Voy a cambiar de piel, paciente afectado de SIDA
Atendido en Centro de Día.
Raúl Azzarini,
psicólogo, psicoanalista
Colaborador ASS Ciudadana Antisida Cataluña

Jorge es un hombre de 48 años, artista plástico de profesión, la pintura es su forma habitual de expresión, es vivaz inteligente, sarcástico y durante un tiempo, en El Taller mostró una actitud crítica casi provocativa (buscaba situaciones a partir de las cuales generar pleitos y reclamaciones). Hace 5 años que fue diagnosticado de infección por el V.I.H. y actualmente padece de sintomatología relacionada con el SIDA. "Yo lo sospechaba desde hace mucho tiempo atrás, lo intuí a partir de los cambios que se operaban en mi obra", dice Jorge. Se refiere a una serie pictórica producida de esa época (1988) - muy anterior al diagnóstico (l991)- y que consistía en una serie de collages de formas tenebrosas construidas con restos de pieles de animales disecadas y embalajes de cartón y papel teñidos con colores oscuros y apenas sin matices que producían un efecto inquietante y fúnebre. "Yo tengo el SIDA" le decía a sus amigos de entonces, cuando sufría las enfermedades habituales de los toxicómanos y éstos le respondían diciéndole que era un "hipocondríaco". Había intentado dos veces dejar el consumo, yendo por temporadas largas a Menorca, a buscar el contacto con la naturaleza y donde iba a trabajar duro hasta cansarse para no desear la droga, y alejándose de sus amigos drogodependientes haciendo largos viajes por España y el exterior apoyándose en motivaciones laborales, de estudio o de búsqueda de aventuras.

Jorge, tenia sobrados motivos para sospechar su seropositividad ya que había consumido todo tipo de drogas desde los 18 años, (canabis, heroína, LSD) y por su orientación bisexual ha mantenido múltiples relaciones sexuales con hombres y mujeres. El hecho de haber perdido a algunos de sus colegas toxicómanos a causa del SIDA, con los cuales había compartido jeringuillas y con los que había mantenido relaciones sexuales, y el temor de ser rechazados por sus amigos (Jorge se movía en dos mundos: El de los colegas toxicómanos y el de clase media alta de sus amigos artistas e intelectuales de clase media) impidió que se decidiera a hacerse la prueba durante mucho tiempo. La íntima sospecha de su seropositividad se vio reforzada desde el exterior por el efecto de significación que le otorgó a su obra titulándola "Voy a cambiar de piel", y que fue lo que lo impulsó a hacerse la prueba. El resultado de la prueba no lo obtuvo inmediatamente, la enfermera que trabajaba en el laboratorio al que encargó la prueba y amiga de Jorge, enterada del resultado positivo, se resistió a comunicárselo porque temía que éste no fuese capaz de soportarlo, le decía que el resultado se había perdido. Después de mucho insistir logró enterarse de su situación. Tardó dos años en aceptarlo, durante ese período entró en una pendiente depresiva, hubo factores desencadenantes que se sumaron al conocimiento de su seropositividad: El marchante de arte con el cual trabajaba lo dejó (se había arruinado, llevándose inclusive cuadros suyos). Dejó de comer, se alcoholizaba frecuentemente, abandonó los hábitos de limpieza y orden, y se alejó de sus amigos habituales, dejó de pintar y volvió al consumo esporádico de drogas.

No buscó apoyo en su círculo de amigos (suponía que lo rechazarían) y el amigo de aventuras tóxicas con el cual él podía sincerarse, había fallecido.

La familia no estaba al tanto de su enfermedad (sus padres fallecieron en el año 74) los intentos que él hizo para comunicarlo fueron fallidos: la hermana "no lo quiso comprender", hizo un intento con la tía que vive en Madrid, sólo le dijo que padecía una tuberculosis pero sintió que ésta no se interesó por su situación ( o por él, no se sabe). Los tíos con los que se había criado y sus abuelos habían fallecido. Sólo tenía el apoyo de una ex-novia pero que no le sirvió por que "era una relación sadomasoquista" ella no estaba preparada para sostenerlo", dice Jorge," aunque su apoyo me iba bien, yo no la quería, la trataba muy mal, ella era masoca y por eso no me la sacaba de encima". Yo procuraba ser cruel con ella por que a ella le gustaba y a mí me permitía practicar la crueldad.

Un dia, a partir de la lectura de un artículo informativo aparecido en una revista cultural alternativa en el cual un afectado de SIDA hablaba de la problemática y mencionaba una Asociación de seropositivos y afectados, decidió acudir a ella. La experiencia no fue muy buena: escuchó a uno de los miembros decir de otro ausente " es un mariquita y yonky", (doble identidad), él lo interpretó de manera despectiva y no volvió más (Jorge ha tenido militancia activa en grupos de liberación gay alternativos y ese comentario ofendió sus creencias y posturas ideológicas). Se encerró más, fumó hachís y bebió en exceso, contradiciendo las pautas habituales de salud que se siguen para la seropositividad.

Sus actividades se limitaban: por un lado, al seguimiento y control médico que se llevaba a cabo desde una unidad hospitalaria, la atención fue exclusivamente médica y no recibió ( ni pidió) otro tipo de intervención (psicológica o social).

Por otro, mantenía relación sexual "autodestructiva", como él la define, con un amante sero positivo, bebían, fumaban y se relacionaban sexualmente sin adoptar medidas de prevención.

Esta situación que duró dos años cambió cuando conoció a un seropositivo que participaba en la asociación a la cual Jorge no había querido volver, se conectó con la asistenta social del Hospital que le tramitó el ingreso a un piso de acogida para enfermos de SIDA (su estado de salud no era bueno). Ese período lo define como "caótico", de confusión. Padecía de tuberculosis y su vivienda habitual, un estudio de pintura, carecía de higiene y salubridad lo cual era contraindicado en su situación, además carecía de deseos y voluntad para cumplir con los hábitos más elementales que exigen una vida organizada (limpieza, comidas frecuentes, compras, etc.). A partir de su estancia en los pisos de acogida, se conectó con "EL TALLER" de la ACASC, a partir del cambio en su situación ambiental, algo se modificó en él "me puse las pilas, me mejoré físicamente, me bañaba en la Barceloneta, hacia caminatas. Fue importante el hábito de tener comida, de tener el tiempo pautado".

Tenia dos casas, El Taller y el piso de acogida. Pero a los tres meses de estar bien allí (en el piso de la Barceloneta), lo echaron. No sabe los motivos, ni nunca quiso saberlo "quería que me echaran, era mi forma de agradecimiento, no irme por mis propios medios sino que me echaran”. No puede terminar bien una relación, tiene que haber una pelea que garantice el corte, la separación, la ruptura. Evita desesperadamente el instalarse en una situación gratificante (volver a ser un niño atrapado en el goce materno).

Historia familiar y antecedentes

Jorge cuenta en la actualidad con una hermana dos años menor que él (45) con la cual no cuenta demasiado. No se criaron juntos y estuvieron separados desde niños por un tiempo muy prolongado. A raíz de la enfermedad de su madre (aparentemente eran problemas cardíacos) que la obligaban a internarse en hospitales frecuentemente, fueron dejados a cargo de familiares diversos, la hermana fue enviada a Madrid a vivir con una de sus abuelas y él se quedó bajo la tutela y fue educado desde los 4 hasta los 13 años, por una tía materna casada con un hombre morfinómano (él los define como gente "preparados y cultos" de los cuales él hereda su afición por la pintura y las inquietudes literarias artísticas). El tío al que él define como "un hombre anulado" en su juventud había desempeñado un alto cargo diplomático y había sufrido castigos y cárcel durante la guerra civil. Durante este prolongado tiempo de crianza en la casa de los tíos, veía muy esporádicamente a su padre, con el cual él no tenía buena relación y la familia se reintegró después de 9 años de estar separados. Jorge reconoce haber tenido dos casas. Jorge dice que el SIDA le enseñó cosas que antes no hubiera podido aprender: el amor, comprender la situación de los demás. Recuerda que a los 24 años sufrió una fuerte decepción amorosa con un chico por el cual sentía un enamoramiento adolescente. La causa fue que Jorge era muy liberal (tenia relaciones con mujeres y con otros hombres) y su pareja no lo comprendía.

En el terreno del amor (mejor dicho de la sexualidad), Jorge reconoce que las relaciones que establece con las mujeres es diferente que con lo hombres. Con los hombres hay camaradería, dice, con una mujer te puedes volver pequeño ( hijo), y eso le molesta. Los hombres no me han causado problemas, la mujer sí. Valora que sus parejas le den "capacidad de acción y creación". Parecería como que Jorge no encuentra un lugar seguro desde el cual sostener su identificación sexual.

"Los gays me decían que me tenia que definir sexualmente"
" Los heterosexuales me decían que era muy vicioso"

Busca objetos sexuales "masoquistas" o "autodestructivos", mientras él juega de sádico, niega sus propios deseos "autodestructivos": masoquistas. Amar es entregarse al deseo destructor del Otro.

La dualidad parece marcar su destino (dos madres, dos padres, dos casas, dos pisos, dos años, dos objetos sexuales: hombres y mujeres. Dos posiciones sádica y masoquista (droga) Él reconoce esa dualidad, "Soy Géminis, dice, me representa Mercurio”, el dios que tiene alas en los cascos y en los pies, el símbolo que representa las comunicaciones, la rapidez. Es el Dios de los ladrones y de los negocios. Su vuelo es largo. Tiene dos hijos Castor y Pólux: La castidad y la polución -> polvo- (putanero)" La castidad la reconoce, le cuesta poco trabajo (he tenido temporadas de abstinencia, era un propósito consciente, eran temporadas de creación). Tengo un punto místico en mi persona, busco el crecimiento personal, religioso, espiritual. Fui educado en el catolicismo. Soy cristiano "pre-cristiano". Me gusta la autoobservación, la búsqueda interior, estuvo 7 años con un Chaman que fue su maestro. Curiosamente no recurrió a él cuando supo de su seropositividad, a pesar de que habían tratado alguna vez del tema ( el SIDA se puede curar, le dijo alguna vez). Aplica de vez en cuando sus enseñanzas. Le abrió las puertas a la fe, hizo viajes astrales. Los amigos le decían que volvía más loco cuando había estado una temporada con el Chamán. (Coincidió con el periodo de caos antes de ir al piso de la Barceloneta).

* Mercurio (se identifica con el dios griego Hermes-Mercurio carece de mito propiamente dicho y cuando interviene en la leyenda aparece como traducción de Hermes, p. ejem. En las tradiciones que lo representan como padre de Evandro y también como padre de los lares (Lara), Los lares como Mercurio-Hermes son los dioses de las encrucijadas. (Jorge se representa entre dos caminos que se cruzan). En realidad Cástor y Pólux no son hijos de Mercurio sino de Zeus (el más grande de los Dioses y soberano de los hombres y dioses que reina en las alturas) y de Leda y son dos Jóvenes héroes combatientes. El primero especialmente guerrero y el segundo es hábil en la práctica del boxeo.

Conclusiones

Es difícil determinar el camino en el que quedó forjado su deseo, atrapado en las redes significantes del Otro sin un proceso de análisis que permita investigarlo, él no lo ha demandado, sólo podemos hacer inferencias, suposiciones de cómo él ha ido significando los hechos más importantes de su vida. Sólo contamos con retazos de su novela familiar. Jorge parece estar signado por la dualidad (dos casas, dos madres, dos padres, dos objetos sexuales hombres y mujeres), la actividad o la pasividad. La sexualidad o la castidad. La actuación autodestructiva (la drogadicción, la promiscuidad) o la sublimación, el sadismo o el masoquismo.

Parece que su vida se juega en la encrucijada marcada por la satisfacción de un deseo prohibido ( Hermes: Dios de los ladrones, la droga: unión incestuosa) y el castigo de una instancia superyoica, punitiva y mortífera ( Zeus. El Padre de todos los dioses, el del rayo vengativo, Padre real que reclama su autodestrucción). Con la posibilidad de sublimación. (Castor) se abre un tercer camino: es una posibilidad de superación de esta encrucijada (la agresión, la destrucción al servicio de la creatividad, y el lo esta recorriendo: El Taller le ha brindado esa posibilidad: recuperar el deseo de lo posible, superación del combate interior, posibilidad de creación, de jugar y no jugarse la vida mientras algo quede de ella. Su obra será su legado y la que lo represente.

Jorge reconoce que el contacto con El Taller significó empezar a moverse, hacer cosas. Participa activamente en los talleres de cerámica, Yoga y en el de escritura y ha realizado dos exposiciones de pintura organizadas por el Centro de Dia. Ha mejorado la relación con sus compañeros y con el recurso. Hace proyectos de futuro, a pesar de que su salud no es muy buena." El Taller me es muy útil, estoy rodeado de seropositivos, me quedan muy pocos amigos seronegativos que me apoyan y me acogen en sus casas cuando deseo estar acompañado pero me es más fácil relacionarme con S.P. por el estilo de vida que desarrollo con ellos, no hay nada que ocultar, es diferente, las relaciones con otros S.P. es más amorosa que con gente que no lo es. Se da por sobreentendido la situación personal ( no es necesario la palabra, hacer demandas que queden insatisfechas). El tema es la situación social: no queremos que nadie se muera en un banco, que no nos discriminen, es muy difícil pedir eso. Tienes que incrementar la capacidad de dureza, la respuesta tiene que ser contundente.

Ahora quiero más a la gente. Hay gente generosa que no lo esperaba (parece es ahora capaz de recibir y de dar sin temor a destruir o ser destruido). Su presente lo vive como inestable, le faltan determinar muchas cosas, para eso acude a grupos de autoayuda y sigue trabajando con crecimiento personal, con maestros personales. El estado físico precario le influye. Pero lo más importante que rescata es que ahora se acepta. Sus objetivos inmediatos son: Mejorar la salud. No necesitar nada de lo material. Volver al punto de partida, tener la posibilidad de volver a empezar. Jorge cree en la reencarnación. Siente que ya no tiene mucho tiempo, y se plantea la posibilidad de cambio en una futura reencarnación. Esta creencia le ayuda a soportar la espera, con el ánimo posible de desesperación.