¿Cómo se expone la performance? ¿Qué objetos
se usan? ¿Por qué se experimenta con el cuerpo y cuál
es su finalidad? Con las pioneras Gina Pane (1935-1990), Rebecca
Horn (1944) y Jana Sterbak (1955) conoceremos los comienzos de la
performance, cuya preocupación principal es el cuerpo y su
especificidad como canal de comunicación artístico.
A través de la recuperación del rito como práctica
social, se buscan nuevos modos de expresión en los que el
artista se convierte es una especie de intermediario al servicio
del espectador. Una estrategia de búsqueda de la identidad,
a través de la exploración de prácticas contrarias
al teatro en las que el espectador sabe que el actor no sufre con
el objetivo de causar un efecto de realidad a través de la
destrucción real del cuerpo. Ya no se trata de admirar el
arte de la presentación y de la capacidad de identificación
psicológica del sufrimiento de carácter ficticio, sino
de mostrar el dolor que interviene en la integridad carnal/física
del cuerpo. La diferencia entre actor y performer está en
que, el primero, simula experiencias corporales de manera psicológica
mientras que, el segundo, añade la práctica física.
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Gina Pane empieza con su actividad artística en la década
de los 70, afectada por las actividades políticas en París
y Europa. Sus performances e instalaciones son de carácter
racional, estadístico y científico, cargadas de un
alto contenido agresivo y simbólico. Sus obras, metódicamente
preparadas con la ayuda de notas y dibujos y, posteriormente, documentadas
con grabaciones y fotografías, presentan el uso del cuerpo
como medida y medio. A través de una coreografía
de gestos, posturas y gemidos de dolor, expone un rechazo de la
identidad y la destrucción de los significados de ésta.
En sus acciones, la herida se convierte en elemento de reflexión
sobre el dolor y la capacidad del cuerpo humano para expresar las
complejas visualizaciones de estados y conflictos psicológicos
como crítica al desconocimiento y a la ignorancia ante el
otro. El vínculo con el público se crea cuando Pane
se da a conocer en su estado más puro, despojándose
de la identidad impuesta, para hacerse otra.
Rebecca Horn, artista alemana y pionera en las instalaciones con
modificación del cuerpo a través de la performance,
indaga en el valor del cuerpo mediante su estrechamiento, extensión
y dilatación. Con el uso de máscaras, diferentes
accesorios, textiles y, posteriormente, autómatas y esculturas
kinéticas, explora los estados psicológicos y la
restricción física, con el fin de exceder los límites
espacio-temporales. En su obra, objeto (actor), espectador y espacio
se sitúan a un mismo nivel para convertirse en uno. Con
la idea de equiparar máquina y ser humano, el ente pasivo
desaparece en pro de una materia en contínua metamorfosis.
Jana Sterbak es una artista canadiense que usa su propio cuerpo
como punto de partida de sus acciones. Consciente de la existencia
de los varios rostros que posee el Otro producidos por las transferencias
de la identidad, presenta el tránsito entre el cuerpo -
que crece y se degenera - y la dimensión del vestido - lo
cubre el cuerpo, puede ser habitado y es inmortal - como una transubstanciación,
con el fin de transgredir los límites del propio cuerpo.
Para ella, la proyección del cuerpo en el espacio provoca
una experiencia primordial que propone tanto objetos como espacios
mentales y físicos. En su obra, el elemento videográfico
adquiere una gran significación como documento y como muestra
de las vivencias contenidas en esa experiencia.
Sara Alfonso
Domenech