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de Alberto Caballero en
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El Reino es un proyecto multimedia que se desarrolla simultáneamente en tres espacios: el museo (performances en directo), una página web y una publicación. Lejos de ser una "exposición", la finalidad del Reino es convertir el museo en una red muy compleja de relaciones: la red, el museo, webcam, performances, espacio y tiempo real, inclusión del público en la obra, así como toda la rutina (vida cotidiana) del museo, etc. Hay que estar preparados para la ausencia de objetos e incluso de ‘acciones artísticas’. El proyecto El Reino (una novela para un Museo) piensa el Museo como una red muy compleja de relaciones. La complejidad del museo es tal que sólo puede organizarse respetando un estricto conjunto de normas.Este conjunto de normas permite al museo predecir el futuro. Esta anticipación de futuro permite a un sistema adaptarse a tiempo a las circunstancias por venir. Este futuro no es más que un grupo de diferentes posibilidades, de posibles escenarios deducidos a partir del conjunto de normas. El sistema debe escoger (o apostar por) una de ellas, llamarla oficialmente ‘el futuro’ y adaptarse a ese futuro. Lo que es realmente importante para el proyecto "El Reino" es cómo esta elección de un futuro posible afecta a los acontecimientos que realmente van a ocurrir. ¿Hemos realmente predicho un acontecimiento, o el acontecimiento ha tenido lugar porque lo hemos predicho? En cualquier caso, el futuro ocurre y se convierte en pasado: profecía y agenda se convierten en novela. El Reino elige un futuro para el museo, basado en una gran cantidad de información recogida del pasado del museo y de su agenda habitual de trabajo. El Reino escribe una historia (El Futuro) que precede los acontecimientos que describe: una profecía. Esta historia es tanto un argumento y una construcción de personajes como una descripción de acontecimientos ("performances en directo") que van a ocurrir en el museo. De que estos acontecimientos ocurran realmente se encargan los ‘jugadores del Reino’ es decir, los actores (profesionales o no) que realizan las performances. A medida que pasa el tiempo, la novela de El Reino debe enfrentarse a lo que llamamos “Lo Contingente”, “Lo Impredecible”. A pesar de la intervención de los “jugadores de El Reino”, es muy posible que no todo ocurra como estaba previsto. No importa: El Reino se adapta rápidamente a estos imponderables y continúa su curso. El Reino es una novela que se escribe día a día… ¿O quizás estos imponderables habían sido igualmente profetizados? El tiempo sigue pasando, y el futuro, el presente y el pasado de El Reino se mezclan definitivamente en el sueño de la memoria. La novela concluye entonces.
Fotografía: Joan Pons
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