muerte El mecanismo psicológico de proyección de sus propios contenidos erótico-agresivos hacia los demás, es la característica fundamental. Se hace así extremadamente susceptible con suspicacia ante cualquier palabra dicha sin la menor intención, se cree objeto de la maldad del mundo, desplaza sobre su marido o sobre su esposa (en una edad crítica que tanto alcanza a la mujer como al hombre) sus propios deseos de infidelidad conyugal, inspirados inconscientemente por la exacerbación sexual menopáusica y engendra así el cuadro dramático de los celos más violentos, con crisis de airados reproches e insultos mezclados con burlas sátiras hirientes y una interminable verborrea de ideas ridículas y absurdas. Su locuacidad es extraordinaria, cambia rápidamente de una idea a otra; De un tema a otro distinto, llevada por una palabra que le trae a la mente los objetos más dispares, a los que sigue sin terminar siquiera la frase. Este es el síndrome mental patogénico de Lachesis. Extremada actividad mental con incontenible locuacidad para defenderse, proyectando hacia el mundo sus contenidos exacerbados de agresión y sensualidad que no quiere reconocer que estaban en si misma y achaca, por consiguiente a los demás. Cuando esta situación marca el paroxismo o llega a su momento
particular de agravación, que siempre se produce al caer la
noche, puede llegar a un verdadero delirio con parloteo cons- tante,
facies roja, abotargado, con dificultad para hablar o pronunciar
correctamente, con rechazo violento de la ropa o todo lo que le ajuste.
Después de una pelea por celos, por ejem- plo presenta el
típico cuadro de la mujer furibunda que, con la cara encendida
los ojos desor- bitados y las palabras en borbollones insultantes,
se pone la mano al pecho y cae desmayada en estado asfíctico. Lo cierto es que Lachesis produce una actitud psíquica para la captación metagnósica, clarivi- dente o para los fenómenos de la radiestesia (percepción de minerales) o rabdomancia (per- cepción de agua subterránea). El síntoma es claro: Lachesis piensa que es otra persona
en manos de un poder superior, que está bajo el control de
una fuerza sobrehumana o que esta muerta y que su cuerpo es usado
por espíritus. |