Como intervención en espacio público y con el público,
el
proyecto Dejar Huella es una
invitación abierta y espontánea a todos los transeúntes
de todas las edades y
condiciones sociales a participar intervenir un lugar afín a la sociedad-barriocomunidad
para el que se plantea y con el que se desarrolla.
Dejar huella es un mecanismo táctil y olfativo que consiste en tomar
improntas de los
transeúntes/habitantes de un lugar en cera de abejas líquida (fundida
a 40º C) y teñida
de rojo. Los calcos en negativo de los dedos de los transeúntes y
el resultado
inmediato de las huellas/flor, que surgen de este proceso, son la estrategia
con la cual
vamos construyendo una línea, un vínculo, un puente, un punto de
cruce y diálogo con
las personas y el espacio conjuntamente intervenido.
El mecanismo de la cera de abejas tibia y su agradable sensación
táctil y olfativa,
producen un efecto de aprehensión hacia el material y el proceso.
Una serie de
estrategias que invitan a participar en la construcción de una
línea o de un volumen
que reasalta y pone en valor las diferentes estructuras o líneas
arquitectónicas de un
lugar determinado: una calle, una plaza, una fuente, un edificio, etc.
El proyecto es una acción efímera (puede durar algunas
horas o incluso varios días),
tiene una estructura participativa y no presenta ningún riesgo
ni para las personas
participantes, ni para los transeúntes, ni para la calle o la
estructura o forma del lugar o
el monumento a intervenir. Tampoco propone barreras culturales o cognitivas,
todo lo
contrario tiene como fin presentarse como una alternativa artística
abierta a todo tipo
de sociedades.