El
proceso de deconstrucción
del objeto artístico tradicional conlleva la disolución
del carácter objetual de la obra, produciendo una mayor incidencia
en el proceso de (re)construcción, en los materiales y en
la activación del público. Estas características
se pueden observar en las acciones de Valie Export (1940), Lygia
Clark (1920 - 1988) y Ana Mendieta (1948 - 1985) que empleaban como
proceso el descubrimiento y la percepción de nuevas formas
de comunicación con el objetivo de deconstruir una realidad
dominante.
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Valie Export utiliza su cuerpo como medio
de lenguaje semiótico
(mensaje social) para reformular la oposición entre realidad
y representación: "Por un lado, mi cuerpo es el centro
de mi propio mundo y, por el otro, es un objeto en el mundo de
los demás". A partir de la exteriorización de
un estado interno mediante la investigación de su propia
subjetividad, pretende obtener una inversión femenina de
la perspectiva del Otro. Esto lleva a la existencia del Otro
del Otro, basada en la idea del sujeto y el objeto (mujer como sujeto
y no como objeto). Durante sus performances el espectador entra
en contacto directo con lo que le rodea (artista, otros espectadores,
materiales) y experimenta una relación diferente con el
espacio y el tiempo. Ya no es un simple observador que recibe e
interpreta, sino que participa de la creación en directo.
Las conlusiones que recoga de la obra completarán la performance.
Lygia Clark presenta la obra de arte como
una terapia sensorial individual y/o colectiva a través de la integración
de objetos por medio del cuerpo. Este acto de recrearse y hacer,
sin importar el producto final, se obtiene mediante una experiencia
producida por la manipulación de los objetos relacionales.
Durante el proceso, el espectador se convierte en sujeto activo
que percibe el objeto partiendo de sus porpias experiencias vitales.
El artista, sin embargo, es eliminado como espectáculo y
se transforma en propiciador de esa experiencia que origina una
dialéctica entre el Yo y el Otro.
Ana Mendieta sitúa su obra entre la performance y el objeto.
Para ello, invierte y multiplica los papeles que cuestionan la
pasividad del sujeto y la dualidad sujeto- activo frente a objeto-pasivo.
Sus acciones parten de la idea del cuerpo femenino como sujeto
pasivo y, a la vez, como instrumento y material para la producción
de arte. En sus obras, plantea la dialéctica presencia-ausencia
mediante un trabajo basado en la simbiosis entre naturaleza y cuerpo,
fusión entre objeto y sujeto. Los materiales y el proceso
- de transformación, disolución y destrucción
- son más importantes que la estética en sí.
Mendieta pretende mostrar al público los mecanismos de construcción
de las identidades a partir de un producto final - los objetos
o registros de esos objetos (documentos fotográficos o en
vídeo) - que implicarán una nueva narración
de la performance por parte del espectador que sustituirá a
la performance misma.
Sara Alfonso
Domenech