Partiendo de la base de que el espacio en la institución va ser un espacio indefinido e ilimitado, un infinito neutro donde ahora el artista debe marca los limites y construir mediante la instalación de las obras, van a surgir una serie de artistas que van utilizar la narración, en diferentes modos, como instalación para la definir el espacio. Analizaremos esta línea desde la producción de los artistas Annette Messager (Berck-sur-Mer, Francia. 1943), Dominique González-Foerster (Estrasburgo, Francia. 1965) y Dora García (Valladolid, España.1965).

Annette Messager. El método de Annette Messager se basa la construcción desde el resto, recoge restos, desechos de la sociedad, y los instala en el museo, creando una escritura de los objetos, una historia que no se ha contado mediante restos de historias que no se conocen. Si la escritura en lo urbano vació el espacio institucional y este quedo indefinido, ella lo va construir ahora desde lo urbano, desde los restos de lo urbano, creando algo completamente diferente.

Dominique González-Foerster. Se enfrenta ante el espacio expositivo replanteándolo, su trabajo se basa en la reconstrucción del espacio, creaando ambientes. Su construcción no es formal, sino que construye dotando a los espacios de diferentes significantes. Invita a los habitantes a experimentar momentos completos, a través de los cuales pueden construir una historia.

Dora García. Mientras otros artistas han construido el espacio mediante objetos y signos delimitando el espacio, dimensionándolo, Dora García va a definir el espacio mediante la narración, va escribir el espacio insinuando al visitante que lo construya a través de la lectura de este mediante instalaciones que invitan a la participación y a la interacción. Dora García no construye el espacio, sino que construye el aparato que permite al espectador construirlo mediante su accionamiento.

Pedro Encarnación Carrizosa