artistas |
|
Nicola Frangione (Florencia, 1953), J.M. Calleja (Barcelona, 1952) y Bartolomé Ferrando (Valencia, 1951) amplían la materialidad de la letra a través del sonido. La voz como nuevo elemento lingüístico de significación que se suma al texto y a la música. Nicola Frangione expone los fundamentos de su práctica de acción enlazando la propia voz a la imagen del vídeo y relacionándolo, a su vez, con un lenguaje gestual. En sus performances sonoras el espacio sintético es también sinónimo de espacio real. Un espacio ilimitado donde la palabra es amplificada mediante imágenes que se proyectan en todo el espacio, marcadas por efectos sonoros donde convergen poesía y tecnología. Frangione da vida a los gráficos textuales en un evento de sonido presentado como objeto artístico. J.M. Calleja se centra sobre todo en el escenario. El lugar es más importante que la acción misma, pudiendo la obra nacer, transformarse y adaptarse al espacio donde se actúa. Diseña espacios virtuales en los que se crea una transformación personal a través de medios audiovisuales, objetos o con el propio cuerpo para hacérsela llegar al espectador. Bartolomé Ferrando escribe en el espacio de una página que nos habla del entorno real. En sus trabajos, la sugerencia plana del papel nos traslada al objeto. Las palabras hablan a través de imágenes poéticas en cuerpo de objetos de utilidad común descontextualizados. El texto se evade de su significado gracias a la acción efectuada por el gesto de un sujeto actuante y la imagen adopta sentido mediante su sintaxis y lingüística. El papel del cuerpo en la performance ya no es el de un actor, sino el de una materia que entra en contacto con el espacio como materia.
|